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Estancamiento político en Irlanda al reproducirse por ahora los resultados de 2020

Se da por seguro que Fianna Fáil y Fine Gael podrán gobernar, pero no está claro con quién, a qué precio ni con qué estabilidad. Sinn Féin queda tercero, pero aún puede superar al segundo en escaños.

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Cuarenta horas después de que se cerrasen los colegios electorales el panorama político irlandés se va aclarando. Falta por saber en qué canasta caerán los últimos escaños, lo que determinará la valoración general. Fianna Fáil, Fine Gael y Sinn Féin están a apenas un punto entre los tres, en ese orden. Por ahora, el recuento reproduce en cierta medida el reparto de poder de 2020 con un empate entre las tres fuerzas históricas irlandesas.

No obstante, todo indica que la primera fuerza será Fianna Fáil y que su líder, Micheál Martin, podrá repetir como taoiseach. Siempre con el apoyo del Fine Gael, con quienes seguramente se turnarán en la presidencia, tal y como hicieron en la pasada legislatura. Necesitarán de alguna otra fuerza y esta vez no serán los verdes, que tras su apoyo al Gobierno del establishment se han hundido.

Esta debacle envía un mensaje a los siguientes socio minoritarios. Los candidatos a ocupar ese lugar son Labor Party, por un lado, y los independientes «centristas», por otro. Pero les tienen que dar los números. Deberán sumar 87 escaños si quieren gobernar. Si con una de esas dos fuerzas bastase, el juego político se reduciría bastante. Si no, la estabilidad no sería tan rotunda.

Otro partido que puede ser cortejado es el Socialdemócrata, que ha obtenido unos buenos resultados que se deben confirmar en escaños. Pero no parece que estén por la labor de apoyar a este Gobierno bajo ningún pretexto.

Opciones republicanas

Sinn Féin ha recuperado casi diez puntos desde las elecciones locales de junio, pero ha perdido otro tanto desde las encuestas de hace algo más de un año, y cinco puntos si se compara con las elecciones de 2020. No obstante, puede lograr más escaños que entonces, cuando ganó en votos, gracias a que en esta ocasión sí que ha presentado más candidatos. Sobre todo, ha recuperado credibilidad y estabilidad en el liderazgo de Mary Lou McDonald.

Aunque entraba dentro del margen de error, aparecer como posible primera fuerza en la gran encuesta a pie de urna ha penalizado al Sinn Féin en este recuento, sin duda en el plano comunicativo y quizás en el plano emocional. La remontada no ha sido completa y esas expectativas distorsionan un balance más equilibrado.

En todo caso, con estos resultados no tiene fácil conformar una alternativa a la izquierda del Gobierno actual. Seguramente deberá esperar alguna crisis ajena y cuidarse de no tener ninguna propia para diseñar una alternativa viable. Eso, o esperar al desgaste de un Gobierno que pese al buen momento macroeconómico tiene varios frentes abiertos. Por ahora, no se ve un mandato de cambio claro, pero el hartazgo social con temas como la vivienda, la salud o la inflación son palpables. La migración no ha marcado esta campaña, pero es un tema latente, con la guerra de Ucrania como telón de fondo.

En perspectiva histórica, la gran coalición del establishment va perdiendo fuerza de forma inexorable. Durante el Celtic Tiger, en 2007, Fine Gael y Fianna Fáil obtenían el 68,9% de los votos, una cifra que cayó hasta el 53,5% en 2011. De nuevo ese apoyo cayó en 2016, bajando por primera vez de la mitad de los votos (49,9%). En las anteriores elecciones a estas, en 2020, los dos partidos bajaron hasta el 43,1% de los votos, lo que forzó la gran coalición con el apoyo de los verdes. Ahora la encuesta a pie de urna indica que podrían quedarse en torno al 40,5%.

Sigue el recuento

En previsión de que el trabajo se va a alargar, los centros de recuento decidieron parar a una hora razonable a la noche, descansar y volver al tajo.

La víspera se confirmaron los asientos de las primeras preferencias y también alguna sorpresa tanto a derecha como a izquierda. En el lado gubernamental, el ministro de Salud, Stephen Donnelly (Fianna Fáil), ha quedado fuera del Dáil. En la oposición, el representante de People Before Profit Gino Kenny ha perdido su escaño, también la exeuroparlamentaria independiente Clare Daly.

El recuento es lento y tedioso. En centro comunitario de Adamstone, pasadas las 14.00 Mark Ward confirma el segundo escaño del Sinn Féin por Mid West Dublin. El 75% de transferencias de Eoin Ó Broin a su otro candidato es crucial, también las segundas preferencias de otros votantes de izquierdas.

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Tanto Ó Broin como Ward han perdido votos, en cierta medida porque sus resultados en 2020 fueron excepcionales, con en torno a un 40% de apoyo. Los próximos días deberán analizar dónde han ido esos votos, pero los republicanos han logrado retener sus dos asientos en el Dáil.

La legislatura arrancará definitivamente cuando se logre el acuerdo de gobierno. ¿Cuándo será eso? Dependerá de cómo quede el reparto final.