Cazeneuve defiende que «la responsabilidad de Estado» primó en el desarme de ETA
Una semana después del juicio a dos artesanos de la paz en París, el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve respalda la actuación del Estado francés para facilitar el desarme de ETA de la mano de la sociedad civil.
El diario ‘Sud-Ouest’ publica hoy, en su edición de papel, una entrevista con Bernard Cazeneuve, a la sazón primer ministro francés en el periodo del desarme de ETA.
Cazeneuve, a quien citaron como interlocutor directo o indirecto diversos testigos en el juicio celebrado en París los días 2 y 3 de abril, respalda lo actuado por el entonces prefecto de Pirineos Atlánticos, Éric Morvan y también por su propio ministro de Interior, Mathias Fekl.
Ambos prestaron declaración en el proceso abierto por la acción de Luhuso (2016) contra la periodista Béatrice Molle-Haran y el activista social Txetx Etxeberri.
Cazeneuve, que elogia en la entrevista que firma el periodista Pierre Penin la actuación de Morvan y Fekl, razona la colaboración prestada al desarme en clave de «responsabilidad de Estado», que justifica, en todo momento, en el contexto en materia de seguridad que se vivía en la época.
Morvan y Fekl ya destacaron que en 2017 ETA no era una amenaza de primer orden para el Estado francés, donde el islamismo armado había llevado a cabo atentados como los sufridos por el semanario satírico ‘Charlie Hebdo’ o la sala de conciertos Bataclan, ambos en París, o el que tuvo como objetivo a ciudadanos de a pie en el Paseo de los Ingleses, en Niza.
Los ex responsables públicos remarcaron en sede judicial que, en esa situación, sacar de la circulación el arsenal de ETA era una opción más que deseable para París, a fin de evitar que esas armas pudieran quedar fuera de control o incluso «pasar a malas manos», por utilizar la expresión que se escuchó en el Tribunal Correccional parisino.
Para el ex primer ministro Cazeneuve, que ya en 2015 defendió en una visita a Baiona cualquier paso que sirviera para lograr el desarme de ETA, defiende en la entrevista que lo actuado por su gobierno dos años más tarde fuue, antes que nada, «cuestión de coherencia».
«Fui impulsor de una estricta política contra el tráfico de armas, ya que ese era un factor muy importante en la amenaza terrorista de cara a facilitar atentados masivos y, en coherencia, no podía, de un lado impulsar un endurecimiento de la legislación francesa y europea para enfrentar el tráfico de armas y, de otro, no hacer nada para recuperar un stock (de armas) que se situaba en regiones que tenían una historia de violencia», explica.
El exjefe de Gobierno bajo la presidencia de François Hollande invoca, al tiempo, la «responsabilidad de Estado» y confiesa que vivió «todo el capítulo» que llevó al desarme de ETA, que se oficializó el 8 de abril de 2017 en Baiona, «de manera muy pragmática».
«Francia estaba marcada por atentados terroristas muy mortíferos y, en ese clima, el papel del Estado es actuar para apaciguar la situación», prosigue Cazeneuve, para asumir su «implicación voluntaria» en un proceso de desarme que, en sus detalles operativos, confió a «un cierto número de personas que tenían toda mi confianza».
Interlocutores de confianza: Bové y Dufour
Bernard Cazeneuve, hoy apartado del PS, confió, en primer lugar, en lo que le explicaron dos interlocutores, el antiguo eurodiputado ecologista José Bove –presente en el acto de apoyo a Etxeberri y Molle-Haran, a las puertas del Tribunal Correccional– y una figura cuya actuación ha permanecido en un plano más discreto, la de François Dufour, exvicepresidente de la Región Normandía, y exportavoz del sindicato agrario Confédération Paysanne, con la que mantiene estrechos lazos el sindicato vasco ELB, del que fue fundador un artesano de la paz ya fallecido, Mixel Berhokoirigoin.
Ya en en clave no política sino operativa, «el prefecto (Morvan), en relación con el ministro de Interior (Fekl) plantearon un escenario fiable y a partir de ahí se ordenó dar paso a la restitución de esas armas», resume Cazeneuve.
El ex primer ministro viene a confirmar lo señalado por Txetx Etxeberri en esta entrevista respecto a la decisión de París de «tomar en sus manos» la cuestión del desarme, marcando distancias con Madrid, que transcurridos cinco años de la Declaración de Aiete (2011) y del final definitivo de la acción armada de ETA seguía priorizando la vía policial.
«El desarme se hará bajo nuestra autoridad»
Bernard Cazeneuve evita confirmar que esa decisión se comunicara en la Cumbre Franco-Española de Málaga (20 de febrero de 2017), a la que no asistió, aunque preguntado, a continuación, sobre otro hecho concreto, como el que llevó a París a desatender las informaciones de la Policía española para llevar a cabo dos operativos policiales antes del 8 de abril, confirma la mayor.
Los interlocutores españoles habrían recibido una «hipotética» respuesta que el ex primer ministro resume en estos términos: «Si tenéis informaciones, dárnoslas, pero el desarme se hará bajo nuestra autoridad y con interlocutores franceses».
El exinquilino de Matignon reivindica por igual «la firmeza» y «la confianza en el factor humano» a la hora de llevar a cabo «lo que no fue sino una operación de desarme, y nada más».
«Cuando se tiene sentido de Estado hay que ser capaz, si la ocasión se presenta, de tomar decisiones para favorecer la pacificación y garantizar la seguridad», concluye el ex primer ministro francés.
Sus palabras añaden una dosis reforzada a la tesis que primó en el juicio a Molle-Haran y Etxeberri al ratificar que los ciudadanos que actuaron para facilitar el desarme de ETA contaron con la colaboración expresa y hoy asumida públicamente de las más altas autoridades francesas.