Bilbo urge a Lakua a medir las emisiones de las empresas Sader y Profersa
El Ayuntamiento de Bilbo ha pedido por unanimidad al Gobierno de la CAV que instale de forma «urgente» dos medidores de calidad de aire cerca de las empresas Sader y Profersa, únicas industrias que permanecen en el casco urbano de la capital vizcaina y que generan molestias a los vecinos de la zona.
El Ayuntamiento de Bilbo solicitará al Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente de Lakua la instalación urgente de dos medidores de calidad del aire, uno en Zorrotza y otro en San Inazio-Elorrieta, con el objetivo de poder medir pormenorizadamente las emisiones derivadas de la actividad industrial de las empresas Sader y Profersa.
Además, el Consistorio bilbaino se compromete a reinstalar, en el plazo de dos meses, su medidor de calidad del aire ubicado en el barrio de Zorrotza y que está actualmente en proceso de reparación.
Así lo han aprobado, por unanimidad, todos los grupos políticos del Ayuntamiento. Estos compromisos se recogen en una enmienda de modificación del equipo de gobierno de PNV y PSE acordada con Elkarrekin Bilbo, que en un principio planteaba la instalación de una red de unidades móviles de medidores de calidad del aire en todos los barrios directamente afectados.
Años de protestas
El desconocimiento de la naturaleza de las emisiones, al margen del mal olor, preocupa entre los vecinos de Zorrotza, que llevan años denunciado los humos que expulsa la empresa y quejándose de picor de garganta y problemas respiratorios los días que más emisiones hay.
En 2011, tras movilizaciones vecinales, se comenzó a hablar del traslado de la planta, y en 2015 se anunció que el Ayuntamiento iba a firmar un convenio por el cual el segundo semestre 2018 Sader abandonaba su actual ubicación a cambio de una indemnización de 2,7 millones de euros para reanudar su actividad en unos terrenos del puerto exterior, en Zierbena. Finalmente, ese traslado no se produjo y las molestias y movilizaciones de los vecinos han continuado.
Cruce de acusaciones entre oposición y Gobierno
Los grupos políticos de la oposición han acusado al Ayunutamiento y a Lakua de no actuar durante estos años. La portavoz de Elkarrekin Bilbo, Ana Viñals, ha considerado «insoportable que tras más de 37 años estemos todavía aguantando, dentro de nuestro casco urbano, la contaminación y los malos humos de Sader y Profersa, dos empresas con un potencial altamente contaminante, una gestionando residuos muy peligrosos y la otra produciendo fertilizantes químicos».
Además, ha denunciado que «la cosa empeora» porque la actividad industrial de Sader se ha visto «incrementada exponencialmente con centenares de camiones cargados de materiales peligrosos llegando desde hace semanas a Bilbo, muchos de ellos con lixiviados, un residuo líquido muy contaminante y peligroso, que supone un peligro real para el medio ambiente y para la salud pública».
Viñals ha criticado que, «a día de hoy, no hay ni un solo medidor de calidad del aire operando en el entorno cercano de Sader y Profersa, ni tampoco, en alguno de los barrios directamente afectados por sus malos humos».
En la misma línea, el concejal de EH Bildu Karlos Renedo ha indicado que «el control es fundamental, pero el problema se solucionará cuando saquemos las empresas del casco urbano». Además, ha recordado que en la licencia de actividad de Profersa «se le exigía un medidor continúo y esto no se está cumpliendo».
La formación soberanista ha pedido una «hoja de ruta viable y creíble» para que dichas empresas «salgan lo antes posible».
En su respuesta a los grupos de la oposición, la concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, ha precisado que se trata de una cuestión cuya competencia no radica en el Ayuntamiento. Además, ha defendido que el Consistorio «si que realiza un seguimiento minucioso».
Por su parte, el concejal de Planificación Urbana, Proyectos estratégicos y Espacio Público, Asier Abaunza, se ha dirijido a los partidos políticos señalando que «nos corresponde actuar con responsabilidad y no sembrar la alarma en la población en aras a ganar tres o cuatro votos aquí o allá y acudir con el bidón de gasolina en lugar de informar adecuadamente a la población».
En esa línea, ha asegurado que «nunca ninguna de estas dos empresas han sido sancionadas por incumplimiento de la normativa en materia de contaminación».
Por ello, ha defendido la instalación de medidores para «callar rumores, para arrojar luz donde otros arrojan nubes de sospecha, para no incendiar y generar alarma donde no hay riesgo y peligro, para no arrojar gasolina al fuego».