«Queremos que todo el personal de la Universidad se sienta acogido y orgulloso»
Hace medio año Joxerramon Bengoetxea exponía a NAIZ un programa donde atajar la precariedad existente en amplios sectores de la UPV-EHU era objetivo urgente. En esta entrevista, el rector electo se reafirma y amplía el foco para definir su modelo de Universidad y reivindicar su función social.
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Tras las elecciones proclamó que «es la Universidad la que ha ganado». ¿A qué se refería?
Por una parte, a la alta participación, y también al hecho de que se hubiera generado un debate enriquecedor en la campaña. Al menos en la parte de la campaña que se dedicó a contrastar los programas y la posibilidad de debatirlos. Nosotros hubiéramos querido tener más ocasiones de hacerlo, pero las que organizaron los estudiantes y el Grupo EiTB fueron suficientes para tener esa oportunidad de contraste. Por tanto, la alta participación, unida al hecho de que en los últimos años no hubiera habido más de una candidatura y la opción en esta ocasión de contrastar las ideas creo que es bueno para la Universidad.
Haber ganado en todos los estratos de la comunidad universitaria, ¿es un plus de confianza o de responsabilidad
Es una mezcla. Hay una parte que es de impulso y de legitimación por los resultados. Lo que pasa es que los resultados son el fruto de una ilusión, la de quienes nos han votado, y lo que debemos hacer es mantener esa ilusión y no defraudarla. Por tanto, responsabilidad también en ese sentido.
Tiene un mandato de seis años. Pueden parecer muchos pero, ¿es margen suficiente para aplicar su programa?
Pensamos que sí. Hay cuestiones que son urgentes, que nos gustaría intentar resolver desde el momento en que asumamos el cargo, que previsiblemente será a finales de enero. Y hay otras que son más estratégicas, que van a exigir diseño y planificación. Pero seis años creemos que es suficiente. Por una parte, para hacer estos proyectos y, por otra, para ver si nuestra idea está funcionando o no, y si no lo está, analizar por qué y corregirlo.
«En los campus de Bizkaia y Araba hay instalaciones que necesitan intervención urgente, ya que están en condiciones penosas»
¿Cuáles son las más urgentes?
Hay situaciones de precariedad respecto a las condiciones salariales, y hay también algunas respecto a las instalaciones y los edificios. Resolver estas cuestiones va a ser nuestra prioridad. No se puede hacer de un día para otro, pero sí tenemos que iniciar los estudios y detectar exactamente dónde y cuál es el grado de intervención que hay que acometer.
Dentro del grupo de PTGAS (Personal técnico, de gestión y de administración y servicios) hay tres categorías que están muy infradotadas económicamente: la 13, 14 y 15. Luego, en el grupo de profesorado en sustitución, sobre todo las sustituciones a tiempo parcial, cuando no sea fruto de una elección, hay que intentar en la medida de lo posible ponerlas a tiempo completo. Y mejorar las condiciones de contratación en parcialidad también. Asimismo, el colectivo de investigadores en formación también tiene unas condiciones que requieren una mejora.
Respecto a infraestructuras, el Campus de Gipuzkoa está relativamente mejor, hay un problema concreto pero no se puede resolver tan rápidamente, que es la ubicación en la Facultad de Medicina y Enfermería, donde hay problemas serios de espacio. Pero sobre todo en los campus de Bizkaia y de Araba hay algunas instalaciones que necesitan intervención urgente, pues están en condiciones penosas.
Más allá de los cambios que pueda aplicar cada rector o rectora, ¿cuál sería la función social que debe cumplir la Universidad pública?
La Universidad tiene una función de preservar el conocimiento, acrecentarlo y transmitirlo. Se acrecienta mediante la investigación, se preserva mediante un sistema de acumulación de conocimiento, por ejemplo, las bibliotecas, y la transmisión se lleva a cabo a través de la docencia. Estas funciones son fundamentales, pues ese conocimiento va a contribuir al bienestar de la sociedad. Y luego tenemos que ser capaces de transferirlo. No solamente preservarlo, transmitirlo y aumentarlo, también transferirlo allí donde podamos contribuir, tanto al tejido económico como al social.
¿En los últimos años se ha puesto demasiado acento en las salidas profesionales?
La misión esencial de una Universidad no es necesariamente esta. Por supuesto que tenemos que atender a las necesidades de nuestro tejido económico, porque eso contribuye además al bienestar de la sociedad. Sobre todo se trata de dotar de las competencias necesarias para que los profesionales que formamos sean capaces de atender las necesidades cambiantes. No necesariamente mediante los grados, posiblemente mediante una formación de posgrado o cursos muy específicos, que atiendan a esas necesidades puntuales que requieren unos conocimientos adicionales. Pensemos, por ejemplo, en la Inteligencia Artificial; es un ámbito donde posiblemente es necesario actualizar conocimientos, adquirir nuevos... Tenemos que estar en condiciones de ofrecer todo eso. Pero la Universidad tiene también que atender a las necesidades del conocimiento. Es posible que el mercado de trabajo no esté demandando muchos arqueólogos o arqueólogas, sin embargo, una sociedad necesita tener conocimiento arqueológico. Por eso nuestra dedicación fundamental es esa dimensión del conocimiento.
«Tenemos una capacidad investigadora enorme, pero recursos para la investigación todavía muy bajos. Debemos ser punteros»
Tras el acceso de clases populares a la Universidad, un espacio antes más restringido, ¿los títulos de posgrado han reabierto la brecha en favor de los más pudientes?
Yo no lo plantearía en esos términos. Nosotros somos una Universidad pública, esto significa que tenemos que estar en condiciones de cubrir todos los ámbitos del conocimiento, y tenemos que asegurar una investigación básica en los ámbitos que no son necesariamente rentables, pero que son necesarios para incrementar el conocimiento. Lo que está ocurriendo con mucha oferta, sobre todo en posgrado, es que se está partiendo de una necesidad de financiación de muchas Universidades mediante una oferta que supone el pago de unas matrículas bastante más altas en ámbitos concretos, que se considera que están siendo demandados por el tejido productivo o por el mercado. Nosotros pensamos que es importante formar para atender a las necesidades del mercado, pero sobre todo tenemos que ser capaces de formar con una calidad asegurada. Que nuestra formación sea muy sólida y dote de esas competencias que permitan esa transversalidad y esa adaptación a las nuevas necesidades. En este sentido, no nos oponemos a la oferta de posgrado, incluso posgrado que estén siendo demandados por el mercado y que no estemos ofreciendo en este momento estaríamos abiertos a ellos, pero siempre asegurando esa calidad en la formación, que permita primero el acceso público mediante unas matrículas públicas, y luego esa formación sólida que posibilite esa transversalidad y esa interdisciplinariedad.
«La Universidad tiene una función de preservar el conocimiento, acrecentarlo y transmitirlo. Y luego tenemos que ser capaces de transferirlo allí donde podamos contribuir, tanto al tejido económico como al social»
¿Cómo contempla la Universidad cuando deje el cargo?
La primera cuestión que queremos resolver son los temas urgentes que comentaba. También nos gustaría asegurar una formación, una enseñanza, en euskara y en castellano con suficiente oferta. Intentar que toda la troncalidad sea ofrecida en bilingüe. Queremos asegurar asimismo una suficiente oferta de optativas en euskara, y también en inglés. En las optativas no es necesario que sean las mismas en los tres idiomas, pero que haya una suficiente oferta en euskara. Lo mismo en todos los posgrados que conducen a una profesión, y en la oferta de posgrados de investigación. Y en el ámbito de la divulgación, queremos asegurar que hay suficiente material y transferencia a la sociedad en euskara. Incluyo aquí la necesidad de que las aulas de la experiencia ofrezcan suficiente formación en euskara, que ahora es una de las carencias.
Dicho esto, nos gustaría tener una Universidad donde todo su personal se sienta, primero, cuidado, que se sienta bien atendido, se sienta partícipe y orgulloso. Que las personas de la Universidad se sientan orgullosas de ella por lo que es capaz de conseguir, por la forma de implicar a todos sus colectivos, por la forma de transmitir a la sociedad.
Y todo esto con una financiación acorde a los estándares europeos...
Claro. La financiación es fundamental. Nosotros estamos dispuestos a hacer un análisis serio, una auditoria de cuáles son nuestras capacidades, cómo estamos invirtiendo y cómo estamos utilizando los recursos, para ver si podemos mejorar. Pero sabemos que va a ser necesaria una mayor contratación. Hay que mejorar la capacidad técnica de nuestra Universidad contratando personal técnico de apoyo, sin estas personas no va a funcionar la Universidad; también vamos a tener que mejorar las condiciones laborales del profesorado, recuperar poder adquisitivo en la medida de lo posible, y mejorar las condiciones de los y las investigadoras. Esto va a requerir mayor financiación. Nosotros vamos a hacer ese análisis y vamos a ir cuantificando las necesidades existentes. Y vamos a demostrar además lo que somos capaces de hacer gracias a ese aumento de la financiación.
Asimismo, debemos garantizar la investigación en todos los ámbitos, tenemos que ser punteros en investigación. Tenemos una capacidad investigadora enorme, pero recursos para la investigación todavía muy bajos. Hay que mejorar esos recursos, porque eso nos permitirá dar un salto en nuestra calidad investigadora. Estamos haciendo muchísimas tesis doctorales, podemos hacer muchas más, y más proyectos, más publicaciones en revistas especializadas de gran nivel... Somos capaces de hacerlo, y además somos capaces de hacerlo en trilingüe.