El donostiarra Xabier Atristain queda en libertad condicional tras 13 años preso
Xabier Atristain, vecino de Donostia, ha quedado en libertad condicional tras permanecer un total de trece años preso. El Tribunal de Estrasburgo declaró que no se respetaron sus garantías al no disponer de abogado en la incomunicación. La AN le anuló el tercer grado concedido por Lakua.
El preso político de Donostia Xabier Atristain Gorosabel ha quedado en libertad condicional por un auto del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional española, según ha informado Etxerat. Llevaba preso más de trece años. A finales de diciembre de 2023 fue clasificado en tercer grado y desde marzo ha estado cumpliendo su condena por medios telemáticos.
Atristain estaba en la prisión de Martutene desde octubre de 2022, cuando la Audiencia Nacional española dejó sin efecto el tercer grado que le había concedido el Gobierno de Lakua, tras aceptar el recurso interpuesto por la Fiscalía.
Amparo de Estrasburgo
Antes de ello, en enero de 2022, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó al Estado español por no permitir que un abogado de confianza le asistiera durante su detención incomunicada en 2010. A juicio del Tribunal de Estrasburgo, de este modo «se socavó la equidad del proceso penal posterior, en la medida en la que la declaración inicial incriminatoria del demandante fue admitida como prueba».
Un mes después, la Audiencia Nacional dejó en libertad a Atristain a la espera de que el Tribunal Supremo revisara la sentencia. Sin embargo, haciendo oídos sordos a Estrasburgo, el Supremo decidió mantener la pena impuesta a Atistrain, tomando como base la declaración tomada durante la incomunicación que el TEDH cuestionó. Horas después, volvía a ser encarcelado.
En un entrevista en NAIZ en noviembre de 2022, su compañera, Eli Arrazola, mostraba su desazón por el embrollo que llevó a Atristain de nuevo a prisión.
Sin tercer grado
Tras este nuevo encarcelamiento, Lakua le concedió el tercer grado, por lo que podía dormir en su domicilio, hasta que la medida fue revocada por la Audiencia Nacional.
Atristain se entregó en marzo de 2010 en una comisaría de Biarritz al tener conocimiento de que era buscado por la Policía española tras la detención un mes antes en Gipuzkoa de Ibai Beobide. Un mes después, fue puesto en manos de las autoridades españolas y la Audiencia Nacional le dejó libre.
Volvió a ser arrestado en septiembre de ese año, y entonces se ordenó su incomunicación durante cinco días, siendo atendido por un letrado de oficio, sin que permitieran la asistencia de un abogado de su confianza. Se autoinculpó de diversos hechos a consecuencia de las torturas que detalló y de amenazas como detener a su novia. Y en ello se basó la condena impuesta por la Audiencia Nacional. Cumplió dos años de prisión provisional y en septiembre de 2012 recuperó la libertad a la espera de juicio. Este tuvo lugar en 2013, y fue condenado a 17 años de cárcel. Pero Estrasburgo declaró injusto ese proceso debido a la falta de garantías jurídicas en el periodo de incomunicación, una constante en casi todos los casos de presos vascos. Ello no ha evitado, como se ha visto, que Atristain volviera a prisión y que otros presos que también fueron condenados tras periodos de incomunicación sin asistencia de letrados de confianza sigan en la cárcel.