El día 23 de julio se inició una huelga de hambre indefinida en favor del esclarecimiento de Iruña Veleia. A día de hoy (11 de octubre) Josemari Lejardi-Gabixola continúa la huelga de hambre en una lonja de la Calle Cuchillería de Gasteiz. Una lonja fría y húmeda. 81 días en huelga de hambre.

¿Qué es Iruña Veleia? Iruña Veleia es un yacimiento cercano a Vitoria-Gasteiz en donde hace 14 años se encontraron 400 grafitos extraordinarios. 120 de estos escritos en euskera en el siglo III. La Diputación de Álava y el Gobierno Vasco dijeron que eran falsos, expulsaron a Elíseo Gil y a su equipo, introdujeron excavadoras y destruyeron varias zonas.  

En el juicio no se llegó a saber la verdad porque no se analizaron el 90% de los grafitos y porque no pudieron declarar los arqueólogos y científicos que estaban a favor de la veracidad.

¿Y qué es lo que ha pasado durante estos casi tres meses? Algo muy sencillo: Que «todos» los medios de comunicación y «todos» los partidos políticos han movilizado sus recursos económicos y humanos para controlar a la opinión pública y a sus afiliados y votantes para silenciar una huelga de hambre que desafía la versión oficial de la falsedad de los hallazgos de Iruña Veleia y les invita a una solución muy sencilla: Que hable la ciencia. Que el Parlamento Vasco tome la vía científica. Que se envíen las piezas a laboratorios independientes europeos para ser datados y que en Iruña Veleia se hagan nuevas catas supervisadas por arqueólogos independientes.

Y mientras esto ocurre. ¿Dónde están las voces discrepantes de los que nunca se creyeron las versiones oficiales pero en este caso se lo han tragado? ¿Por qué continuáis en silencio? ¿Por disciplina de partido? ¿A qué tenéis miedo?

Gabixola tiene intención de continuar con la huelga de hambre hasta el final: «Ez dut utziko. Ezta pentsatu ere. Iruña-Veleia ala hil». Está muy débil. Su estado de salud muy deteriorado y en cualquier momento podría sufrir daños irreparables para su salud.

Ya los definía con mucho acierto el poeta Gabriel Celaya(1955): «Cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades...
-Maldigo la poesía (política) concebida como un lujo cultural por los «neutrales» que lavándose las manos se desentienden y evaden.
- Maldigo la poesía (política) de quien no toma partido. Partido hasta mancharse».

Una sola y sencilla petición a los parlamentarios vascos: tomen la vía científica