Un viaje de 857 horas
En el panorama cinematográfico actual, figura una obra que desafía toda medida convencional, ‘Logistics’. Esta pieza monumental cuenta con una duración descomunal, 857 horas, una odisea cinematográfica cuyo visionado requiere la dedicación de 35 días completos y de manera ininterrumpida.
Pero, ¿qué narrativa épica justifica semejante extensión temporal? Sencillamente, ‘Logistics’ aborda el intrincado mundo de la producción y transporte de un simple podómetro.
Los autores de esta epopeya fílmica son los cineastas y artistas suecos Erika Magnusson y Daniel Andersson, cuya motivación surgió tras toparse con un artículo en un periódico alemán que revelaba cómo la manufactura de un cepillo de dientes eléctrico implicaba la participación de piezas provenientes de hasta diez países diferentes.
Aunque la documentación del proceso de creación de dicho artefacto y la revelación de la procedencia de sus componentes podría parecer un tema trivial, Magnusson y Andersson optaron por no recurrir a elipsis temporales, capturando en tiempo real el viaje de un objeto cotidiano desde sus primeras etapas de producción hasta su llegada a las estanterías de las tiendas.
El género documental, por su naturaleza, se presta a exploraciones cinematográficas de amplia duración, y obras como ‘Shoah’ –con aproximadamente nueve horas y media de metraje– o experimentos tan audaces como ‘Modern Times Forever’ –con 240 horas de duración– son ejemplos notables de esta tendencia.
Sin embargo, todas estas obras quedan a distancia sideral en comparación con el viaje épico que emprende ‘Logistics’, desde Estocolmo hasta Bao (China), con un humilde podómetro como protagonista y el tiempo, junto con el consumismo, como ejes temáticos.