Culpan de la «explotación» al drama de Fitero: «Conduciendo a turnos no se puede descansar»
Decenas de personas se han concentrado este lunes ante Inspección de Trabajo en Iruñea a convocatoria de varios sindicatos para denunciar el accidente con cuatro camioneros muertos registrado en Fitero y que consideran que refleja en toda su crudeza «la explotación que sufren los transportistas».
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A convocatoria de los sindicatos LAB, ESK, Steilas, EHNE-Etxalde, CGT-LKN e Hiru, decenas de personas se han concentrado este lunes ante Inspección de Trabajo, en el paseo Sarasate de Iruñea, para denunciar que el accidente registrado en Fitero la semana pasada refleja «la explotación que sufren los transportistas».
Los congregados se han ubicado junto al monumento a los Fueros tras unas pancartas en las que se podía leer los lemas ‘Más salud laboral y menos diálogo social. Baldintza kaskarrik ez garraio duina’ y ‘Patronal eta instituzioek gaixotu eta hiltzen gaituzte. La precariedad mata’. En un momento dado, incluso se han encendido dos bengalas que han cubierto el lugar de humo rojo, mientras se coreaban consignas como «Ez, ez, ez, lan istripurik ez», «Prekarietatea hiltzailea» y «Accidente laboral, terrorismo patronal».
De todas estas maneras se buscaba denunciar «el fallecimiento de cuatro transportistas en el dramático accidente ocurrido el 5 de marzo en Fitero», según ha señalado a los medios el portavoz del sindicato Hiru, Alberto Núñez.
Ha recordado que el siniestro ocurrió «a las cuatro de la madrugada, cuando colisionaron frontalmente dos camiones ocupados por dos parejas de transportistas cada uno», una procedente de Chequia y la otra, búlgara residente en Granada.
Ha puesto el acento en que los transportistas estaban trabajando «a las 4 de la madrugada y con la práctica habitual promovida por las empresas de transporte de desplazarse con dos conductores para parar lo menos posible. El vehículo circula 18 horas seguidas sin detenerse, de día o de noche. Cada conductor maneja cuatro horas y media seguidas, y luego cede el volante a su compañero. Así no se puede tener un descanso de calidad. Mientras uno conduce, la otra persona ‘reposa’ en el asiento del copiloto».
También ha destacado que cuando tuvo lugar la colisión, «no había ningún problema de circulación, no había niebla, y ocurrió en una carretera limpia. Pero la fatiga, las condiciones en las que están trabajando, les han llevado a morir. Han tenido unas condiciones tan brutales y fatales que nadie puede cerrar los ojos».
El accidente de Fitero es un acaso extremo dentro de un conteo de siniestros mortales que lleva la Intersindical y que recoge que «llevamos una media de una persona fallecida al mes en el transporte en las carreteras de Euskal Herria».
«No se quiere ver lo que ocurre»
Núñez ha calificado esta situación de «insoportable, pero nadie quiere hacer caso y no se quiere ver. Se está continuamente denunciando fallecimientos en el trabajo en la realización de una actividad que todo el mundo demanda para que siga el resto de actividades económicas en funcionamiento, pero sin querer ver cómo se están haciendo. Parece que vivimos en un mundo muy bonito, muy ideal, en el que no ocurre nada, pero que para que eso funcione, hay gente que vive en la explotación, en la precariedad más absoluta, que tiene unas consecuencias tan tremendas».
En este sentido, ha recordado que «las mercancías llegan a tiempo, porque se está haciendo el transporte de esta manera. Es un reflejo muy claro de cómo está la situación del transporte, en la que todo es prisa, inmediatez, y en la que no hay gente suficiente para realizarlo, porque las condiciones son tan malas que las terminan haciendo personas con necesidad y que, por eso, no piensan en las condiciones en las que les obligan a trabajar».
Por todos estos motivos, los sindicatos convocantes de la concentración piden «a las administraciones y a la sociedad que sean conscientes de cómo se está haciendo el trabajo en el transporte internacional, trabajando 18 horas al día para llevar una salario mísero a casa y al final fallecer en un accidente fatal como consecuencia de lo que sucede en el trabajo. Tienen que interiorizar y darse cuenta de que no se puede seguir así».
Además, se trata de un sector con trabajadores con una edad media que se sitúa en los 56-57 años, por lo tanto, «muy avanzada y que tienen unas necesidades de salud que no se corresponden con el tipo de actividad que realizan». Por ese motivo se lleva años insistiendo en la necesidad de adelantar la edad de jubilación y «parece que va a haber unos coeficientes reductores que permitan adelantarla. Pero de momento no hay nada y no se puede seguir así. Y además está la cuestión de que si se jubilan los que están, tampoco hay relevo. Es una situación muy complicada a la que hay que buscar una salida».