Ganadores y perdedores de una UE que se escora hacia la derecha
El éxito de los conservadores y el ascenso de la extrema derecha afianzan un giro hacia la derecha, aunque las mayorías de la pasada legislatura persisten. Tanto verdes como liberales sufrieron importantes derrotas, mientras que los socialdemócratas lograron resistir.
Una cosa es segura tras las elecciones al Parlamento Europeo del domingo: los resultados consolidan una derechización de la UE que lleva tiempo gestándose. Mientras que el Partido Popular Europeo (PPE) ganaba fuerza y la extrema derecha crecía, verdes y, sobre todo, liberales tuvieron una noche para olvidar. Sin llegar a brillar, los partidos socialdemócratas europeos aguantaron el tipo, y pidieron a los conservadores que miren a las mayorías de la gran coalición.
Quizá ese sea uno de los titulares de la noche. Sobre el papel, los números juegan a favor de una Comisión Europea (CE) encabezada por Ursula Von der Leyen, respaldada por los acuerdos del mandato anterior. En total, estos tres grupos (PPE, socialdemócratas y liberales) suman 401 escaños, según cifras actualizadas, y la alemana señaló que «los resultados traen una gran responsabilidad para las fuerzas de centro». Su candidatura necesita 361 votos, aunque, según ‘Politico’, se prevé que más del 10% de los eurodiputados de cada uno de los tres grupos –incluido su propio PPE– se opondrán a la conservadora o se abstendrán.
Así, Von der Leyen podría intentar obtener el apoyo de los Verdes, pero esto podría alejar a algunos conservadores del PPE que se oponen a las políticas climáticas del Pacto Verde. Si, en cambio, decide buscar el respaldo de la extrema derecha de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), liderados por la italiana Giorgia Meloni, corre el riesgo de perder el apoyo de socialdemócratas y liberales.
A pesar de todo, el PPE tiene la llave de la mayoría: la Eurocámara se desplaza hacia la derecha y serán ellos quienes tienen la sartén por el mango para trabajar con esa «mayoría proeuropea» o, cuando le convenga, formar otra alternativa puntual con la ultraderecha.
A falta de resultados definitivos, el PPE ganó en Alemania, Estado español, Polonia, Bulgaria, Eslovenia, Lituania, Luxemburgo, Chipre, Letonia, Estonia, Finlandia, Croacia y Grecia. También obtuvo seis escaños en los Países Bajos, superando las expectativas. A pesar de ser el grupo político más grande del Parlamento con 185 escaños –9 más que en la anterior legislatura–, el PPE solo está representado por doce líderes de los Veintisiete, y ninguno de ellos procede de potencias como Alemania, Italia, Estado francés o español.
En este contexto, la gobernanza de la UE se basa en un equilibrio de poderes entre los estados, con la hegemonía del eje Berlín-París. Todavía no está claro a quién apoyarán los líderes en el Consejo Europeo.
Todos ellos se reunirán el próximo lunes en Bruselas, a lo que seguirá otra cumbre a finales de mes para alcanzar acuerdos sobre la CE, pero también los comisarios de la misma, altos cargos y las presidencias del Parlamento y del propio Consejo Europeo, hasta ahora en manos del liberal Charles Michel, quien ha mostrado una fuerte oposición a Von der Leyen, al igual que otros líderes europeos. El italiano Mario Draghi o la presidenta de la Eurocámara, la conservadora y antiabortista Roberta Metsola, suenan como alternativas.
¿La extrema derecha arrasa?
El otro triunfador de la noche, si no el principal, fue la ultraderecha. Ha logrado ser la primera fuerza en Italia, Estado francés, Hungría, Bélgica y Austria, y segunda fuerza en Alemania, Países Bajos, Polonia, Luxemburgo, República Checa, Letonia y Rumanía. Catapultada por una alta abstención –solo once estados superan el 50% en porcentaje de participación–, la ultraderecha ha sido la segunda fuerza más votada de la UE con el 24,3% de los votos, logrando el mejor resultado hasta la fecha.
Los dos grupos de extrema derecha, ECR e Identidad y Democracia (ID), tendrán 131 escaños en el Parlamento Europeo. Eso sin contar los 15 asientos de Alternativa para Alemania (AfD), los 10 del partido Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, los 6 del partido Confederación de Polonia, los 3 miembros del partido búlgaro Revival u otros de los diputados que no pertenecen a ningún grupo.
Meloni superó el resultado obtenido hace casi dos años en las elecciones generales, y la primera ministra es cortejada por Von der Leyen pero también por Marine Le Pen, que aspira a formar un «supergrupo» ultraderechista. Sin embargo, Meloni no ha querido mostrar todavía sus cartas. Ayer opinó que el resultado «impone que Europa mire más a la derecha» y que «la mayoría que apoyó a Ursula resiste, pero también crecen otros partidos». Respecto a la aplastante victoria de Ressemblement National, se limitó a decir que «el recorrido que está llevando a cabo» Le Pen es «muy interesante».
No obstante, no todo fueron buenas noticias para la extrema derecha. Su normalización se ha acelerado pero los desacuerdos dentro de sus filas hacen improbable un grupo común, y no será tan decisiva. Además, a Orbán le fue peor de lo esperado: aunque su partido, el Fidesz, obtuvo el 44,8% de los votos, fue el peor resultado de su historia en unas elecciones al Parlamento Europeo. Por su parte, La Lega del viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, que recibió el 34% de los votos en 2019, recibió menos del 9% en esta ocasión. Además, al contrario que la tendencia en el resto de los países miembros de la UE, el ultraderechista Partido de los Finlandeses se hundió en unos comicios donde la izquierda dio la sorpresa.
Los comicios dejan asimismo casi cien diputados electos sin afiliación clara a ningún grupo establecido, reflejando la irrupción de outsiders en la escena política europea. Ejemplos de este fenómeno son Fidias Panayiotou, un tiktoker chipriota de 24 años, que se ha convertido en la segunda fuerza y Alvise Pérez, el candidato de Se Acabó La Fiesta, una de las revelaciones en las elecciones en el Estado español al asegurar tres eurodiputados con 800.000 votos.
Perdedores
Con todo, la apabullante victoria de la extrema derecha ha desencadenado un terremoto político en varios estados miembros. Emmanuel Macron adelantó las elecciones legislativas después de que Le Pen doblase los resultados de su formación. En las elecciones federales de Bélgica, la victoria de La Nueva Alianza Flamenca, N-VA, por delante de la ultraderecha de Vlaams Belang, ha provocado la dimisión del primer ministro, Alexander De Croo. Tanto el líder belga como Macron representan a los liberales del grupo Renew, fundamental para configurar mayorías, pero que el domingo quedó diezmado.
Los Verdes, que irrumpieron con fuerza en 2019, fueron otro de los perdedores de la jornada. Las pérdidas más sustanciales se produjeron en las delegaciones que representaban al Estado francés y Alemania. A pesar de pequeños avances en Países Bajos y Dinamarca, su grupo perderá 19 asientos y pasará a ser el sexto partido de la cámara por delante de la Izquierda, que consiguió aplacar su caída.
Los socialdemócratas salvaron los resultados, pero solo consiguieron ganar en Suecia, Rumania, Malta y empatar en Portugal con la derecha. El descalabro del tripartito alemán, además, complica el último tramo del mandato del canciller Olaf Scholz. No obstante, quedaron segundos en países como el Estado español e Italia y en un reñido tercer puesto en el Estado francés.