Milei logra el aval para acordar con el FMI en un Parlamento blindado ante una protesta masiva

Jubilados argentinos, los más afectados por el ajuste del presidente Javier Milei, han vuelto a marchar en Buenos Aires junto a hinchas de fútbol, sindicatos y activistas, tras la protesta de la semana pasada que acabó en violentos incidentes y represión salvaje.

La protesta de los miércoles –que intentó ser frenada con un gran operativo polical cerrando los puntos de transporte urbano más relevantes, como estaciones de trenes y autobuses– coincide con el debate en la Cámara de Diputados sobre un decreto de Milei, que ha logrado el respaldo del Congreso para un nuevo acuerdo de deuda con el Fondo Monetario Internacional.

Con 129 votos a favor, 108 en contra y seis abstenciones en la Cámara, el decreto del presidente ultraliberal edl 11 de marzo ha devenido en firme.

Decenas de camiones de las fuerzas de seguridad, carros capaces de emplear agua a presión y vallas metálicas se habían desplegado desde la mañana en los alrededores del Congreso para impedir que los manifestantes se acerquen cuando empiece la protesta.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, responsable de la feroz represión, ha califcado la marcha como un intento de «desestabilización».

En las estaciones de trenes las pantallas reproducen advertencias de las autoridades: «Protesta no es violencia, la policía va a reprimir todo atentado contra la República».

La ministra Bullrich ha puesto una recompensa de 9.000 dólares para quien «identifique a los violentos».

Durante el debate parlamentario, varios diputados opositores han reclamado la renuncia de Bullrich, culpándola del disparo de gas lacrimógeno que fracturó el cráneo del fotorreportero Pablo Grillo mientras cubría los disturbios.

La ministra rechaza abrir una investigación interna al respecto y ha elevado el nivel de enfrentamiento al ofrecer una recompensa de más de 9.000 dólares por información que «ayude a identificar a los violentos» de la semana pasada.

Casi un 60% de los jubilados cobra el salario mínimo, equivalente a unos 265 dólares.

El Gobierno les congeló un bono de unos 70 dólares el año pasado y redujo la entrega de medicamentos gratuitos, cuyo precio se duplicó.

El miércoles pasado causó estupor el caso de una anciana de 81 años con bastón que fue rociada con gas pimienta y empujada por un efectivo hasta caer desmayada. Se llama Beatriz Blanco y este miércoles ha regresado a la protesta.

Beatriz Blanco, la jubilada brutalmente golpeada por la policía el miércoles pasado, vuelve hoy a marchar. Sale para exigir por una jubilación digna, pero también para demostrar que las calles son del pueblo, no de las fuerzas represivas. pic.twitter.com/XhYEhBsy3d

— Revista Cítrica (@revistacitrica) March 19, 2025

El respaldo de las hinchadas de fútbol surgió semanas atrás después de que un jubilado con la camiseta del club Chacarita fue gaseado por la policía en esa marcha semanal frente al Congreso.