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‘En agosto nos vemos’, la novela póstuma de Gabriel García Márquez

El mismo día que Gabriel García Márquez hubiese cumplido 97 años, ha salido al mercado su esperada novela póstuma, ‘En agosto nos vemos’. Publicada por Penguin Random House, esta obra fue presentada en una rueda de prensa por los hijos del escritor, Gonzalo García Barcha y Rodrigo García Barcha.

Pilar Reyes, directora editorial de la división literaria de Penguin Random House, junto a Gonzalo García Barcha. (J. DANAE | FOKU)

Este 6 de marzo se publica a escala internacional y el mismo día en que Gabriel García Márquez hubiese cumplido 97 años, su novela póstuma, ‘En agosto nos vemos’.

Una historia que gira en torno a una mujer de mediana edad, Ana Magdalena Bach, que cada 16 de agosto toma el transbordador hasta la isla donde está enterrada su madre para visitar la tumba en la que yace. Esas visitas acaban suponiendo una irresistible invitación a convertirse en una persona distinta durante una noche al año.

Como ocurre en la mayoría de los libros póstumos, con el paso del tiempo se han conocido detalles reveladores en torno a esta obra, como por ejemplo, de que el escritor colombiano dudaba si publicarlo o no.

Según una nota que apareció ente los papeles del firmante de ‘Cien años de soledad’, este le dijo a Carmen Balcells, su agente, «este libro no sirve. Hay que destruirlo».

Márquez trabajó en ‘En agosto nos vemos’ durante 2004, mientras padecía el cáncer linfático que acabó con su vida. Ese mismo año, publicó su última novela en vida, ‘Memoria de mis putas tristes’ (2004), que causó controversia al relatar el romance de un anciano de 90 años con una mujer preadolescente. Dos años antes, había publicado sus memorias, ‘Vivir para contarla’.

Tras su muerte, en 2014, fueron sus hijos y herederos, Rodrigo García y Gonzalo García Barcha, quienes comenzaron el trabajo de revisar los papeles del escritor, y se toparon con esta novela, terminada, pero que su padre no publicó en vida.

Después de revisarla y leerla, concluyeron que merecía ser publicada. Precisamente fueron Gonzalo García Barcha y Rodrigo García Barcha, junto con Pilar Reyes, directora editorial de la división literaria de Penguin Random House Grupo Editorial, los encargados de presentar esta novela en el Instituto Cervantes de Madrid a través de una multitudinaria rueda de prensa presencial y virtual en la que estuvo presente GARA.

Portada con firma vasca

La primera cuestión que salió a relucir es la portada de la novela, creada por el artista vasco David de las Heras.

Sobre la importancia de dicha imagen, Gonzalo García Barcha explicó que «es una portada muy hermosa en la que prima el color verde. Es algo que siempre se ha asociado al imaginario de Gabriel García Márquez. Es una imagen que ilustra uno de los pasajes del libro y destaca la exhuberancia selvática de la isla en la que se desarrolla la historia».

Para Rodrigo García, el rol protagónico de la mujer en ‘En agosto nos vemos’ se resumió en que «mi padre siempre estuvo rodeado de mujeres muy fuertes, de gran personalidad. Las mujeres de su familia cimentaron su visión en torno a las mujeres. Él siempre se consideró feminista y evitó en todo momento en no aplastar con su fama a mi madre. La gran importancia que adquirió mi madre, Mercedes, junto a mi padre solo se puede resumir en que fue una gran líder. Siempre nos sentimos muy cómodos con mi madre, ella siempre destacó por su gran fuerza y carácter y todo ello se refleja en esta novela».

Territorio Gabo

En relación a los territorios por los que transcurre la novela, Gonzalo García Barcha dijo que «Gabo proviene de un territorio de Colombia en la que los sueños adquieren una gran relevancia. Él siempre se identificó con la cultura guajira. Siempre fue pragmático pero no podía olvidar esas raíces en las que lo fantástico siempre salía a relucir. Ya siendo anciano, enfermo, le causó una gran tristeza no recordar los sueños que había tenido. Para él esos territorios eran sumamente importantes porque alimentaban su imaginación».

Finalmente y en torno a las polémicas palabras que dijo el autor en torno a su intención de destruir este libro, Rodrigo García subrayó que «siempre tuvimos un contacto directo con este libro, Gabo regresaba a esta historia constantemente. Él dijo que quería destruirlo cuando su enfermedad estaba muy avanzada y cuando Gonzalo y yo lo volvimos a leer descubrimos que en absoluto estaba tan mal como decía nuestro padre. Su hermosa narrativa se mantiene y, además, él siempre fue muy tajante en sus decisiones. Si él quería destruir una obra que no le gustaba, la destruía y no lo hizo con esta. En realidad, ya no hay más originales ocultos y misteriosos, esta novela cierra toda su obra. Esta es su última novela. Mi padre, a pocos días de su muerte, nos dijo ‘hagan con la novela lo que ustedes crean conveniente’ y eso nos ayuda a dormir con mucha tranquilidad».