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«Siete años y ni una palabra el tío», el audio del Borbón que devuelve el 23F a primera plana

El 23F, nunca aclarado hasta el final, vuelve al Congreso de los Diputados 43 años después. Podemos ha pedido desclasificar documentos aún secretos para esclarecer qué pasó entre Juan Carlos de Borbón y el condenado Armada. Un tema que va más allá de la prensa amarilla y señala al Régimen del 78.

El papel de Juan Carlos de Borbón el 23F ha vuelto a quedar en solfa con el audio sobre Armada. (Raúl TERREL | EUROPA PRESS)

El 23F vuelve a estar en la agenda del Congreso español y en primera plana informativa. El origen de esta polémica reabierta se encuentra en uno de los audios publicados por ‘OK Diario’ y que forman parte de una grabación que realizó la actriz Bárbara Rey de una conversación que mantuvo en la intimidad con Juan Carlos de Borbón.

En uno de ellos, se oye decir al rey emérito español a su amante «palabra de honor, me río, cariño, de Alfonso Armada. Éste ha pasado siete años en prisión, se ha ido a su pazo de Galicia y el tío no ha dicho ni una palabra. ¡Nunca!».

 


Tras escucharle, surge el gran interrogante: ¿qué podía haber dicho Armada? Al parecer, mucho más de lo que llegó a contar en relación al intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. El general fue uno de los principales artífices de esa asonada, conocía los detalles de la misma y hasta qué punto Juan Carlos de Borbón estaba al tanto de lo que se estaba preparando y se implicó en esos planes.

El relato oficial siempre ha asegurado que fue precisamente la intervención del rey español la que frenó el golpe de Estado y lo hizo fracasar, salvando de esa manera la ‘democracia’. De hecho, se ha insistido en la idea de que en ese momento consiguió una legitimidad que estaba permanentemente cuestionada al haber sido designado a dedo por el dictador Francisco Franco como su sucesor y monarca

Sin embargo, ese papel del Borbón en la noche del 23F ha sido puesto en solfa desde diversos ámbitos, aunque sin que se lleguen a aportar pruebas sólidas y definitivas que vengan a indicar que el rey español estaba al tanto de todo, apoyó esos planes y finalmente dio la espalda a los militares compinchados para llevarse toda la gloria en una exitosa operación de marketing.

Armada y su estrecha relación con el Borbón

Pero el audio del monarca emérito parece venir a dar la razón a quienes apuestan por esta última versión como la auténtica, ya que existiría una verdad oculta. Porque si alguien podía conocer en detalle el papel que pudo jugar el Borbón en el intento de golpe de Estado era Alfonso Armada.

Este militar, que llegó a formar parte de la División Azul que combatió con los nazis contra la URSS en la Segunda Guerra Mundial, había mantenido una larga y estrecha relación con el Borbón.

Desde 1954 había sido su instructor militar y preceptor, para convertirse a partir de 1965 en jefe de la Secretaría del Príncipe y su ayudante personal. Una vez que el Borbón se convirtió en sucesor de Franco y rey del Estado español, Armada pasó a ser secretario general de la Casa del Rey, cargo que perdió en 1977 después de que enviara cartas con el sello de la Casa Real pidiendo el voto para Alianza Popular en las elecciones celebradas ese año.

Su relevo no supuso que se perdiera el contacto entre el militar y su antiguo pupilo, hasta el punto de que se asegura que mantuvieron un encuentro en el Valle de Arán en noviembre de 1980 en el que Armada explicó al Borbón la idea de formar un gobierno de concentración presidido por un militar, él mismo. Y Juan Carlos I le habría terminado dando el visto bueno.

Armada se habría llevado a la tumba los secretos que pudiera atesorar en relación a los posibles vínculos del rey emérito español con el 23F, lo que, según reconoce el Borbón en el audio, le provoca risa

Con ese supuesto plácet, se lanzó el intento de golpe de Estado, que terminó fracasando y por el que Armada fue condenado a 30 años de prisión por el Tribunal Supremo el 22 de abril de 1983. Pero entonces entró en escena Felipe González, que siendo jefe de Gobierno, le indultó el 24 de diciembre de 1988 alegando razones de salud.

Curiosamente, Armada demostró que no se encontraba tan mal como podían sugerir las razones para su indulto, ya que vivió 25 años más después de su salida de prisión. Esas más de dos décadas las pasó en su pazo de Galiza, donde falleció el 1 de diciembre de 2013 a los 93 años. Los entonces reyes españoles, Juan Carlos y Sofía, enviaron a la familia un pésame personal a través de un telegrama.

El general se había llevado a la tumba los secretos que pudiera atesorar en relación al 23F, lo que, según reconoce el Borbón en el famoso audio, le provoca risa. Lo que no le hacía tanta gracia era la actitud del sucesor de Armada al frente de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, del que en esos mismos audios se queja amargamente por «lo que está largando».

González y Guerra hablan de «chismografía»

Quienes también podrían arrojar luz sobre esta cuestión son Felipe González y Alfonso Guerra, presidente y vicepresidente del Gobierno español en los años inmediatamente posteriores al 23F y que también vivieron en primera persona esos acontecimientos.

Pero si Armada demostró una extrema fidelidad hacia su pupilo Borbón, algo parecido se puede decir de González y Guerra. De hecho, sus respuestas airadas al ser preguntados por el polémico audio son claro reflejo de que no tienen la menor intención de salirse ni un milímetro de la versión oficial sobre los acontecimientos de 1981.

Con un contundente «no tengo ni puta idea», solventó González el primer intento de los periodistas por conseguir algo de información al respecto. De hecho, les despachó muy molesto, mientras señalaba que «no sé si lo entendéis: que no oigo esos audios y ahora que me habláis de lo que van, menos los oiré. Hay algunos problemas serios».

La misma actitud mantuvo en una entrevista televisiva en la que estuvo acompañado por Alfonso Guerra. Ese tándem que mantuvo una estrecha amistad durante décadas para pasar a protagonizar sonados desencuentros, ha recuperado su sintonía en su empeño por cortar la hierba bajo los pies a Pedro Sánchez y para defender al Borbón.

Cuando fueron preguntados por el polémico audio, Guerra mostró abiertamente su enfado señalando que «vamos a ver, perdone, ya hay programas de televisión que se dedican a ese tipo de temas, que se dedican a salvar el mundo». Una respuesta que contó con el beneplácito de González, quien le secundó señalando que «ahí estamos de acuerdo».

De hecho, el ex presidente del Gobierno español hizo un esfuerzo por restar importancia al audio afirmando que «¿nosotros vamos a estar perdiendo el tiempo en chismografía? Yo no, desde luego», para luego ponerse intenso y considerar que había cuestiones más importantes, como «un huracán destruyendo el mundo, una guerra en Ucrania, un tipo que ha perdido las elecciones en Venezuela y no quiere entregar el poder, una guerra en Oriente Medio devastadora...».

Felipe González y Alfonso Guerra se han mostrado molestos cuando les han preguntado por el audio, llegando a decir «no tengo ni puta idea» o asegurando que no van a perder el tiempo en «chismografía»

 

Denuncia de Manos Limpias

Incluso hay quien recurre a la vía judicial para intentar salvar al Borbón de este tipo de filtraciones. Este es el caso de Manos Limpias, que ha presentado una denuncia contra Bárbara Rey en los juzgados de Madrid por un presunto delito de revelación de secretos por los audios vinculados al rey emérito español.

Ha defendido que en dichos audios «no solo se reflejan conversaciones íntimas, sino también conversaciones que afectaban a cuestiones de Estado» y que las mencionadas grabaciones «fueron objeto de una especie de chantaje o extorsión presuntamente por parte de la denunciada», que habría acordado «percibir unas retribuciones a cambio del silencio y de su no difusión».

Manos Limpias ha recordado que el Código Penal castiga con penas de uno a cuatro años de prisión a quienes «para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales, intercepte sus comunicaciones o utilice artificios técnico de escucha, transmisión grabación o reproducción del sonido o de la imagen».

Pero no todo el mundo tiene el mismo afán por ocultar esos audios o por pasar página a la carrera con este episodio y se demandan explicaciones para conocer en detalle a qué se refería el Borbón con el fiel silencio durante décadas de su preceptor Armada.

Así, desde Podemos se pide al Gobierno español que desclasifique todos los documentos sobre el intento de golpe de Estado de 1981. Como señaló el diputado de esta formación Javier Sánchez Serna al anunciar la iniciativa de Podemos, «la sociedad no es menor de edad para que se le oculten estas informaciones. Se trata de saber la verdad. Si Juan Carlos I fue ese héroe de la democracia, la Casa Real debería ser la primera interesada en la desclasificación de esos documentos». Pero, por el momento, Felipe VI «ni está ni se le espera», como dijo Fernández Campo precisamente el 23F.