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En nueve años Osakidetza ha pasado de ser el servicio público más valorado a estar en la cola

La sanidad es, junto con la inflación, el principal problema de la CAV según el Deustobarómetro, que constata una insólita caída en la percepción social de Osakidetza. Ha pasado de ser el servicio público mejor valorado a estar entre los peores para una sociedad que pide cambios al nuevo Ejecutivo.

Una mujer porta una pegatina a favor de la sanidad pública. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

El Deustobarómetro Social XXII pone de manifiesto no solo hasta qué punto la valoración que hace la sociedad sobre Osakidetza es negativa en estos momentos sino, también, la insólita evolución que ha sufrido en los últimos años.

Y es que, según se desprende de los datos difundidos este miércoles, la atención sanitaria ha pasado de ser el servicio público mejor valorado, con diferencia, hace menos de diez años, a ocupar el duodécimo puesto con un claro suspenso.

En concreto, según el informe evolutivo del Deustobarómetro, si en el invierno de 2015 Osakidetza recibía una puntuación de 6,3 puntos sobre 10, cuatro décimas por encima del transporte público, ahora se queda en 4,4 puntos. La caída es, además, muy acentuada en los dos últimos años, pues superaba con holgura el aprobado en el verano de 2022.

Hoy en día reciben mejor valoración que Osakidetza el transporte público, con la misma puntuación que en 2015 (5,9) pero picando hacia abajo en el último año, la educación en las universidades públicas (5,7), las carreteras (5,5), la educación pública no universitaria (5,3), los programas I+D (5,3), las políticas para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres (5,1), los servicios sociales (5,0), la protección del medio ambiente (5,0), las pensiones (4,8), la seguridad ciudadana (4,7) y Lanbide (4,6).

Otro dato llamativo, en este listado, es que la peor puntuación la obtienen las políticas de vivienda, otro de los asuntos más controvertidos en la actualidad política vasca. Solo logran 3,7 puntos de diez posibles. Además de la vivienda, solo la valoración de la Administración de Justicia (3,9) es peor que la de la atención sanitaria en la CAV.

El principal problema

El dato es demoledor, y coincide, además, con el que se obtiene al preguntar por los principales problemas que afectan en estos momentos a la CAV. Las personas encuestadas, que han tenido la opción de citar un máximo de tres elementos, sitúan la sanidad en primer lugar, empatado con la subida de los precios, ambos con el doble de menciones –48 frente a 24– que el tercer asunto mencionado, que es la delincuencia y la inseguridad ciudadana, un tema cuyo protagonismo tiene fuertes altibajos y que vivió su punto álgido en el verano de 2019.

Los recortes en los servicios públicos (22) y los problemas de vivienda y los desahucios (20) están también entre los más citados, y además al alza, al contrario que la situación económica, en general, que pierde peso (12).

De hecho, la inmigración (15) es apreciada por más personas como un problema, aunque eran más las que mencionaban este tema hace menos de una década: 16.

Realmente, más allá de tendenciosos titulares, la actitud de la sociedad vasca –en este caso la de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa– respecto a las personas migrantes y sus derechos ha mejorado sustancialmente respecto a la que había en 2015.

Así, a las personas encuestadas se les pregunta si creen «que los inmigrantes que viven en el País Vasco deberían tener los mismos derechos y las mismas posibilidades que el resto de las personas», y en todos los parámetros que se mencionan son más las valoraciones positivas ahora que hace una década.

En concreto, el 58% de los encuestados cree que todos los inmigrantes, sin excepción, deberían tener asistencia sanitaria, y el 55% opina igual respecto a la educación, por un 57% y un 49%, respectivamente, que decía lo mismo en 2015. Quienes consideran que solo los «inmigrantes regularizados (con papeles)» deberían poder acceder a esos dos servicios son el 38,8% y el 42,1%.

La evolución cuando se pregunta sobre todos los migrantes también ha sido positiva en asuntos como el de recibir ayudas sociales, que pasa del 23% al 27% –59,1% solo si tienen papeles–; traer a la familia más cercana, del 20% al 23% –62,4% solo si tienen papeles–; acceder a una vivienda de protección oficial, del 16% al 19% –63,9% solo si tienen papeles–; y derecho al voto, del 12% al 13% –68,3% solo si tienen papeles–.

La mayor oposición se expresa cuando se pregunta sobre la opción de abrir centros religiosos, algo que no aprueba el 38% de los encuestados en ningún caso, y el 33,4% únicamente para quienes tienen papeles. Solo el 28,6% considera que deberían tener ese derecho en todos los casos, aunque son dos puntos más que en 2019, cuando se formuló esa pregunta por primera vez.

Dejar de comprar medicamentos

Respecto a la situación económica personal, aunque las respuestas siguen la tónica de las anteriores ediciones del Deustobarómetro, y con guarismos más favorables que hace cinco o seis años, llama la atención que el 18% admita que ha dejado de ir al dentista por este motivo, y que el 9% ha optado por no comprar un medicamento o dejar un tratamiento médico por causas económicas.

Además, una de cada tres personas afirma haber reducido los gastos en calefacción y electricidad en el último mes, algo más de uno de cada cuatro ha reducido los gastos en alimentación, y uno de cada cinco ha minorado el consumo de carne y pescado.

Asimismo, preguntadas por su estado mental, casi una de cada dos personas dice haber sentido preocupación durante la última semana muchas veces (14,5%) o bastantes veces (34,6%), y también son muchos los que refieren haber sufrido insomnio o mal sueño (40,9%),  rabia o enfado (30,9%), ansiedad (30,1%) y tristeza (27,9%).

Con todo, la mayoría de los sentimientos descriptivos del estado de ánimo han evolucionado a mejor respecto a la encuesta del verano de 2021, todavía en plena pandemia de covid.

Poco identificada con «España»

Estos son, según los datos del Deustobarómetro Social, algunos de los aspectos que describen a una sociedad que se identifica preferentemente con su pueblo o ciudad –el 35,3% se siente «muy identificado» y el 45,3% «identificado»–, un espacio administrativo al que siguen, en función del grado de identificación, «Euskadi» (34,5% y 44,9%), «Euskal Herria» (33,9% y 40,9%), «El mundo» (19,6% y 47,3%), «Europa» (12,8% y 48,8%) y en último lugar, «España» (11,5% y 40,6%). Es llamativo, y elocuente, que poco más de una de cada diez personas encuestadas diga sentirse muy identificada con «España».

Por otro lado, y respecto a las preferencias sobre el modelo territorial, el 13% dice apostar por la independencia, mientras que el 37% afirma querer «más autonomía». Son algo menos, el 34%, quienes abogan por el mismo grado de autonomía con la que cuenta ahora la CAV y cinco de cada cien encuestados señalan que les gustaría menos o ninguna autonomía.

Además, y en torno a la autoubicación en la escala ideológica, donde 0 sería la «extrema izquierda» y 10 la «extrema derecha», la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se sitúa en 3.9 puntos, una posición que apenas ha variado en los últimos años.

Preguntados sobre los partidos, Vox, con 9,5, estaría en la derecha más extrema, casi en el límite, mientras que la formación política que la sociedad considera más de izquierdas es EH Bildu, con 2 puntos sobre diez. Le siguen, en orden ascendente, Elkarrekin Podemos (2,7), Sumar (3,2), PSE (4,3), PNV (6,3) y PP (8,1).

La encuesta también pregunta sobre el sentimiento nacional, donde 0 se identifica literalmente como «mínimo nacionalista vasco» y 10 como «máximo nacionalista vasco». En esa escala, la autoubicación es de 5,5 puntos para una sociedad que solo en dos ediciones del Deustobarómetro ha bajado de cinco.

Entre las fuerzas políticas, EH Bildu es considerada la más abertzale, con 8,5 puntos, seguida por el PNV, con 7,7. Elkarrekin Podemos (4,1), PSE (3,6), Sumar (3,5), PP (1,4) y Vox (0,7) les siguen en una lista en la que en algunos casos a los partidos igual habría que calificarlos no como poco «nacionalistas vascos» sino como «muy nacionalistas españoles».

Y con el nuevo Gobierno de Lakua recién constituido, casi tres de cada cuatro personas (72,4%) considera que el Ejecutivo de Imanol Pradales debería cambiar «mucho» (23,2%) o «bastante» (49,2%) las políticas de los últimos años.

Para sorpresa de nadie, entre las políticas que necesitan ser mejoradas con más urgencia, la primera, con gran ventaja, es la sanidad. Todo un aviso a navegantes.