Iñigo Landa Larrazabal

10 preguntas sobre el proceso electoral interno de EAJ-PNV explicado en plan Barrio Sésamo

Imagino que esto pueda pasar en cualquier partido político pero, en lo que me concierne, importa e interesa, cuando se habla de democracia interna en el Partido Nacionalista Vasco, no tengo más remedio que hacerme una serie de preguntas y que, ya que tengo esta oportunidad, las expongo para su reflexión:

Vaya por delante que dispongo de datos puntuales por Organizaciones Municipales pero no de datos finales ya que el proceso interno aún no ha finalizado. Pero esto es igual ya que la dinámica es idéntica.

PRIMERA: En un proceso electoral interno (a dos vueltas) en el Territorio Histórico de Bizkaia se presentan dos candidatos. Uno, promocionado por el aparato se llama Iñigo Ansola y, el otro se llama David Salinas-Armendariz. El primero goza de todo tipo de facilidades y medios por parte de Bizkai Buru Batzar, hasta el punto de que un miembro de su Candidatura, Unai Andraka, personal liberado del Partido, le ha sido asignado como su coordinador de Campaña. ¿Puede haber «planchas» o Candidaturas promovidas desde el propio «aparato»? Respuesta: No. El artículo 96.3 de Estatutos lo declara como taxativamente prohibido. ¿Lo hacen? Sí. ¿Es legal? No. Pero las difunden hasta con una demostrada IP (matrícula de autor, origen y fecha) desde Sabin Etxea. ¿Lo pueden hacer? No. ¿Lo hacen? Sí. ¿Por qué? Pues cuando uno es, o se cree, el propietario del Scattergories puede decir que el pulpo es un animal de compañía. Y si no te gusta, pues se lleva el juego de mesa porque no cumples con las normas que impone el dueño del juego. El típico «es mi balón y, si no es penalti, me llevo el balón y se acabó el partido en el patio de la ikastola».

SEGUNDA:  En relación con lo anterior, hablando de penaltis y de balones, hablamos de un deporte (el que sea, y no necesariamente fútbol) donde una competición debe ser controlada por un juez… por un árbitro. Pues bien, los árbitros de este proceso disponen de una doble vara de medir. No es ni medio normal que quien tiene que hacer de árbitro sea hermana de quien propone a uno de los contendientes. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No. ¿Es ético? No. ¿Qué se puede hacer? Cambiar el Reglamento. ¿Es factible? Sí. ¿Se puede llevar a la práctica? No. ¿Por qué no? Porque son reglas que benefician a quiénes las aplican de una forma del todo objetiva y en absoluto de una manera neutral? ¿Por qué? Porque son sus reglas, tienen el balón y el Scattergories.

TERCERA: Sobre la anterior, ¿alguien comprendería que un partido entre el Athletic Club y el Real Madrid lo arbitrase un hermano de Florentino Pérez? No. ¿Quién preside la Comisión Nacional de Control y Garantías? Pues Amaia Atutxa. ¿Y quién es Amaia Atutxa? Pues la hermana de Itxaso Atutxa, aún presidenta del Bizkai Buru Batzar, quien designa y avala a uno solo de los candidatos en el proceso electoral interno a la presidencia de ese órgano ejecutivo territorial. ¿Se va entendiendo? ¿Es legal? Parece que Sí. ¿Es ético? No. ¿Estético? Para nada… De hecho, «canta» mucho y a mucha distancia.

CUARTA: El sistema de elección interna de EAJ-PNV es lo que quieran que pueda ser menos puramente democrático. Voy a utilizar datos ficticios y números redondos para que todo el mundo lo pueda entender. Bien… Pongamos que en Bizkaia hay 100 Organizaciones Municipales (Batzokis). Algunas pueden tener 5 afiliados y otras 500. Seguimos… Puede darse el caso que un candidato a la presidencia del BBB obtenga el apoyo de 90 Batzokis con 1.000 votos, y otro, en 10 Batzokis consiga el apoyo de 1.500 votos. ¿Quién sería el presidente del BBB? Pues el de los 1.000 votos frente al de los 1.500 votos. ¿Por qué? Porque no se aplica el elemental principio democrático de un afiliado, un voto. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No. ¿Es democrático? Tampoco.

QUINTA: A raíz de lo anterior, la «película» va de controlar pequeñas (muy pequeñas) Organizaciones Municipales (Batzokis) que, aunque las compongan 5 personas, con 3 ya tienes la mayoría de esa Organización Municipal. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No.

SEXTA: De tal forma, con 5 personas obtienes un voto de aval para un candidato concreto. Por traducirlo, el voto de un afiliado en Zeberio viene a ser como el de unos 12 en Abando-Bilbao. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No. ¿Es democracia activa? Tampoco. ¿Eso es la aplicación de eso de un afiliado-a, un voto? No, en absoluto.

SÉPTIMA: ¿Qué se puede hacer? Pues nada porque estamos ante la pescadilla que se muerde la cola. Me explico: Te pueden decir, «si no te gustan estas reglas, busca una mayoría y las cambias». Perfecto pero, volvemos a empezar: Si 90 Batzokis con 1.000 votos dicen que eso no se toca, y 10 Batzokis con 1.500 votos dicen que se deben cambiar esas reglas, pues no se cambian… Y volvemos a empezar… Retrocedemos a la casilla de salida y todo sigue igual. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No. ¿Es, democracia pura o es democracia orgánica? Pues la «B».

OCTAVA: Cuando finalice esta segunda vuelta en las elecciones Territoriales de EAJ-PNV, ¿Qué puede ocurrir? Lo previsible es que ganen los y las candidatas designadas por sus predecesores pero, si un candidato «no oficial» obtiene numérica o porcentualmente un apoyo significativo, ¿tiene derecho a tener la misma presencia proporcional en el órgano ejecutivo, judicial o legislativo (asambleario) de turno? La respuesta es No. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No. ¿Es, técnicamente, democrático? Tampoco.

NOVENA: Si lo expuesto en el anterior punto no se cumple es porque estamos hablando de candidaturas/planchas cerradas… de listas cerradas tan estatutariamente prohibidas como llevadas a la práctica por el propio «aparato». Entonces, ¿En las Organizaciones Municipales (Batzokis) que votan teóricas listas abiertas conducen a una lista cerrada? ¿Alguien puede explicar semejante dislate? Y volvemos a lo mismo: ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No. ¿Es democrático? En absoluto, salvo que estemos hablando de una «democracia orgánica» y mucho me temo que por ahí va el «invento». ¡Hasta el dictador genocida Franco hablaba de una democracia orgánica!

DÉCIMA: Así las cosas, todo seguirá igual. O no. Si un 30% ya pone «peros» a todo este despropósito, no es una cuestión menor para quien antes del verano pensaba que este proceso iba a ser una suerte de paseo militar. Y miren por donde, se han encontrado con un sector de afiliadas y afiliados más o menos coordinados que han decidido poner a la sigla histórica, por lo menos, al cabo de nuestros tiempos…

Y es que solo hay dos caminos: Seguir votando y contabilizando por Organizaciones Municipales «controladas» con un numeral de votos, en ocasiones residual pero que, sumado como Batzokis, se convierte en mayoritario. Otra cosa será (si se facilita) el porcentual total, es decir, cuántos votos de afiliadas y afiliados apoyan a un candidato o a otro. Para que me entiendan, hay Batzokis en los que están votando una docena de personas, como los hay con centenares en los que votan 70 afiliadas o afiliados. Otra cosa a tener en cuenta (por preocupante) como para hacérselo mirar. Tengamos en cuenta que la participación en los Batzokis no llega a un 20% de la afiliación. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No. ¿A qué se debe? Desde mi punto de vista creo que podríamos estar hablando de desafección en estado puro. El típico «para qué voy a ir si van a hacer lo que quieran». Un total desapego y alejamiento entre la dirección y las bases. Sobre este particular, no se debe olvidar que hubo Burukides (como Itxaso Atutxa) que llegaron a corresponsabilizar a la militancia de los últimos batacazos electorales. Y, como guinda, el propio presidente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, llegó a referirse a parte de los potenciales electores de EAJ-PNV como votantes «blanditos». No sé si sería uno de sus chistes malos pero lo que sí sé es que a eso se le llama desbarrar.

¿Cómo se puede revertir esta deficiencia democrática? Pues cambiando los Estatutos. Pero, ¿quién los pueden cambiar? Las Organizaciones Municipales. ¿Quién puede votar ese cambio? Las y los afiliados. ¿Y si 90 Batzokis con 1.000 votos dicen a eso no, y 10 Batzokis con 1.500 votos dicen que se deben cambiar, qué pasa? Pues que entramos en bucle y todo sigue igual por lo que no se toca ese perverso procedimiento. ¿Es legal? Sí. ¿Es normal? No.

Pues nada… Así funciona la sala de máquinas de un barco que hace aguas elección tras elección pero, probablemente, la culpa sea de los «blanditos» que, con gran pesar, lo vienen avisando desde hace tiempo. Y, por hacerlo, sin entrar en mayores «lindezas», les llaman «resentidos». Menos mal que, personalmente, tengo la conciencia más que tranquila, la ideología muy asentada, y ronco a pierna suelta.

Quizá, otras y otros, no puedan decir lo mismo. O sí, ya que mucho me temo que, por encima de la ideología, cada vez observo a más pululantes, michelines, y otras gentes dotadas con un carnet de EAJ-PNV que solo parecen estar «a lo suyo».

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