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‘Dahomey’, de Mati Diop, gana el Oso de Oro del 74º Festival de Berlín

El documental de la directora de ‘Atlantique’ gana el Oso de Oro en la 74ª edición de la Berlinale, en una gala muy marcada por las proclamas por la paz en Gaza.

La cineasta y actriz Mati Diop L posa con el Oso de Oro a la Mejor Película por la película ‘Dahomey’. (Nadja WOHLLEBEN | AFP)

«Es el lugar y tiempo adecuados para defender esta película», reflexionaba la ganadora del galardón a la Mejor Película, la cineasta francesa de ascendencia senegalesa Mati Diop. Ha sido la merecedora del Oso de Oro entregado por el Jurado Internacional de la oscarizada Lupita Nyon’go. La película se construye como tapiz humano alrededor del debate sobre el regreso de 26 tesoros reales del antiguo reino de Dahomey, la actual República de Benín.

El documental lleva acumulando excelentes críticas desde su estreno en el certamen berlinés, pero era prácticamente imposible augurar los fallos del palmarés ante un jurado tan heterogéneo como el formado por Brady Corbet, Ann Hui, Christian Petzold, Albert Serra, Jasmine Trinca y ucraniana Oksana Zabuzhko…

«Este premio me pertenece a mí pero también a la comunidad visible e invisible que esta película representa», explicaba Diop. «El primer momento que imaginé una historia de restitución pensé en un sonido, algo que temblaba, como un terremoto», pero ha contado que fue en el Berlinale Palast, ya en la premiere, cuando «a través de las palabras de los espectadores que entendí este sonido corresponde a un mundo que cae. El mundo del silencio y la negación». La cineasta ha apelado al deber universal de «destruir este mundo», y reconstruir una alternativa: «Para reconstruir, primero que tenemos que restituir, y la restitución es hacer justicia».

Sus palabras resonaban acorde con una gala plenamente marcada por las proclamas de alto al fuego en Gaza. Diop seguía: «No es el momento para bajar la guardia y disuadirnos. Una pregunta se nos plantea, personalmente. Podemos deshacernos del pasado como molestia o podemos tomar responsabilidad como base para el progreso». La cineasta ha terminado así: «Como mujer francesa senegalesa, me niego a aceptar la amnesia como solución», dedicando el premio «a todas las mujeres que han ayudado a hacer de nuestra historia una de belleza y empoderamiento».

‘A Traveler’s Needs’, de Hong Sang-soo, se ha llevado el Gran Premio del Jurado. «No sé qué visteis en la película. De verdad, tengo curiosidad», bromeaba el coreano, un habitual en parrilla y palmarés berlineses (‘La novelista y su película’ se alzó con el Gran Premio del Jurado apenas hará dos años), que ha vuelto a la Competición colaborando por tercera vez con Isabelle Huppert, tras ‘En otro país’ y ‘La cámara de Claire’.

Bruno Dumont ha agradecido su Premio del Jurado por su parodia sci-fi ‘L’Empire’ traduciendo con el móvil las siguientes palabras: «Es un milagro que una película ‘de cine’ como esta aún pueda pasar por la puerta arcaica de la nueva Modernidad. Una película ‘de cine’ no tiene sexo, ni color. Una película ‘de cine’ es solo una película ‘de cine’. Una película que explora la humanidad indiscriminadamente, y hasta aquí puedo leer».


PALMARÉS:

Oso de Oro a la Mejor Película
‘Dahomey’, de Mati Diop

Gran Premio del Jurado
‘A Traveler’s Needs’, de Hong Sang-soo

Premio del Jurado
‘L’Empire’, de Bruno Dumont

Mejor Dirección
Nelson Carlo de los Santos Arias por ‘Pepe’

Mejor Interpretación Protagonista
Sebastian Stan, por ‘A Different Man’

Mejor Interpretación de Reparto
Emily Watson, por ‘Small Things Like These’

Mejor Guion
‘Dying’, de Matthias Glasner

Oso de Plata a la Contribución Artística
Martin Gschlacht, por ‘The Devil's Bath’ de Severin Fiala y Veronika Franz

JURADOS PARALELOS:

Mejor Ópera Prima de la Berlinale
‘Direct Action’, de Guillaume Cailleau y Ben Russell (Encounters)

Mejor Documental de la Berlinale
‘No Other Land’, de Basel Adra, Hamdan Ballal, Yuval Abraham y Rachel Szor (Panorama Dokumente)

La 74ª edición del Festival de Berlín, la última con Carlo Chatrian y Mariette Risenbeek al frente, termina descosida por la polémica y las tensiones internas, desde el recorte de casi un tercio de las películas programadas hasta la falta de posicionamiento claro del Festival en contra del genocidio de Israel, a pesar de las constantes protestas en las alfombras y escenarios, y especialmente de una gala marcada por las demandas de alto al fuego.

La propia Mariette Risenbeek ha pedido el fin de la matanza «en el Medio Oriente» y la «liberación de prisioneros» en su discurso inaugural, pero la demanda al cese de «este desastre humanitario» llega casi como un portazo individual dentro de una organización inmovilista. Por su parte, Chatrian, en su discurso, ha vuelto al cine: «A cada conflicto se han abierto nuevas puertas», recordando que el año 2022 vivimos la guerra de Ucrania, pero también la primera edición de Berlinale Goes Open Air, celebrada en junio en cines de toda la ciudad.

En 2025 emprenderemos etapa con Tricia Tuttle, venida del Festival de Londres y hoy aplaudiendo desde el patio de butacas… La dirección de Risenbeek y Chatrian ha tenido que hacer frente a la crisis del coronavirus, el estallido de la guerra de Ucrania y el genocidio a Palestina. ¿Qué mundo tendrá que enfrentar la balanza artística y política de la nueva Berlinale?