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Las obras del Topo bajo La Concha se dan la mano en un único túnel

La pasante ferroviaria de Donostia ha dado un nuevo paso este miércoles con la simbólica unión de los dos frentes de ataque del túnel excavado bajo la playa, a una profundidad de unos cuarenta metros. Las previsiones actuales fijan la puesta en servicio a finales de 2025 o principios de 2026.

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El punto de encuentro estaba en las casetas de obra ubicadas entre el hotel Costa Vasca y el polideportivo Pío Baroja, en el Antiguo. Casco, chaleco reflectante, botas para el agua y grupos de cuatro personas para trasladarse en coches por el túnel de servicio horadado desde ese lugar.

Un descenso empinado hasta una intersección, hasta toparse perpendicularmente con la ruta que seguirá el Topo cuando la pasante entre en servicio. El consejero de Transportes del Gobierno de Lakua, Iñaki Arriola, ha hablado de finales de 2025 o principios de 2026, aunque él mismo ha reconocido que con las fechas nunca se sabe. Esta obra, que estuvo parada durante muchos meses, es buen ejemplo de ello. O la del TAV.

Giro a la derecha, hacia la futura estación de La Concha. Por la izquierda se va hacia Benta Berri. Por encima, a unos 40 metros sobre nuestras cabezas, está la playa. El dato impresiona. Del techo se cuela algún hilillo de agua. Se termina el tramo acondicionado para los coches, toca bajarse y caminar unos doscientos metros. El túnel se acaba, una pared.

Allí se agolpan trabajadores de la obra, técnicos, directivos de las empresas y autoridades, con el mencionado Arriola y el alcalde de Donostia, Eneko Goia, a la cabeza. Justo bajo la confluencia entre las calles Easo y Arrasate.  

De repente, al otro lado del muro se escucha el ruido de una máquina perforadora. Decenas de cámaras apuntan para no perderse el momento de la unión entre ambos frentes, lo que en el argot se denomina ‘hacer el cale’. La tuneladora va mordiendo trozos de pared, hasta que deja ver sus dientes. Entre el polvo se atisban haces de luz.

Los primeros operarios atraviesan el agujero que une los dos tramos del túnel bajo La Concha. (Andoni CANELLADA | FOKU)

El paso se va ensanchando, hasta alcanzar unos 3 metros de ancho por 2 de alto. La máquina se detiene y, tras unos minutos de espera para que se asiente el polvo, llega la icónica imagen de operarios cruzando de un lado a otro, recibidos con aplausos. La pasante de Donostia ya es un único túnel continuo y el hito se ha celebrado con el descorche de unas botellas de espumoso.

Un tramo muy complejo

Iñaki Arriola ha subrayado que se trata de «un avance muy significativo», ya que este tramo en concreto ha presentado importantes complejidades técnicas y numerosos parones ante la entrada de agua, algunos derrumbes y agujeros. Para el próximo septiembre se prevé terminar lo que es la excavación en sí del tramo por el que circularán los trenes.

Respecto a los accesos a la estación de La Concha, ha indicado que el cañón de la plaza Xabier Zubiri, frente al hotel Londres, ya está unido al túnel principal, mientras que el de la calle Loiola está cerca de calarse. El de San Bartolomé se halla a la espera de que el Ayuntamiento «defina urbanísticamente» el cerro, y también falta el hueco del ascensor y alguna otra actuación.

La visita ha continuado en Morlans, en la estación que sustituirá a la que actualmente se encuentra en la plaza Easo. Esta obra se encuentra muy avanzada y su primer acceso será desde la calle Autonomía, con un ascensor para bajar desde San Roke y la calle Salud. Más adelante, cuando la pasante se ponga en funcionamiento, se construirá el acceso desde el paseo de Errondo. Hacerlo ahora obligaría a paralizar el servicio.

Aspecto de la futura estación que se ubicará entre las calles Errondo y Autonomía, y que sustituirá a la actual estación de la plaza Easo. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Arriola ha reivindicado una obra «estratégica» que anula el fondo de saco de la estación de Easo y «posibilita un servicio de más y mejores frecuencias a las áreas urbanas comprendidas entre Zumaia y Hendaia, además de proporcionar servicio ferroviario a áreas de Donostia que carecen de él, como Benta Berri, Antiguo o el Centro». Hasta la fecha se han invertido en este proyecto 167 millones, pero aún faltan muchos trabajos por ejecutar. En mayo de 2021 Arriola habló de 227 millones.

Por su parte, el alcalde Eneko Goia ha defendido que la puesta en marcha de este tramo va a «revolucionar la movilidad» en la capital guipuzcoana, y lo ha sumado a la pasante también en obras entre Altza, Pasaia y Galtzaraborda (Errenteria) y el futuro intercambiador con Renfe, que se ubicará en Riberas de Loiola.