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Nafarroa activó seis veces en seis años la misma alerta que València y la CAV otra

València mantuvo el nivel 2 de emergencias durante los peores momentos de la DANA conservando el mando operativo de la situación, sin cederlo al Estado, pero fue incapaz de gestionar eficazmente. La activación del nivel 2 es relativamente frecuente en Euskal Herria por temporales o incendios.

Labores de rescate en el casco antiguo de Tutera durante las inundaciones de Barra, en 2021. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

La discusión sobre si la Generalitat valenciana solicitó correctamente la ayuda para la DANA ha dado pie a un agrio debate. La legislación española y la autonómica describen distintos niveles de emergencias, según su gravedad.

Hay tres escalones y subir al tercero implica que la comunidad está desbordada, por lo que cede el mando del operativo al Estado que, debido a la gravedad de la situación, ya se presume que será el que más efectivos está desplegando. 

El Ejecutivo de Carlos Mazón se quedó en el segundo peldaño, considerando que la tragedia constituía una «emergencia autonómica», pero activando la capacidad de solicitar ayuda y recursos al Estado.

Esto es así porque la gestión de las emergencias está transferida. Por eso, cuando todo empezó, nadie discute que quien tenía que mandar el aviso era la Generalitat y tardó doce horas en hacerlo desde que la Aemet hubiera decretado su alerta roja. 

Un nivel dos de emergencias se utiliza para situaciones relativamente comunes. Al menos, eso se desprende de su aplicación en los últimos años en Hego Euskal Herria.

Labores de achique en las inundaciones de Gasteiz en diciembre de 2021. (Endika PORTILLO | FOKU)

Así, el nivel dos más reciente que se ha decretado en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia ocurrió en diciembre de 2021 a consecuencia de un temporal de lluvias que generó algunas inundaciones, desbordamientos y corrimientos de tierras que afectaron a la red viaria. Fueron 21 días consecutivos de lluvias causados por la borrasca que se bautizó como Barra. 

En Nafarroa la aplicación de niveles dos de emergencia ha sido más profusa. Desde 2018, a la emergencia decretada por Barra (que, de hecho, dejó más daño en Nafarroa que en la CAV, con episodios muy llamativos como las inundaciones de Arrotxapea y el casco antiguo de Tutera) se suma otra por Filomena en enero de 2021. 

A estas alertas decretadas puramente por la climatología se suman en Nafarroa cuatro causadas incendios forestales: el incendio en Bera en febrero de 2021, el de julio de ese mismo año en Eguaras, la ola de incendios de junio de 2022 (los más graves que se hayan documentado) y otro más por el desatado en el monte Ezkaba que amenazó a la propia Iruñea. 

Los aviones, clave de la solicitud de ayuda

La activación de ese nivel dos para los incendios tiene su lógica, dado que los grandes aviones que arrojan agua sobre las llamas son del Ministerio, que aguardan en un aeropuerto de la provincia de Zaragoza y cogen agua en el pantano de Esa.

Se trata, por tanto, recursos estatales que se solicitan siguiendo un protocolo. De ordinario, en Nafarroa tan solo hay un pequeño avión, conocido como ‘Azor’, que sirve para atajar fuegos en fase incipiente. 

Bomberos trabajando en la ola de incendios de 2022, que afectó a Tafallaldea. (Eduardo SANZ | EP)

A esos aviones del Ministerio se suma, además, la UME, que ha intervenido en varios de los incendios que han suscitado esta alerta de nivel dos.

Las fuentes consultadas del área sostienen que esta unidad militar lleva, en el caso de los incendios, un monitoreo permanente con satélites para vigilar el humo y que, en ocasiones, se ofrecen a actuar incluso hablando directamente con responsables del operativo, sin pasar por el consejero de turno.

Estas fuentes los describen como rápidos en la reacción, organizados, «con mucha tropa disponible» y dotados con gran cantidad de maquinaria pesada «muy costosa». 

«En la UME siempre están a deseo de actuar», insisten. De hecho, la controversia que ha surgido en ocasiones en Nafarroa con esta unidad nunca se ha debido a la tardanza en llamarla, sino a que en ocasiones el Gobierno les ha requerido ayuda sin ser estrictamente necesario, usurpando el papel de los servicios de emergencia propios y de naturaleza civil. 

Las polémicas que ha habido en Nafarroa con la UME han sido por llamarla innecesariamente y no por retrasos.

Las ocasiones en las que Euskal Herria ha entrado en nivel dos ni se acercan a los ratios de destrucción y muerte que ha causado la DANA en València.

De los episodios recientes, el más grave fue la cadena de incendios de 2022 en Nafarroa, a cuyas labores de extinción también se sumaron forestales del resto de Euskal Herria y de territorios del Estado, como Aragón. Y en esos fuegos no murió nadie. 

Por ahondar en este episodio, el primero de los incendios, el de Leire, motivó la activación del nivel 1 a las tres de la madrugada y se elevó la alerta cinco horas después, poco después del amanecer. Lo cual tiene sentido en tanto que los medios aéreos que se precisaban por parte del Estado solo funcionan durante el día.

Dos helicópteros rechazados

La decisión de no pasar a nivel 3 tras la DANA de modo que el Estado pasara a controlar una situación que Valencia no se veía capaz de manejar, pudo ser revertida desde Madrid decretando un estado de alarma, que es una herramienta que figura en la Constitución, pero con poca experiencia práctica y, en consecuencia, sin que la vía de aplicación esté clara. Así como tampoco sus implicaciones. 

Prueba de ello es que, cuando se declaró a causa de la pandemia, se generó una enorme controversia judicial sobre qué implica este cambio del marco normativo. 

Bomberos trabajando en labores de extinción en Olleta (Orbaibar) en 2022. (Eduardo SANZ | EP)

Lo que resulta indiscutible es que la Generalitat sí se vio sobrepasada por la situación, incurriendo en una serie de errores graves que no quedan en la tardanza en el aviso, sino también en descoordinación. Los mecanismos de solicitud de ayuda fracasaron en los primeros compases. 

Según ha conocido NAIZ de fuentes de Interior, Protección Civil de Nafarroa no ofreció un helicóptero para ir a buscar supervivientes cuando todavía había gente subida en coches y viviendas. Fueron dos.

El contacto se realizó con Protección Civil del Estado en la mañana del día 30, siguiendo el procedimiento. Protección Civil tuvo que rechazar estos recursos, pues al no haber recibido la petición de ayuda desde la Generalitat (como dictaba ese mismo procedimiento) desconocía adonde mandarlos