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El envío de ayuda por aire, «un peligro real» para los palestinos, tras morir otras 18 personas

Doce personas han muerto ahogadas y otras seis asfixiadas por una estampida tras el lanzamiento de paquetes de ayuda humanitaria a Palestina desde el aire. Cientos de camiones esperan en Rafah para entrar a la Franja de Gaza.

Lanzamiento por vía aérea de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. (Omar Ashtawy | Europa Press)

Al menos 18 palestinos han muerto en el norte de la Franja de Gaza en las últimas horas cuando decenas de personas hambrientas han entrado al mar para recoger los paquetes de ayuda humanitaria lanzados desde el aire. Doce de ellos han muerto ahogados y seis asfixiados por la estampida, según ha informado el Ministerio de Sanidad de la Franja.

«Estaban intentando obtener ayuda ante la hambruna existente. Las operaciones de envío de ayuda desde aviones se han convertido en un peligro real para la vida de ciudadanos hambrientos», afirma el Ministerio.

No es la primera vez que el lanzamiento de paquetes vía aérea se cobra la vida de civiles gazatíes, ya que el pasado 4 de marzo cinco civiles murieron y varios resultaron heridos por el impacto de los palés de ayuda humanitaria tras no abrirse los paracaídas en ciudad de Gaza.

Ante esta situación, las autoridades palestinas llaman a poner fin a este tipo de operaciones «inútiles, ofensivas e inapropiadas» y pide a Israel que abra «de manera inmediata» el resto de pasos fronterizos terrestres -hay cinco sin abrir- para paliar la grave escasez de alimentos que sufren los civiles del norte de Gaza por sexto mes consecutivo.

«Hemos advertido a todos los países implicados en los lanzamientos de ayuda del peligro de sus incorrectos procedimientos, ya que parte de la ayuda es lanzada al mar, parte es lanzada a los territorios palestinos ocupados y parte es lanzada a zonas peligrosas», ha manifestado.

Israel culpa a la ONU

Israel, por su parte, insiste en que el problema de la ayuda humanitaria no se resolverá con la apertura de más pasos fronterizos y culpa a la ONU de no distribuir los paquetes que entran por los dos cruces terrestres activos desde el estallido de la ofensiva israelí: Kerem Shalom, en territorio israelí, y Rafah, fronterizo con Egipto.

Y pese a que Israel en las últimas semanas ha permitido la entrada en dos ocasiones de convoyes por una nueva ruta que va directa al norte de la Franja, este lunes impidió la entrada de convoyes de la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados Palestinos (UNRWA ,en inglés) a quien acusa de «tener vínculos» con Hamas.

El lanzamiento por aire de ayuda humanitaria se puso encima de la mesa hace unas semanas por parte de la comunidad internacional, entre ellos Jordania, el Estado francés, Egipto o EEUU, como una alternativa para hacer llegar más ayuda al norte de la Franja donde 300.000 gazatíes están expuestos a la hambruna.

«Responsabilizamos plenamente a la administración estadounidense, a la comunidad internacional y a la ocupación israelí por la continuación de estos crímenes combinados, que el mundo no ha podido detener», critica el ministerio gazatí en su comunicado.

Al menos 23 niños y niñas han muerto a causa de la deshidratación y la desnutrición en el norte de la Franja de Gaza, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Gran Bretaña se suma al lanzamiento de ayuda

Mientras las autoridades de Gaza piden acabar con esta práctica, la Real Fuerza aérea británica lanzó este lunes por primera vez de forma aérea alrededor de diez toneladas de suministros alimenticios en la Franja de Gaza ante las advertencias de que la población se enfrente a una hambruna «inminente».

«La ayuda, que consiste en agua, arroz, aceite de cocina, harina, conservas y fórmulas para bebés, apoyará al pueblo de Gaza», reza un comunicado del Gobierno de Reino Unido.

Un avión militar británico ha volado desde la capital de Jordania, Ammán, para lanzar esta ayuda a lo largo de la costa norte de Gaza, «como parte de la misión de ayuda internacional encabezada por las autoridades jordanas», trabajando «en estrecha colaboración» para la planificación de la misión.

Cientos de camiones, esperando para entrar

Mientras tanto, cientos de camiones con alimentos y asistencia vital para la población de Gaza esperan frente al cruce fronterizo con Egipto para entrar en el enclave palestino, pero no reciben autorización de Israel, ha confirmado este martes James Elder, portavoz de Unicef, que se encuentra en el lugar.

«Rafah está totalmente irreconocible. Hay carpas en todas las calles, gente durmiendo en terrenos arenosos, en edificios públicos o en cualquier espacio libre. Para que se entienda lo que esto significa para las familias, para los niños, hay que decir que los estándares en emergencias humanitarias indican que debe haber al menos un baño por cada veinte personas, pero aquí hay un baño para 850», ha relatado.

Ha agregado que es peor aún si se trata de ducharse, pues actualmente hay una ducha disponible por cada 3.600 personas. «En mis veinte años con la ONU, nunca he visto tal nivel de devastación. Esto es solo caos, escombros y desechos», lamenta.

Evidencias «razonables» de genocidio

En este contexto, la relatora de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, ha culpado a la comunidad internacional de permitir con su inacción que Israel cometa actualmente un genocidio en Gaza, al presentar ante el Consejo de Derechos Humanos un informe en el que ve «motivos razonables» para creer que se está cometiendo ese delito de lesa humanidad.

«La comunidad internacional no puede seguir ignorando el proyecto de Israel, que es el de librarse de Palestina y los palestinos en desafío a la ley internacional», ha subrayado la experta italiana en su presentación del informe ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Ha agregado que «al no exigir a Israel que rinda cuentas, el mundo ha permitido que el genocidio se extienda por Gaza», por lo que ha urgido a la comunidad internacional a que «cumpla sus obligaciones, lo que pasaría por la imposición de un embargo de armas y sanciones a Israel».

Albanese ha presentado un informe, ya adelantado a la prensa el lunes, que bajo el título ‘Anatomía de un genocidio’ considera que hay evidencias razonables para concluir que Israel está cometiendo al menos tres «actos genocidas» definidos como tales en la convención internacional que desde 1948 busca prevenir y sancionar ese delito.

«Cuando las intenciones genocidas son tan claras y ostentosas como ocurre en Gaza, no podemos mirar hacia otro lado, debemos confrontarlo, evitarlo y castigarlo», ha asegurado.

«Inexplicablemente, en lugar de intentar evitar esto, una minoría de poderosos Estados miembros de la ONU han brindado ayuda militar, económica y política para estas atrocidades», ha lamentado Albanese.

La relatora presenta como pruebas de que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza (algo que se está investigando también en La Haya la Corte Internacional de Justicia de la ONU) hechos como la muerte de más de 30.000 palestinos en casi medio año de ataques, 13.000 de ellos niños.

«Periodistas, doctores, enfermeras, artistas, académicos, ingenieros, científicos y sus parientes... una sociedad entera está en el punto de mira», ha subrayado la relatora, quien ha recordado que además de los más de 30.000 palestinos fallecidos en el conflicto hay 12.000 desaparecidos y 71.000 personas han resultado heridas.

Albanese también ha resaltado que en las dos primeras semanas de ataques Israel bloqueó la entrada de cualquier tipo de ayuda humanitaria en Gaza, y en los meses posteriores ha seguido imponiendo fuertes restricciones en la llegada de agua, alimentos, electricidad y combustible.

«Esta política deliberada ha causado grave inseguridad alimentaria en toda la población; los que han quedado atrapados en el norte han tenido que recurrir a alimentarse con comida para animales o hierba», ha descrito.

Los actos de genocidio «han sido alimentados por un vehemente discurso antipalestino, que describe a toda la población de Gaza como enemigos que deben ser erradicados o expulsados a la fuerza», ha asegurado, y ha afirmado que esta táctica permea toda la sociedad israelí, incluidos «altos cargos que llaman habitualmente a los soldados a aniquilar al pueblo de Gaza».

Albanese ha agregado que «el genocidio en Gaza es la fase más extrema de un largo proceso de colonización y asentamiento para intentar eliminar a los palestinos», que se prolonga durante más de 76 años en los que ese pueblo «ha sido oprimido de todas las maneras imaginables, destruyendo su derecho inalienable a la autodeterminación».