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Recorrido de la memoria en el 87 aniversario de la caída de Bilbo en manos franquistas

Coincidiendo con el 87 aniversario de la caída de Bilbo en manos franquistas, y en un ejercicio de memoria histórica, EH Bildu ha realizado una visita guiada por algunos de los lugares que fueron protagonistas durante la guerra. «Hoy también es necesario plantar cara al fascismo», ha remarcado.

Recorrido histórico oirganizado por EH Bildu en el 87 aniversario de la caída de Bilbo. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

El 19 de junio de 1937, tras varios días de duras batallas en el cordal de Artxanda-Ganguren, el ejército franquista entró definitivamente en las calles de Bilbo de forma ordenada y sin oposición alguna. Lo hicieron por Atxuri y, tras recorrer el Arenal, llegaron al Ayuntamiento, quitaron la bandera republicana y colgaron la roja y gualda. La ciudad estaba prácticamente desierta, ya que en las últimas semanas, alrededor de 200.000 personas habían huido hacia el oeste por tierra y por mar, entre ellos unos 30.000 niños.

Tropas franquistas entrando a Bilbo y cruzando la ría por un puente improvisado a la altura del Arenal. (Bilbaopedia)

«Ha caído vencida, aniquilada para siempre, esa horrible pesadilla siniestra y atroz que se llamaba Euskadi… Para siempre has caído tú (Aguirre), rastacueros del nacionalismo vasco, mezquino, rencoroso, torcido y ruin que jugaste a personaje durante los once meses de crimen y robo en que te encaramaste al poder», celebraba José María de Areilza, el nuevo alcalde franquista de Bilbo.

En un ejercicio de memoria histórica, EH Bildu ha organizado este miércoles por la tarde un recorrido por las calles de Bilbo con el fin de recordar como fueron aquellos días de guerra en la villa. Tal y como ha recordado la concejala de la formación soberanista, Garazi Perea, en aquella época, Bilbo y su metrópoli era la ciudad más importante de Euskal Herria y la costa cantábrica, debido a su carácter portuario, industrial y financiero. Sede del recién creado Gobierno de Euzkadi, tomar esta plaza era una obsesión para el bando franquista.

La visita ha comenzado, precisamente, frente al que fue el edificio de Lehendakaritza y por el que Jose Antonio Agirre dio algunos de sus discursos más famosos: el actual Hotel Carlton, en cuyas escalinatas aún se pueden ver los respiraderos del búnker. Perea ha recordado las gestiones que hizo el ejecutivo vasco con el fin de poder evacuar el máximo de personas posibles mientras gudaris y milicianos retrasaban el avance franquista en los montes que rodean el botxo.

Asistentes al recorrido histórico viendo una foto. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Otra de las paradas ha tenido lugar frente al edificio que hoy aloja la tienda de Zara en la Gran Vía bilbaina. Paradójicamente, en su tercera planta se alojó durante la guerra la ‘Sección Vasca de la Agrupación de Mujeres Antifascistas’, donde se ha explicado al tan olvidado y en ocasiones menospreciado rol de las mujeres en la guerra y posguerra.

«Aunque las mujeres parecen haber dado la guerra en silencio, en la sombra, en la retaguardia, la guerra las golpeó de forma muy violenta y su participación fue decisiva durante la guerra. El franquismo apagó con fuerza el renacimiento y el movimiento vivido durante la República», ha recordado la concejala de EH Bildu.

La calle Navarra ha sido otra de las paradas, donde se ha abordado el cambio de nomenclatura del callejero bilbaino que realizó el franquismo para honrar a su movimiento. El Puente de Deustu pasó a llamarse Puente del Generalísimo Franco; el Puente de Begoña (actualmente del Ayuntamiento) pasó a Puente del General Mola; la Avenida Sabino Arana pasó a José Antonio Primo de Rivera, la Plaza de la Casilla pasó a Calvo Sotelo… Tras la muerte del dictador se volvieron a cambiar la mayoría de los nombres, pero alguna todavía persiste, como la mencionada Calle Navarra, que fue rebautizada así el 21 de agosto de 1937 para homenajear a la franquista 5ª Brigada Navarra, que fue la que entró en Bilbo.

Imagen retocada de la entrada de los franquistas en el Ayuntamiento de Bilbo el 19 de junio de 1937. (Autor desconocido. Vía Bilboko Udala)

Frente al Ayuntamiento se ha recordado a Ernesto Ercoreca, alcalde elegido democráticamente durante la República y que tuvo que abandonar la ciudad con la llegada de las tropas franquistas. Su puesto lo ocupó el falangista José María de Areilza, que participó activamente en la represión ejercida en la ciudad. Muchos funcionarios municipales fueron destituidos y sancionados económicamente por el régimen franquista, que remodelo la corporación a su imagen.

«Hoy también es necesario plantar cara al fascismo»

EH Bildu también ha recordado a todos los gudaris y milicianos que lucharon contra el franquismo, a todas las víctimas de los bombardeos indiscriminados de la aviación fascista y todas las personas que padecieron la represión. «Muchos bilbaínos pagaron un alto precio por defender los ideales de justicia, libertad y democracia. Lo hicieron con la esperanza de un futuro sin totalitarismo ni fascismo», ha señalado la portavoz del grupo en el Ayuntamiento, María del Río.

Asimismo, ha subrayado que, en el actual contexto de auge de la extrema derecha, «no podemos permitir que las sombras del pasado vuelvan a caer sobre nosotros». «Hoy también es necesario plantar cara al fascismo. La lucha antifascista y antimilitarista sigue siendo necesaria. Por eso, el mejor homenaje que les podemos hacer es que sus ideas y sus sueños sean compartidos por la mayoría de nuestro pueblo», ha concluido.