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Netanyahu reitera la amenaza a Rafah pese a la retórica de EEUU

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mantiene que atacará Rafah, pese a la retórica estadounidense que le pide «otras formas de acabar con Hamas». Israel enviará una delegación a Washington para conocer las ideas de Joe Biden al respecto, pero no cambia sus planes.

Palestinos huyen de los bombardeos en la ciudad de Gaza. (AFP)

La permisividad, comprensión y colaboración para devastar la Franja de Gaza que ha recibido durante seis meses Benjamin Netanyahu por parte de sus aliados occidentales, y sobre todo de EEUU, le permiten seguir avanzando en sus planes sin línea roja alguna.

La retórica estadounidense que muestra reticencias a la amenaza contra Rafah no supone ningún cambio. Netanyahu insistió ayer en la necesidad de atacar esta ciudad del sur de la Franja, donde se hacinan 1,5 millones de personas, la mayoría huidos de la destrucción del resto del enclave.

«Estamos decididos a una total eliminación de Hamas. Esto requiere la eliminación del resto de batallones en Rafah y, desde luego, de los batallones en los campamentos en el centro (de Gaza)», sostuvo ante el comité de Exteriores y Defensa del Parlamento israelí. «No puede decirse que destruiremos el 80% de Hamas, porque el 20% restante se reorganizará y volverá a tomar el control de la Franja de Gaza», añadió.

Horas antes, Biden había pedido a Netanyahu analizar de forma conjunta posibilidad de atacar a Hamas sin «una gran ofensiva terrestre» contra Rafah. «He pedido al primer ministro (de Israel) que envíe un equipo a Washington para discutir vías para atacar a Hamas sin una gran ofensiva terrestre en Rafah», afirmó.

El primer ministro israelí se mostró condescendiente con Biden. «Debido a nuestro respeto al presidente (estadounidense), hemos pactado una plataforma para que comparta sus ideas, particularmente en lo relativo al aspecto humanitario, y sobre permitir una retirada planeada de población y asistencia a los civiles. Lo hemos estado haciendo desde el principio de la guerra», dijo Netanyahu.

Reunión en Washington

La Casa Blanca confirmó que «expertos» israelíes en los ámbitos militar, inteligencia y ayuda humanitaria se reunirán la próxima semana en Washington para hablar sobre el asunto. Netanyahu admitió que hay «diferencias» con EEUU sobre la ofensiva contra Rafah, pero que esas discrepancias no existen «en torno a la necesidad de destruir a Hamas», un objetivo bajo el que Israel ha destruido el 80% de la Franja y ha matado ya a más de 31.800 personas, a las que suman unos 420 palestinos muertos en Cisjordania y en Jerusalén.

Biden dio alas a Netanyahu para continuar con este exterminio al decirle que «Israel tiene derecho a ir en busca de Hamas, un grupo de terroristas responsable de la peor masacre de judíos desde el Holocausto», según su asesor, Jake Sullivan.

«El presidente volvió a rechazar que mostrar preocupación sobre Rafah sea lo mismo que cuestionar la necesidad de acabar con Hamas. Una gran operación terrestre allí será un error y llevará a más muertes de civiles», declaró Sullivan.

«Le dejé claro al presidente en nuestra conversación, de la manera más clara, que estamos decididos a completar la eliminación de esos batallones en Rafah. Y no hay otra manera de hacerlo que no sea por vía terrestre», replicó ayer Netanyahu.

La conversación telefónica, la primera entre ambos mandatarios desde febrero, llegó después de que Biden respaldara las declaraciones del líder de la mayoría demócrata en el Senado estadounidense, Chuck Schumer, quien acusó a Netanyahu de ser un obstáculo para la paz y pidió elecciones para reemplazarlo.

Solo palabras

Pero, aunque EEUU estaría más cómodo con otro interlocutor, las discrepancias no van más allá de las palabras. Según el diplomático israelí Alon Pinkas, exasesor de varios presidentes estadounidenses, de momento, Biden «ha sido muy crítico, pero en el plano de la retórica, no en el de los hechos y las políticas».

«Condenan, expresan su desacuerdo o desagrado, filtran que están pensando reducir los suministros de armamento y municiones, pero de momento no han hecho nada», explicó.

Netanyahu, no obstante,  indicó que «estamos sometidos a una creciente presión internacional que estamos rechazando para completar los objetivos de la guerra».

Unos objetivos que ha sido incapaz de cumplir, sobre todo la liberación de cautivos israelíes, pese a la destrucción y a una operación sin precedentes como el mismo reconoció al jactarse de que el Ejército israelí lleva más de cinco meses combatiendo en Gaza, «lo que supone un récord en la historia de las guerras de Israel, a excepción de la Guerra de Independencia».

Naciones Unidas y diversas organizaciones no gubernamentales han advertido contra una ofensiva israelí sobre Rafah, en medio de una gravísima crisis humanitaria y de una inminente hambruna generalizada en el norte del enclave, que puede también extenderse al sur.

Más allá de las discrepancias sobre la ayuda humanitaria o sobre cómo lleva a cabo sus ataques, EEUU debería  suspender inmediatamente las transferencias de armas a Israel, exhortaron Oxfam y Human Rights Watch, que recordaron que la ley estadounidense prohíbe el apoyo armamentista a Gobiernos que bloquean ayuda vital o violan el derecho internacional.

Las organizaciones presentaron un informe al Ejecutivo de EEUU enumerando una amplia gama de estas violaciones, incluidos ataques indiscriminados o desproporcionados contra hospitales o cerca de ellos y el bloqueo sistemático de la asistencia humanitaria.

«Ya pasó el momento para que la Administración Biden pusiera fin a las ventas de armas letales a Israel, y le pedimos que lo haga ahora y trabaje para poner fin a la muerte y el sufrimiento en Gaza», insistió Scott Paul, director para paz y seguridad de Oxfam.

Pese a sus «críticas», Washington ha aprobado más de 100 ventas militares diferentes a Israel desde la invasión de Gaza, de las que solo ha hecho públicas dos, por valor de 106 millones de dólares y 147,5 millones, respectivamente.

Sigue el ataque a Al-Shifa

Entre los crímenes de guerra denunciados figuran los ataques a hospitales como el que llevó a cabo el lunes contra el de Al-Shifa, y que continuó ayer. En el cuarto asedio que sufre este hospital, que apenas había podido empezar a funcionar de nuevo, todavía se producían explosiones de ataques con misiles y artillería, y las tropas israelíes impedían que las ambulancias llegaran para recuperar a los heridos y los cuerpos de los muertos.

Miles de personas –enfermos, heridos y desplazados–, se han visto obligadas a huir.

Las cifras de víctimas no se conocían aún, pero el propio Ejército israelí habló de más de medio centenar de muertos y 300 detenidos en la operación.

Crimen de guerra

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Dumanos, Volker Türk, afirmó que utilizar el hambre como método de guerra y aplicarlo a toda una población constituyen crímenes de guerra. Culpó a Israel de la hambruna por la restricción a la entrada y distribución de ayuda y bienes comerciales, el desplazamiento de casi toda la población y la destrucción de infraestructuras vitales.

Negociación

Israel presentó una contraoferta a Hamas en las conversaciones en Doha, según el Ministerio qatarí de Exteriores, que mostró «un cauto optimismo». Un alto cargo israelí, en cambio, expresó «pesimismo» sobre la posibilidad de una tregua.