Una ponencia elaborará el Código de Conducta en el Parlamento navarro
Una ponencia será la encargada de elaborar el Código de Conducta del Parlamento navarro. Se trata de un mandato del Reglamento de la Cámara aprobado en la pasada legislatura. No está exento de polémica después de que Unai Hualde, presidente del Parlamento, presentase una propuesta propia.
Todos los partidos del Parlamento navarro han aprobado por unanimidad la creación una ponencia que se encargue del estudio y elaboración del Código de Conducta que regirá la actuación de los electos.
La creación de la ponencia ha sido propuesta por UPN, PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin y destaca que esta es la mejor manera de «abordar con sosiego» el desarrollo del artículo 26.2 del Reglamento de la Cámara que fue aprobado al final de la pasada legislatura. Este artículo señala que se elaborará un código de conducta para regular cuestiones como los conflictos de intereses o las incompatibilidades.
Propuesta unilateral de Hualde
Lo que no deja de ser una cuestión técnica no ha estado exenta de polémica, ya que el presidente del Parlamento, Unai Hualde, presentó en una comparecencia ante los medios el 24 de mayo una propuesta de código de conducta que recogía cuestiones disciplinarias como la suspensión de actividad de parlamentarios en casos extremos.
Solo Geroa Bai vio con buenos ojos la propuesta de Hualde, mientras que el resto de los grupos la rechazó, al considerar, por un lado, que el presidente del Parlamento se había extralimitado en sus funciones, y, por otro, que no había consultado a los grupos antes de comparecer ante los medios.
De este modo, la ponencia se presenta como el foro en el que se redactará el Código de Conducta. Se han previsto seis meses de trabajo, prorrogables, y los grupos tienen hasta el día 13 para designar a un representante y a un suplente. Hualde ha presidido la Comisión de Reglamento en la que se ha aprobado la ponencia.
¿Aspectos disciplinarios?
Habrá que ver si la ponencia incluye aspectos disciplinarios, que, en un sentido estricto, no aparecen en el mandato del Reglamento, pero que en los últimos meses han tomado una especial relevancia ante lo que se consideran excesos por parte de los parlamentarios en el debate.
Se enmarca en la llamada «regeneración democrática» impulsada por Pedro Sánchez desde Madrid y que en Nafarroa ha sido acogida con profusión por María Chivite, que ha llegado a proponer un órgano de verificación de los medios tras reunirse con Hualde.
Frente a ello, la oposición derechista (UPN, PP y Vox) considera que todas estas propuestas tratan de limitar su actuación, que ha estado caracterizada por extralimitarse habitualmente, como ocurrió cuando Javier Esparza llamó «escoria» a los parlamentarios del PSN en vísperas de la moción de censura a Cristina Ibarrola en el Ayuntamiento de Iruñea. El portavoz de UPN se defendió diciendo que no era un insulto sino una definición, porque es una palabra recogida por la Real Academia de la Lengua. El reto de la ponencia, si finalmente decide meterse en estas aguas turbulentas, será definir qué es libertad de expresión y qué falta de decoro.