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Arrasate cierra seis años en Osasuna con su idilio intacto: «Tengo que ser honesto»

Se acabó la historia de amor, y de éxito, entre Jagoba Arrasate y Osasuna. El entrenador se despide convencido de que es el momento de buscar otros horizontes tras considerar que no ha podido mantener el tono anterior. Una tarde dolorosa para el osasunismo y con lágrimas en la sala.

Sabalza aplaude a Arrasate tras anunciar un adiós que casi nadie deseaba. (OSASUNA)

Jagoba Arrasate ha comunicado este martes que deja de ser entrenador de Osasuna a final de temporada, poniendo fin a un ciclo de seis años tremendamente exitoso. La decisión la ha hecho saber en una emotiva rueda de prensa junto al presidente, Luis Sabalza, y al director deportivo, Braulio Vázquez, con quien ha sido uña y carne en este ciclo.

«Es una decisión complicada, como podéis imaginar. Estoy en paz conmigo mismo», ha arrancado Arrasate midiendo mucho las palabras. «Si no estoy convencido del todo, es difícil que sea feliz y que saque lo mejor del equipo. Es el momento», ha explicado.

Se le ha quebrado la voz al citar su relación con Sabalza y especialmente con Braulio. Recuperada la serenidad, en el turno de preguntas ha reconocido que «estoy obsesionado con acabar bien en Osasuna y por eso creo que es lo mejor para todas las partes». Se ha reconocido «abrumado por todas las muestras de cariño» y lo ha devuelto así: «Es la etapa más bonita de mi vida, Osasuna estará siempre marcado en mi corazón».

«Yo sé que el que sale de Osasuna pierde, yo aquí lo tengo todo, pero debo ser honesto conmigo mismo»

 

«¿No ha habido nada que hacer?», ha preguntado una periodista a Sabalza. Pero Arrasate ha decidido responder para no dejar dudas: «Es una decisión mía. Ni Bittor [Alkiza, su segundo] podía convencerme». Todavía ni se lo ha comentado a los futbolistas, solo a sus allegados el lunes, tras cerrar su reflexión. El martes por la mañana se la ha trasladado a Braulio Vázquez y a Luis Sabalza, que ha estado desolado en toda la comparecencia.

«Yo sé que el que sale de Osasuna pierde. ¿Qué voy a decir de mi familia? Yo aquí lo tengo todo. Pero tengo que ser honesto conmigo mismo», ha subrayado. «No me perdonaría acabar mal con Osasuna. ¿Soy conservador por ello? Pues igual. Pero vale mucho volver con una sonrisa cada vez que venga a Iruñea, o a Mutilva...»

Entre los momentos más especiales de estos seis años intensos ha citado dos: la ilusión de la afición con la final de Sevilla y el momento en que fue ratificado por Braulio Vázquez cuando llevaba diez partidos sin ganar, con el famoso discurso sobre «el capitán del barco». Luego ha añadido un tercero: «La temporada de Segunda, con aquel vestuario, era una gozada venir al Sadar cada quince días...»

La despedida reafirma la imagen no solo de que hay un cambio de ciclo, sino de que Osasuna ha tocado techo. Braulio Vázquez ha venido a admitir que repetir la pasada campaña «es imposible». Y Arrasate ha añadido aquí: «Sí ha sido un golpe de realidad. Tenemos unas limitaciones de club». Ha dejado caer la «mayor dificultad para cerrar jugadores», después de unos años expansivos en lo económico que han dejado paso al reconocimiento de que habrá que vender (Chimy Ávila ha sido el primero). Y también ha apuntado que este año le ha costado «dar la vuelta al equipo y lograr resultados», tras un plan inicial que intentaba dar continuidad a los del año pasado.

El «socavón»

Un periodista ha resumido bien la situación en que queda al club al dirigirse así a Sabalza y Vázquez: «No hay más ver vuestras caras para entender el socavón que queda en Osasuna». El presidente había reconocido su tristeza en su primera intervención, lamentando sobre todo que Arrasate no hubiera acabado el ciclo de la legislatura con él. Y el director técnico ha añadido que como persona se queda muy tocado, porque «he tenido ocho o nueve entrenadores y este es el cuerpo técnico con el que mejor he trabajado».

Habrá que ver el impacto del adiós de Arrasate tanto en la figura del director deportivo, coautor de los éxitos de estos años con sus fichajes, como sobre todo en la directiva. Y es que en los últimos días, dentro de la incertidumbre total que rodeaba a la decisión, algunas voces en redes sociales han apuntado a desavenencias entre el entrenador y miembros de la Junta. Tanto Arrasate como Sabalza las han negado rotundamente. El técnico ha considerado que igual no han gestionado bien esta fase de indecisión, lo que ha generado «ruido».

Una historia de amor

El de Berriatua llegó a Iruñea en 2018 y consiguió ascender al equipo a Primera División con exhibición de juego y 87 puntos, cerca de la mejor marca histórica en la categoría. Luego ha liderado cinco salvaciones consecutivas con holgura.

Con todo, mayor aún ha sido su éxito en la conexión con la afición. En casi todos los partidos en El Sadar se ha coreado su nombre, incluso cuando el equipo iba perdiendo. Con sus valores humanos (humildad, sinceridad, trabajo, identidad...) se ha identificado plenamente con la hinchada rojilla, más allá de todo: gustos futbolísticos, ideologías políticas...

El cénit de su trayectoria la marcaron la final de Copa y la clasificación europea, pero el salto deportivo no se ha materializado y ello ha pesado en la decisión

 

La temporada anterior marcó el cénit en su trayectoria en Osasuna, con la final de Copa ante el Real Madrid y el séptimo puesto que daba acceso a la Conference League. Ello hizo que el club soñara con un salto adelante que no ha sido posible en la campaña, comenzando por la eliminación en previa europea y siguiendo por las eliminaciones a las primeras de cambio en la Copa y la Supercopa, además de una temporada liguera algo anodina.

Ello puede haber llevado a Arrasate a considerar que era el momento idóneo para cerrar el ciclo. Una idea que, por otra parte, el de Berriatua siempre ha tenido en mente al ser muy consciente de la volatilidad del cargo de entrenador.

Con todo, está claro que sale de Osasuna todavía con mucho crédito y las puertas abiertas para volver, al menos por parte de la afición. Él mismo lo ha reconocido en su comparecencia, apuntando que aunque suene «egoísta», así «me dejo la puerta abierta».

El llanto de Arrasate en Sevilla tras perder la final copera contra todo un Real Madrid. (Jagoba Manterola | Foku)

Sin que ello quebrara su sencillez, entre los momentos memorables que deja Jagoba Arrasate al frente del banquillo rojillo están el bertso que cantó desde el Ayuntamiento de Iruñea en la celebración del ascenso en 2018 o las lágrimas tras la final de la Cartuja.

Como señal, la rueda de prensa ha sido cerrada con una ovación por parte de los periodistas. Y todo ello después de que Jagoba Arrasate haya insistido una y otra vez en que no considera este acto una despedida porque quedan nueve partido: «Ese día, el último en El Sadar, seguramente estaré peor».