De Sestao a Santurtzi contra la precariedad, recortes sociales y gastos militares
Un centenar de manifestantes ha marchado de Sestao a Santurtzi contra la precariedad, recortes y gastos militares, al tiempo que han llamado a detener el genocidio en Palestina. Consideran que la movilización es «imprescindible» para que la vida digna de todas las personas esté en el centro.
Un centenar de personas ha marchado este sábado de Sestao a Santurtzi para denunciar el gasto militar, la carestía de la vida y las dificultades para llegar a fin de mes de varios miles de familias en Ezkerraldea. No ha faltado la solidaridad con la causa palestina ante el genocidio que está sufriendo y la exigencia de detenerlo.
A convocatoria de decenas de colectivos sociales y sindicatos, las y los participantes en la movilización no han cesado de corear consignas y ondear banderas palestinas y feministas desde que han arrancado a andar en la sestaoarra plaza del Kasko hasta el santurtziarra parque Gernika, donde la marcha se ha encontrado con los preparativos de una performance a favor de Palestina.
En la actual escalada belicista con Gaza y Ucrania como mayores exponentes, la marcha ha comenzado entre consignas de «Gastos militares para escuelas y hospitales», «Contra el paro, lucha obrera», «Gora, gora, gora langileon borroka», «Ez, ez, ez murrezketarik ez», «Ezkerraldean bizi eta lan», «Boikot Israel, Palestina askatu» o «No es una guerra, es un genocidio». Pocos metros habían recorrido y se ha sumado al cortejo un grupo de pensionistas recibidos al grito de «Pentsionistak aurrera».
Ya en Portugalete, junto a la oficina de la Seguridad Social, en la avenida Carlos VII, pensionistas han mostrado una pancarta con el lema ‘Pensiones, sanidad y vida dignas, públicas y de calidad’ al paso de la marcha mientras se sumaban al repertorio de mensajes reivindicativos el de «Lo público no se vende, lo público se defiende», que se han intensificado a la altura del hospital San Juan de Dios, de titularidad privada a donde Osakidetza deriva muchas consultas, pruebas y operaciones quirúrgicas. En el exterior, integrantes de las plataformas ciudadanas por la sanidad pública sostenían una pancarta en la que rezaba ‘En defensa de la sanidad pública. Osasungintza publikoa arriskuan’.
Llamada a la movilización
En el parque Gernika, antes de sumarse a la iniciativa de artistas por Palestina, se ha dado lectura a un comunicado, en el que se ha advertido de que el militarismo que promueven las élites está teniendo reflejo en los recortes sociales. Ante el aumento de las situaciones de precariedad laboral, la imposibilidad de acceso a una vivienda digna, el incremento de los desahucios, la feminización de la pobreza o la necesidad urgente de detener el genocidio en Palestina, han llamado a la movilización como herramienta «imprescindible».
«La clase trabajadora necesita medidas que realmente ponga las vidas al centro, asegurar el derecho a la vivienda digna, acceso a una educación y sanidad públicas y de calidad, un sistema público de cuidados y unos salarios y pensiones dignas para todas las personas», han defendido. «En cambio —han lamentado—, una vez más, y como ya es habitual en las políticas públicas, vuelven a apostar por la privatización de los recursos públicos».
Han alertado del auge de los discursos de la ultraderecha, que detectan «están calando» también en esta comarca. «Hemos visto aumentar especialmente la xenofobia y el racismo en nuestras calles, discriminación que han sufrido especialmente las personas de origen extranjero que viven en nuestros pueblos, y especialmente aquellas que se encuentran en situación de calle», han señalado.
«Estamos siendo testigos además de la creciente criminalización de la pobreza, con registros cotidianos en los hogares de las persona perceptoras de las ayudas sociales. Exigimos por ello un trato de respeto, dignidad y garantías de derechos», han añadido.
Asimismo, han abogado por avanzar «hacia un sistema de cuidados más corresponsable, y al cual tengamos acceso todas y todos, para lo cual será necesario que sea además de público, universal y gratuito. Sin olvidarnos de las trabajadoras de hogar, quienes dentro de la escala de la precariedad, son quienes mayor explotación sufren, siendo todavía fundamental avanzar en sus derechos laborales».