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La Asamblea corsa aprueba el proyecto de reforma constitucional para la autonomía de la isla

El texto constitucional que prevé «un estatuto de autonomía» para Corsica «dentro de la República» francesa han sido adoptado por la mayoría de la Asamblea corsa en una votación en tres partes.

Gilles Simeoni conversa con Emmanuel Macron durante la visita en la que éste último defendió «una autonomía anclada en la República francesa» para Corsica. (Pascal POCHARD-CASABLANCA | AFP)

El texto constitucional que prevé «un estatuto de autonomía» para Corsica «dentro de la República» francesa han sido adoptado por la mayoría de la Asamblea de Corscica, con el voto en contra de 13 cargos electos sobre 63.

El texto, compuesto por seis párrafos, ha sido sometido a votación en tres partes. En la primera se recoge la noción de comunidad corsa; en la segunda, la posibilidad de un poder normativo concedido a los cargos electos de la isla y, finalmente, la propuesta de someter este texto a la ciudadanía corsa a través de una consulta popular.

Luego, una cuarta votación ha ratificado esta aprobación en tres fases de la Asamblea corsa.

62 diputados han votado a favor de la primera parte, que prevé «el reconocimiento de un estatuto autónomo para Corsica dentro de la República que tenga en cuenta sus propios intereses vinculados a su insularidad mediterránea, a su comunidad histórica, lingüística, cultural habiendo desarrollado un vínculo singular con su tierra». Sólo un electo independentista ha votado en contra.

El resultado ha sido el mismo en la segunda.

Finalmente, en lo que respecta a los cuatro párrafos relativos al «poder normativo» que podría concederse a los cargos electos de la isla, 49 han votado a favor, 13 en contra y uno se ha abstenido.

Durante la última votación, en la que se afirma que «el texto así adoptado será transmitido al Parlamento», 62 cargos electos han votaedo a favor y uno en contra.

Discrepancias

La sesión de la Asamblea ha comenzado con un retraso de tres horas por las dificultades para llegar a un acuerdo sobre este texto.

El partido del presidente corso, Gilles Simeoni, tiene la mayoría absoluta (32 escaños) y los jefes de grupo de los autonomistas de Avanzemu (7 escaños) y de los independentistas de Core in Fronte (6 escaños) daban su visto bueno al proyecto.

El partido independentista Nazione (con un diputado) anunció que no votaría a favor de este texto, considerado «un obstáculo al reconocimiento de los derechos nacionales del pueblo corso».

Pero entre los 16 electos del grupo de derecha Un Soffiu Novu, persistían las discrepancias sobre la concesión de poder legislativo a la Asamblea corsa.

Cuando se alcanzó un acuerdo previo hace dos semanas ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, que ha dirigido las negociaciones por parte del Ejecutivo de Emmanuel Macron, subrayó que Corsica tendrá «un poder normativo propio», legislativo o reglamentario, sobre una serie de competencias que no estarán especificadas en la Constitución, sino de nuevo en una ley orgánica que las definirá.

Insistió en que «respeta las líneas rojas» que había fijado el presidente de la República y él mismo.

Eso significa que no se reconoce la existencia de un pueblo corso, sino de una «comunidad cultural» y queda descartada la creación de un «estatuto de residente» en la isla como querían algunos representantes corsos para que, por ejemplo personas ajenas a la isla pudieran hacerse con propiedades allí.

Según Darmanin, es un avance «hacia la autonomía» y «no hay separación de Corsica de la República».

Las normas que aprueben el legislativo o el Ejecutivo corso tendrán que respetar «las libertades públicas fundamentales» francesas y su Constitución y eso será controlado por un dispositivo en el que entrarán en juego el Consejo de Estado y el Consejo Constitucional.

Una vez aprobada en la Asamblea corsa, Macron iniciará «consultas políticas nacionales» con vistas a la reforma de la Constitución.

Ahora queda su paso por el Parlamento francés, donde el proyecto dista mucho de ser unánime. La derecha, mayoritaria en el Senado, se muestra hostil a esta reforma constitucional que, para ser validada, debe ser votada de manera idéntica por la Asamblea y la Cámara alta antes de la reunión de diputados y senadores con una mayoría de tres quintos.