Aviron recibe a Toulon con el objetivo de convertir Anoeta en su segundo hogar
Los labortanos se muestran intratables en casa y en las dos últimas campañas han ganado 21 de los 22 partidos jugados como locales. Su única derrota tuvo lugar en el estadio donostiarra, frente a Pau. Una victoria este domingo (21.05) les metería en la lucha por los puestos de play off.
Aviron Bayonnais regresa este domingo a Anoeta (21.05), un estadio que aspira a convertir en su segundo hogar. Hace un año los labortanos llenaron el coliseo donostiarra para recibir a la Section Paloise, un choque que dejó muy buen sabor de boca en lo social pero que en lo deportivo se saldó con victoria visitante (20-30).
En esta ocasión se pasará por Donostia el equipo de Toulon, que no brilla tanto como en épocas pretéritas –fue campeón de Europa en 2013, 2014 y 2015– pero que sigue siendo un hueso duro de roer. En sus filas milita el tercera línea de Senpere Charles Ollivon, que se enfrenta al equipo en el que se formó en el campo del que fue abonado, como buen seguidor de la Real.
Desde su último ascenso Aviron se ha convertido en una especie de Doctor Jeckyll y Mister Hyde, en función de si juega en casa o fuera. El año pasado solo perdió un choque como local, y fue precisamente el de Anoeta, el único lejos de un Jean Dauger que cuelga cada jornada el cartel de ‘No hay billetes’. Los 50 puntos cosechados en su campo le permitieron acceder a la Champions por primera vez en su historia, porque lejos de Baiona solo logró 8 puntos, con una victoria, un empate y once derrotas.
La fórmula pone todos los huevos en la misma cesta, pero esta adaptación del refrán ‘Etxean otso, kalean uso’ parece que funciona de momento. Porque este curso la historia se repite, con nueve victorias en otros tantos partidos jugados en casa (38 puntos) y pleno de derrotas fuera, diez de diez. El reto es trasladar a Anoeta la solidez alcanzada en el Jean Dauger.
Quitando a Stade Français y Toulouse por arriba, y a Oyonnax por abajo, los otros once equipos del Top 14 se mueven en un margen muy estrecho. Bordeaux es tercero con 49 puntos, Toulon y La Rochelle ocupan los últimos puestos del play off por el título con 46, Aviron es noveno con 43 y Montpellier, con 37, jugaría ahora mismo el play off de descenso. Todos concentrados en 12 puntos. Quedan siete jornadas y cabe recordar que cada victoria se paga con 4 puntos y que se puede sumar uno extra.
Ambientación
Donostia aguarda la llegada de miles y miles de aficionados al balón oval, no solo del norte del Bidasoa, sino también de otros puntos de Hego Euskal Herria, ávidos de disfrutar del rugby de élite sin tener que desplazarse hasta Lapurdi, como muy cerca.
A las 16.30 se abrirá junto a la esquina sudeste del estadio –en la explanada frente al Xanti y al Palacio del Hielo– una fan zone bautizada como Village Txuri Urdin Herria, con música en directo, DJ y puestos de comida y bebida. En el post partido permanecerá operativa hasta la 1.00 de la noche, aprovechando que el lunes es festivo en todo el país.
Discrepancias
Las semanas previas se han visto ensombrecidas por algunas discrepancias entre el Aviron, por un lado; y las Federaciones Vasca y Española, por otro. Iñaki Rica, presidente de la Vasca, se quejaba de que los rectores del club albiazul «son unos excelentes vendedores y te lo quieren vender como un proyecto cultural, social y deportivo, pero está muy claro que el único objetivo que tienen es económico».
Y mostraba su malestar porque se dejara de lado al modesto rugby local mientras se lo guisan y se lo comen a tres bandas entre el Aviron, la Real Sociedad –ambos clubes son el buque insignia de sus respectivos territorios y están mostrando gran sintonía– y el Ayuntamiento, propietario del estadio y que ve aumentar los ingresos por visitantes.
«Cualquier evento deportivo de rugby siempre lleva inherente unas acciones dirigidas a lo que es la promoción del propio deporte», declaraba Rica en la web de información deportiva ‘Relevo’. «Lo único que estoy pidiendo es poder sentarnos en una mesa y pensar qué podemos hacer de manera conjunta, algo que sea bueno para ellos y para nosotros», sentenciaba.
En ese camino, advertía que para poder disputar un partido del Top 14 en Donostia se necesita el visto bueno de la Federación Española.
Aviron replicó con una nota negando las acusaciones de Rica –al que acusó de «falta de respeto»– y reafirmando su compromiso de colaborar en el desarrollo del rugby en todo el territorio vasco.
El carrusel de declaraciones lo completó la Federación Española, quien respaldó a Rica y defendió la necesidad de que este tipo de eventos vayan más allá de lo económico y generen un beneficio deportivo para el rugby local.
A pesar de todo, confirmó que no pondría obstáculos a la celebración del choque, aunque resulta evidente que de cara al futuro las partes deberán sentarse en torno a una mesa para limar asperezas. Visto desde fuera no parece un problema especialmente complejo de arreglar, si realmente hay voluntad para ello.