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Canarias encara la «mayor protesta de su historia» tras dispararse turismo masivo y vivienda

Este sábado y con el eslogan ‘Canarias tiene un límite’, se esperan decenas de miles de personas en las siete islas en una manifestación sin precedentes convocada por organizaciones ecologistas y sin partidos políticos. Los precios de pisos y el exceso de turismo masivo, detonantes.

Turistas recorren una de las áreas volcánicas de Canarias. (Europa Press)

Algo está pasando entre los canarios. Al menos entre un segmento de ellos, especialmente de las islas de Tenerife y Gran Canaria (concentran casi el 90% de la población del archipiélago), se respira un sentimiento de hartazgo y voluntad de rebelarse ante una situación que ven por demás injusta. Y el momento para demostrarlo será este 20 de abril.

Con el eslogan ‘Canarias tiene un límite’, 17 colectivos ecologistas y conservacionistas se han articulado para organizar lo que llaman a ser la mayor manifestación en la historia de las islas: una convocatoria de movilización en cada una de las siete, además de en Madrid y Barcelona, este sábado a las 12.00.

Carteles de la jornada de movilización de este sábado. (Europa Press)

Los ejes de la protesta son principalmente problemas relacionados con la sostenibilidad ambiental que genera un turismo masivo, algo que viene desde tiempo atrás y la situación en sí más novedosa: el colapso de la vivienda, agravado también por la llegada cada vez mayor de los llamados nómadas digitales. Este cóctel repercute de manera severa en la desigualdad, cada vez más acuciante.

No se entiende este proceso si no se tienen en cuenta dos datos. El primero, que en 2023 el archipiélago ha batido su récord de turistas, con la llegada de más de 14 millones (en un territorio que, sumado, tiene pocos kilómetros cuadrados más que la CAV). El segundo explica por sí mismo el mencionado hartazgo: el aumento del precio del alquiler es del 68%, el mayor a nivel estatal después del País Valencià y Madrid. Se deriva de una reducción de casi un tercio de las viviendas disponibles para vivir (que fugan al mercado turístico), según el portal Pisos.com.

En 2023 el archipiélago ha batido su récord de turistas; más de 14 millones. Y el alquiler ha aumentado un 68%, en lo que confluyen otros factores como la proliferación de nómadas digitales.

 

Por si fuera poco, en la última década el precio medio del metro cuadrado de la vivienda en Canarias se ha incrementado 78%, rozando ahora los 2.470 euros, según el sitio Fotocasa.com. Todo esto en una de las regiones con la media de salarios de las más bajas del Estado.

Camino al colapso

Lo que vienen denunciando los conservacionistas canarios hace tiempo, y que ahora parece estar prendiendo más en su población, tiene que ver con el concepto ecologista de «capacidad de carga», que refiere a la cantidad máxima de individuos y estructura que un hábitat puede soportar conforme a sus recursos sin que se produzcan efectos adversos para esa población o para el ambiente. Todo parece indicar que se ha sobrepasado esa capacidad.

Otro dato elocuente al respecto: la administración de Canarias lleva pagados más de nueve millones de euros por sanciones derivadas de la sentencia de Bruselas contra el Estado español por el incumplimiento de la directiva europea sobre el tratamiento de las aguas residuales en Tenerife. De hecho, muchos tinerfeños conocen el tema y hacen bromas con el destino de las aguas fecales. El sistema no da más.

Bruselas está sancionando el tratamiento de las aguas residuales y muchos tinerfeños hacen bromas con el destino de las aguas fecales; el sistema no da para más.

«Las islas están sufriendo las consecuencias de un desarrollo económico que solo busca aumentar el número de visitantes y la infraestructura que conlleva. [En Tenerife y Gran Canaria] tenemos la densidad demográfica más alta de España. Si fuéramos un país independiente seríamos el octavo con más coches por habitante, y en carreteras por kilómetro cuadrado superamos a cualquier región europea. Esta excesiva infraestructura solo ha servido para el negocio de unos pocos», explica a NAIZ el geógrafo Eustaquio Villalba, portavoz de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza, la organización que puso la semilla inicial de la movilización de este sábado.

Villalba señala varios ejemplos de este desarrollo desorbitado, como por ejemplo el exceso de desarrollo de puertos, con casos de negligencia como el de Granadilla, «que costó centenares de millones de euros y no ha recibido todavía ningún barco, a pesar de que se había advertido en estudios que por los vientos alisios sería un puerto inoperante gran parte del año». 

Turistas en una visita guiada en Las Palmas de Gran Canaria. (Europa Press)

«La isla [Tenerife] está sufriendo un colapso con una llegada masiva de gente, y no hablo de los que llegan en cayuco de África, eso es el 0,1%, sino de los turistas y de los nuevos residentes. Es un colapso anunciado hace años, porque Canarias se convirtió en la Florida de Europa, con jubilados europeos que se compran una casa aquí para pasar el invierno, o los nómadas digitales que vienen, y suben los precios y es imposible conseguir una vivienda digna. Es un modelo de crecimiento que está acabando con la calidad de vida», añade.

La situación en las siete islas es diferente. Las que concentran los mayores problemas son las dos mayores, en tanto las orientales Fuerteventura y Lanzarote enfrentan ahora un crecimiento exponencial en los últimos años y con nada menos que 15 hoteles declarados ilegales por la Justicia (Fuerteventura pasó de 10.000 habitantes en 1970 a 200.000 en la actualidad). Las islas occidentales, Hierro, La Palma y La Gomera, registran una menor presión turística porque tienen un turismo de senderismo. «No es masivo ni de botellón, como en Gran Canaria y Tenerife, pero ya se está trasplantando allí el mismo modelo», explica.

Según Villalba, la política de desarrollo no ha variado en las últimas décadas entre los tres partidos que han gobernado el archipiélago (Coalición Canaria, PP y PSOE). La única diferencia que apunta es que con el gobierno del socialista Torres se había frenado una urbanización de superlujo pensada para residentes millonarios, pero «lo primero que hizo el nuevo gobierno de CC-PP fue permitir esas obras».

A las calles

«Creemos que será la ‘mani’ más grande de la historia, por lo menos ya lo es en cuanto a la repercusión. Hay un hartazgo de los canarios y espero que los políticos tomen nota. Ya vimos que cambiaron su actitud beligerante del comienzo, que nos decía vagos y perroflautas, a admitir que hay que cambiar algo», afirma el portavoz.

De hecho, la modificación del tono de la clase política canaria también tiene que ver con hacerse eco de varios hitos, como por ejemplo que por primera vez 400 científicos y profesores de las dos universidades regionales (de Las Palmas y de La Laguna) han firmado una carta llamando a apoyar la movilización de este sábado. O también, por ejemplo, que las Murgas del Carnaval tinerfeño, de mucha raigambre social, han pedido también a la gente que acuda a las concentraciones (que se llevarán a cabo en las capitales de cada una de las islas).

El comunicado consensuado entre las organizaciones convocantes que se leerá tras las marchas incluirá un pedido de moratoria turística que garantice el freno a nuevas plazas de alojamiento, una regulación efectiva de la vivienda y el cobro de una ecotasa turística para reinvertir lo recaudado en el mantenimiento de espacios naturales y proyectos verdes.

«Tenemos que aguantar hogueras en el Teide, una influencer enterró un tesoro en las dunas... y cosas por el estilo que se ven en las redes sociales», denuncia Yolanda, pedagoga y orientadora escolar.

 

«No es normal que Canarias el año pasado haya recibido más del doble de turistas que Brasil con el territorio pequeño que somos», se queja ante la pregunta de NAIZ Virginia, una tinerfeña de 41 años, pedagoga y orientadora escolar. «Hay que entender que las personas de la península y de Europa que vienen son parte del problema. No hablamos de los migrantes, sino de gente que viene a vivir con el triple de sueldo de la media. Hasta el Gobierno canario ha gastado dinero público en promover la llegada de nómadas digitales y eso encarece las viviendas», asegura.

Virginia, quien afirma que irá definitivamente a la manifestación del sábado, lamenta que esta situación ha hecho crecer las zonas de chabolas en la isla y expresa su molestia con algunas consecuencias del turismo masivo: «Tenemos que aguantar hogueras en el Teide, un influencer que enterró un tesoro en las dunas de Maspalomas y cosas por el estilo que se ven en las redes sociales», se queja.

Por su parte, Álvaro, de 50 años, que trabaja en publicidad y se declara activista ambiental desde joven, pide que los medios no tachen de «turismofóbica» la movilización, sino como un problema de desigualdad provocado «por empresarios que ofrecen puestos de trabajo de muy mala calidad y muy mal pagados, aprovechando que el turismo es la única industria que hay aquí». Además, comenta su preocupación porque los parques acuáticos anunciaron que ahora van a funcionar también de noche, gastando más agua cuando a veces a los residentes se les restringe.

«Hay un ambiente muy movilizado y se nota» opina. Es una más de las decenas de miles de personas que este sábado esperan hacer historia para marcar una bisagra en la tercera comunidad autónoma con el PIB per cápita más baja del Estado en el medio de una tormenta perfecta de precios de vivienda disparados, inflación y crisis climática.