Illa gana y el independentismo pierde la mayoría en el Parlament; resultados y reacciones
El PSC ha cosechado una contundente victoria en las elecciones catalanas de ayer, en las que fue la primera fuerza y aumentó 9 escaños respecto a los comicios de 2021, mientras que el independentismo queda lejos de la mayoría tras la caída de la CUP y el contundente descalabro de ERC.
El independentismo pierde la mayoría absoluta en Catalunya por primera vez en muchos años después de que el PSC se impusiese en las urnas y tras el batacazo de la CUP y, sobre todo, de ERC. Esa era la principal incógnita que la jornada electoral de ayer despejó, dejando un Parlament mayoritariamente unionista pero altamente fragmentado, lo que dificulta una legislatura estable y, por tanto, aumenta la posibilidad de una repetición electoral.
Sin una hoja de ruta independentista y con el hastío de buena parte de las bases soberanistas, Junts, ERC y CUP sumaron solo 59 escaños -en 2021 alcanzaron 74, la mayor representación independentista-. Incluso con la irrupción de la formación de extrema derecha Aliança Catalana, que obtuvo 2 escaños en el hemiciclo, el soberanismo no alcanza la mayoría absoluta, fijada en 68 asientos.
Junts aspiraba a recuperar el puesto de partido más votado dentro del bloque independentista después de que en 2021 ERC superara a los antiguos convergentes en el conjunto de Catalunya y en las diez ciudades más grandes, entre ellas Barcelona y L'Hospitalet. Lo logró con holgura, ya que la formación de Carles Puigdemont resistió y logró tres escaños más que los obtenidos hace tres años, mientras que ERC, que con Pere Aragonès ha liderado la Generalitat la última legislatura, se desplomó y se quedó en 20 escaños, 13 asientos y 183.000 votos menos que en los anteriores comicios. La CUP, en pleno proceso de refundación, perdió cinco y se quedó con cuatro asientos.
ILLA Y LOS POSIBLES PACTOS
El 12M será recordado por la victoria de las fuerzas unionistas capitaneadas por el PSC de Salvador Illa, respaldado firmemente por Pedro Sánchez en campaña. El presidente del Gobierno español indicó ayer a la noche que, con la victoria de su candidato, «se abre una nueva etapa en Catalunya para mejorar la vida de la ciudadanía, ampliar derechos y reforzar la convivencia».
La euforia del presidente español estaba justificada, ya que el PSC sumó 42 escaños, cerca de 900.000 votos y casi el 28% de los apoyos, ampliando así el apoyo que obtuvo en 2021, cuando consiguió 33 asientos en el hemiciclo catalán. Además, el PSC arrasó en el tradicional cinturón rojo de Barcelona, con victorias destacadas en L'Hospitalet, Santa Coloma de Gramenet, Badalona, El Prat de Llobregat, Sabadell y Terrassa.
A pesar de que se ha cumplido el mejor escenario que contemplaban en Moncloa y en Ferraz, es decir, ser primera fuerza con amplio margen sobre el segundo, superar los 40 escaños y que no haya mayoría independentista, aún quedan por despejar cómo se va a resolver la gobernabilidad, cómo reaccionan las formaciones independentistas y qué efectos tiene sobre los apoyos en el Congreso español y la viabilidad de la legislatura.
Tras conocer los resultados, Illa asumió la responsabilidad de liderar «una nueva etapa» y manifestó su voluntad de presidir Catalunya: «Lo haré con el ánimo de unir a los catalanes. Cataluña ha decidido ponerse en marcha y volver a liderar económicamente España». Sin embargo, el candidato del PSC no lo tendrá fácil, a pesar de que el último escaño por Lleida, que estuvo en juego hasta los últimos instantes, finalmente se decantó por su formación, lo que podría permitir aritméticamente la formación de un tripartito con ERC y Comuns.
En este sentido, Aragonés señaló que tras un «muy mal resultado», asumirán la voluntad de la ciudadanía expresada en las urnas y lo harán desde la «oposición». «Corresponderá a PSC y Junts gestionar la nueva etapa que se abre hoy», añadió. En este aspecto, tampoco se puede descartar que haya bloqueo y se tengan que repetir las elecciones.
Para el expresident Puigdemont, «un gobierno tripartito es una mala opción» para el país, pero también la repetición electoral. De esta manera, afirmó que «quedan muchos días para ver cuál será el mejor gobierno para Catalunya y quién tendrá la estrategia para evitar la repetición electoral. Estamos en condiciones de construir un Gobierno de obediencia puramente catalana». Y, a renglón seguido, tendió la mano a ERC: «Si la otra fuerza parlamentaria independentista, ERC, está dispuesta a rehacer puentes, a entrar en la reflexión de los efectos de la desunión y la falta de estrategia compartida, nosotros también lo estamos».
Por su parte, la principal expectativa de los Comuns era desempeñar un papel crucial en las negociaciones con el PSC y ERC. Sin embargo, no lograr un acuerdo sobre los últimos presupuestos y, por ende, derribar el gobierno de Aragonés no ha sido efectivo para la formación respaldada por Yolanda Díaz, la cual pasó de contar con 8 a 6 escaños.
Además, en los comicios de ayer también sobresalió el descenso de la participación hasta un escaso 58%, tan solo seis puntos más que los celebrados hace tres años en plena pandemia -la más baja desde 1992-, así como el colapso de las líneas de Rodalies de Renfe, en la que el robo de cable afectó de manera generalizada a todo el servicio e impidió la entrada de la mayoría de los trenes en la estación de Sants de Barcelona. Por este motivo, ERC y de Junts solicitaron a la Junta Electoral Central (JEC) alargar el horario de las votaciones hasta más allá de las 20.00 horas, petición que finalmente las juntas provinciales acabaron declinando.
PP Y VOX
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cumplió ampliamente los objetivos que se había marcado en las elecciones catalanas de este domingo: escalar de octava a cuarta posición en el Parlament de Catalunya y dar el sorpasso a Vox. En Génova tampoco ocultaron la euforia al pasar de los 3 a los 15 diputados, un dato que supone quintuplicar sus resultados de 2021 -ayer se quedó a tan solo 5 escaños de ERC- y afrontar con más fortaleza las elecciones europeas del próximo 9 de junio.
El candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, Alejandro Fernández, aseguró que «el veredicto inapelable de las urnas» da por «finiquitado el procés»: «Hemos logrado que el separatismo no sume en Cataluña. Pido a todo el mundo que tome nota».
Ciudadanos, por su parte, no consiguió dar la vuelta a los pronósticos desfavorables y se quedó fuera del Parlament de Catalunya, el último en el que la formación naranja tenía presencia. Así, tras varias debacles electorales, Ciudadanos completó su desaparición, pese a que anunció que se volverá a presentar a las elecciones de Catalunya.