Los gallegos se movilizan contra la mayor papelera de Europa que Altri y PP quieren en Lugo
Una macropapelera de celulosa de 300 hectáreas y una torre de 75 metros en el medio de los bosques del río Ulla verterá 30 millones de litros diarios de aguas residuales. Colectivos ecologistas, vecinos y BNG se han activado para impedirlo. La Xunta impulsa el proyecto de la empresa portuguesa
Ence tiene una celulosa en la ría de Pontevedra que ha despertado muchas quejas por la contaminación visual y ambiental en los últimos años. En la comarca de Ulloa, por donde pasa el río Ulla que acaba en la rica ría de Arousa, la Xunta de Galiza y la empresa Altri están planificando algo diez veces mayor.
Según ha informado la propia empresa, la factoría necesitará 46 millones de litros de agua diaria absorbida del río Ulla y devolverá al mismo cauce, a la altura de Palas de Rei, 30 millones de aguas residuales, además de necesitar entre 1,2 y 2 millones de toneladas de eucaliptos al año. Según denuncian Greenpeace y la plataforma Ulloa Viva, la chimenea prevista de 75 metros de altura emitirá sustancias precursoras de la lluvia ácida y la macrocelulosa acabará afectando directamente a la Red Natura 2000, el Camino de Santiago y más de 800 parcelas de este rincón del suroeste de la provincia de Lugo.
No solo eso sino que la cantidad de agua vertida será tal que se teme que afecte a la fauna y flora por el cambio de temperatura. Los millones de litros serán soltados a 27 grados, en un río que ya subió de temperatura tres grados en los últimos años. Todo ello, además, a cambio de una inversión que solo generará 500 plazas de empleo. Ante todo esto, miles de gallegos han comenzado a activar la resistencia al proyecto, que todavía está en fase de preparación y a la espera de financiamiento, porque Altri ha dicho, además, que para ponerlo en marcha quiere más de 200 millones de euros de fondos europeos o del Estado español.
Altri Non
«Un monstruo amenaza el corazón de mi tierra. Y no lo vamos a permitir». La frase la pronuncia el conocido actor gallego Luis Zahera, que se sumó a la campaña de Greenpeace para detener el proyecto. Su visión al respecto la comparten miles de gallegos.
Si bien hace dos años se dio la alerta tras conocerse el interés de Altri en la zona, este año se ha activado la resistencia en varios planos. Primero en el territorial: en mayo, unas 20.000 personas, según los organizadores, ocuparon en protesta el espacio del Polígono Industrial de Palas de Rei. Y hace casi un mes, miles de gallegos rodearon el Parlamento en Santiago pidiendo la paralización del proyecto. La respuesta del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, al día siguiente de esa movilización fue decir que «no hace falta reunirse para trasladar que la Xunta actúa a través de la evaluación técnica» y recordarles que existen «canales de comunicación» que pueden utilizar para tener una «interlocución» quienes vayan «con buena fe». Ese matiz de la buena fe tiene que ver con que les acusó de actuar con una «intencionalidad política clarísima» y vinculó las protestas con el accionar del Bloque Nacionalista Galego, partido líder de la oposición.
«La Xunta no era consciente del rechazo que generaba este proyecto y la oposición que tiene en la gente. Por eso lanzaron la idea por eso que el BNG manipulaba a los colectivos y nosotros no tenemos esa capacidad de dirigir en verdad, nos otorga una responsabilidad mayor de lo que somos», señala en conversación con NAIZ el diputado autonómico Luis Bará, portavoz del Bloque en el tema de Altri.
Desde el PP gallego también alegan que los soberanistas callaron el asunto durante la campaña autonómica por si acaso ganaban la Xunta y que activaron la protesta al quedar en la oposición. «Eso es una ocurrencia y quieren desviar la atención. Cuando en su día, hace dos años, se empezó a hablar del proyecto de Altri, no había mucha información. El BNG votó a favor de una proposición (sobre el emprendimiento) pero la información no era real. Hablaban de una producción de 200.000 toneladas de fibra textil y finalmente fueron 400.000 toneladas y de celulosa. El verdadero proyecto se conoció después de las elecciones».
La «mentira» de la empresa, según Bará, también tuvo que ver con los beneficios que aportaría a la comunidad el proyecto ya que primero Altri anunció la creación de 2.500 puestos de trabajo y ahora en sus últimos escritos constata solamente 500. «La propia empresa ha abierto una bolsa de trabajo de 500, que serían en su máximo nivel de producción, y en el diario oficial hablan que pedirán sanitarios para solamente 200 empleados», explica.
«El vertido de líquido con sólidos en suspensión y sulfato va a contaminar el tercer río más importante gallego y que vierte en la ría de Arousa, la más productiva de Galicia y una de las mejilloneras más grandes de Europa»
El horizonte del proyecto llega a fines de 2025. Ahora se está esperando de forma inminente el informe de Augas de Galicia (la empresa hidráulica de la Xunta) que autorice la proyección de utilización del río y vertidos, y la empresa ha dicho que solo es viable si recibe una subvención de fondos europeos y la Xunta de unos 220 millones de euros, con una inversión que se recuperaría al cabo de 10 años de producción. Por tanto quedan varios pasos antes que se coloque el primer ladrillo en Palas de Rei.
Daño al ecosistema y economía
«Ulloa es una zona de terreno rústico y el proyecto tendrá impacto negativo en el sector primario. Allí hay mucha producción agrícolo-ganadera, sobre todo láctea, y de hecho ahí está la principal denominación de origen de queso gallego. El vertido de líquido con sólidos en suspensión y sulfato va a contaminar el tercer río más importante gallego y que vierte en la ría de Arousa, la más productiva de Galicia y una de las mejilloneras más grandes de Europa. El río ya de por sí tiene una carga contaminante importante por las industrias de la zona de Santiago y vertidos urbanos y ganadería. Altri agravaría la situación y haría perder productividad a la ría», advierte Bará.
Además, pone el foco en otro dato relevante: una consultora, Acento, apadrina a Altri en el proyecto, y es propiedad del exministro de Fomento del PSOE, nacido en Palas de Rei, Pepe Blanco Ruiz. También ha sido presidente de la consultora el exministro Alfonso Alonso (PP) y allí trabaja el hijo Esteban González Pons, eurodiputado y asesor internacional de Núñez Feijóo.
La Xunta todavía no ha hecho la evaluación de impacto ambiental, que se espera que venga después del informe de Augas de Galicia. Este proyecto no tiene necesidad legal de pasar por la autorización del Parlamento y le vale con el visto bueno del Consello da Xunta.
«Los habitantes de la provincia de Lugo consumimos de agua por día la misma cantidad de lo que consumirá Altri. Quieren hacer unas tuberías de 12,5 kms que no sé por dónde pasarán porque necesitan el permiso de algunos propietarios de terrenos», cuenta Patricia Villarino, activista de la plataforma Ulloa Viva y residente de Agolada, a pocos kilómetros de Palas de Rei pero ya en la provincia de Pontevedra.
Villarino se queja en conversación con NAIZ que «nadie de la Xunta se ha querido reunir» con ellos y que son un grupo grande de vecinos que cuenta con biólogos y geógrafos y que han presentado alegaciones al proyecto, que tiene 8.000 folios, y asegura que «cada vez recibe más acompañamiento» la petición de paralización.
Muchos productores que tienen riesgo de perder su sello de producción ecológica, al ser una zona donde la economía está basada en la producción de alimentos de calidad
«Hay muchos productores que tienen riesgo de perder su sello de producción ecológica. Esta es una zona donde el paro es más bajo que en el resto de Galicia y la economía está basada en la producción de alimentos de calidad, en el turismo por el Camino de Santiago, con albergues. Y en el medio de todo esto quieren poner una chimenea de 75 metros. A quien no le afecta de una forma le afecta de otra, por eso hay mucha preocupación», añade.
Los activistas ya han ido a Bruselas, al Congreso español y al Parlamento autonómico para expresar su preocupación y entregar informes de biólogos. «El proyecto es inconcebible, cualquier técnico con un poco de sensibilidad ambiental no puede avalarlo».
Villarino avanza que tras el descanso del verano se está pensando en organizar otra gran manifestación en Santiago para fines de septiembre. Entre los activistas y dirigentes políticos se reparten entre el pesimismo y el optimismo. Algunos creen que se logrará paralizar Altri y otros creen que saldrá adelante con algunas restricciones que dictará la Xunta por la presión.
Al PP gallego parece no importarle esto y sigue defendiendo el proyecto, e incluso va más allá: ha declarado de interés estratégico un proyecto minero que se llama Mina de Touro, del grupo Cobre San Rafael, la misma empresa que causó una huella ambiental en Huelva que ha disparado muchas críticas. La resistencia para los activistas solo ha comenzado.