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La Policía suspende en Berlín un congreso de solidaridad con Palestina

La Policía ha interrumpido y luego prohibido en Berlín un congreso de solidaridad con Palestina que había sido criminalizado por organizaciones y diputados alemanes. «El fascismo está vivo en Alemania», ha denunciado el exministro griego Yanis Varufakis, que debía participar en el evento.

Policías alemanes, en la entrada del Congreso por Palestina. (John MCDOUGALL | AFP)

La Policía ha interrumpido la celebración de un congreso en solidaridad con Palestina que había comenzado este viernes en Berlín, y en el que debían intervenir, entre otros, el exministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, y la cabeza de lista de Podemos al Parlamento Europeo y exministra de Igualdad española Irene Montero.

La Policía ha desplegado un fuerte dispositivo de vigilancia, ha cortado la electricidad del local y ha ordenado la paralización del evento.

Una portavoz policial ha justificado la interrupción por el discurso de un participante que estaba interviniendo por videoconferencia.

Tras la interrupción, la Policía ha sometido el evento a un «examen legal», tras el cual ha decidido suspender el resto del congreso, que debía continuar hasta el domingo.

La Policía lo ha justificado porque «existe el riesgo de que se vuelva a dar paso a un ponente que en el pasado ya se manifestado en público de forma antisemita y ensalzando la violencia».

El alcalde de Berlín, el conservador Kai Wegner, ha agradecido a la Policía haber actuado «con determinación» ante lo que ha definido como un «acto del odio».

El Congreso Palestino ya había sido puesto en la diana en Alemania, donde la «culpa histórica» por el Holocausto bajo el régimen nazi ha llevado a convertir el apoyo incondicional a Israel en «cuestión de Estado» y cualquier crítica al régimen sionista se criminaliza como «antisemita».

Manifiesto contra el Congreso

De esta forma, algunos medios locales de Berlín se refieren a él desde hace semanas como el «congreso de odiadores de Israel».

Según los organizadores, el propósito del evento es denunciar el apartheid y el genocidio israelíes y la complicidad alemana y, a través de una serie de talleres y charlas, adoptar pasos prácticos para realizar acciones en entornos como el trabajo, las universidades y el mundo de la cultura.

Un manifiesto firmado de forma individual por diputados de todos los partidos con representación parlamentaria –con excepción de la ultraderecha y de la escisión de La Izquierda BSW,– por organizaciones de la sociedad civil, sobre todo judías, denunció el congreso con el lema «Berlín no puede convertirse en un centro del enaltecimiento del terror».

Varias organizaciones judías pidieron que se prohibiera la entrada al país de los ponentes extranjeros, mientras que el alcalde de Berlín, Kai Wegner, ha afirmado en la red social X que le resultaba «insoportable» que se celebrara el evento.

Las autoridades de la capital alemana pusieron en marcha un despliegue con 2.500 agentes de policía con instrucciones de intervenir ante la primera señal de que se podría estar cometiendo un delito de corte antisemita.

Varufakis: «El fascismo está vivo y coleando en Alemania»

Los organizadores, por su parte, han denunciado el hostigamiento masivo hacia un evento convocado con el objetivo de denunciar la complicidad del Gobierno alemán con las matanzas de Israel en Gaza.

«El fascismo ha vuelto a Alemania. Éste es el día que la democracia murió en Alemania», han afirmado los organizadores del evento en sus redes sociales, en publicaciones en las que se puede ver a la policía interrumpiendo el acto.



Según algunos medios alemanes, la intervención por videoconferencia que motivó la interrupción del evento fue la del cirujano palestino-británico Ghassan Abu Sitta, al que previamente le había sido prohibida la entrada en el país.

«El Gobierno alemán me ha impedido por la fuerza la entrada en el país. Silenciar a un testigo del genocidio ante la CIJ (Corte Internacional de Justicia) se suma a la complicidad alemana en la masacre en curso», ha afirmado Abu Sitta, rector de la Universidad de Glasgow, a través de su cuenta de X.

«Silenciar a un testigo de genocidio ante la CIJ aumenta la complicidad de Alemania en la masacre en curso», ha añadido.

Según medios alemanes, se ha prohibido el ingreso también al autor palestino Salmán Abu Sitta, y se estudia hacer lo propio con el periodista palestino-estadounidense Ali Abunimah.

El exministro de Finanzas griego y líder del partido izquierdista paneuropeo DiEM25, Yanis Varufakis, que también debía intervenir, ha denunciado, por su parte, que el comportamiento de la policía demuestra que «el fascismo está vivo y coleando en Alemania».

Varufakis ha informado también de que la policía ha detenido a un activista de la organización Voz Judía por la Paz que portaba un cartel con el eslogan ‘Judíos contra el Genocidio’ como sospechoso de un delito de «antisemitismo».

En un vídeo publicado en redes sociales antes de que se interrumpiera el evento, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha enviado su apoyo y solidaridad a los organizadores y ha manifestado su condena a los actos de censura y represión que están sufriendo por parte de medios y autoridades.

El «genocidio que Israel está cometiendo en Gaza no sería posible sin el apoyo cómplice y directo» de países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, aseveró.