Marta Abiega
Biziz Bizi, asociación de ciclismo urbano de Bilbao

Contra la autogestión

Decía Carlos Gardel en su inolvidable tango “Volver” que veinte años no es nada y tal vez no lo fuera aplicado a ese contexto, pero para Biziz Bizi, los más de 20 años dando cursos gratuitos de aprender a andar en bici a través del voluntariado han significado mucho.

Han sido más de 20 años cumpliendo con cariño y dedicación una tarea que hubiera debido realizar el Ayuntamiento de Bilbao. Su única aportación, sin embargo, ha sido unas tristes bicicletas descuidadas, algunas retiradas del servicio de préstamo.

Finalmente, y a medida que las bicis más pequeñas se han ido deteriorando, la mayoría de las personas usuarias son mujeres, y no muy altas, hemos ido supliéndolas por otras cedidas por Ekobaraka para poder continuar ofreciendo este servicio durante dos semanas al año, una en primavera y otra al comienzo del otoño.

Las rampas del museo marítimo nos han visto y han oído nuestros gritos de alegría durante 20 años cada vez que alguien conseguía dar pedales.

Nuestro récord de edad está en la friolera de 80 años, pero si hiciéramos una media, seguramente, superaría los 60.

Hubo quien se cogió una semana de vacaciones y hotel para poder realizarlo. Algunas llegaban desde lejanos pueblos de Guipúzcoa, Álava, Bizkaia... Para algunas fue un regalo sorpresa de la hija. Otras lo utilizaron para tratar de aliviar el dolor de una pérdida cercana. Incluso hemos tenido algún cargo político que aprendió con nosotras del equilibrio.

A veces fue tan solo un llamado a la memoria oxidada que guardaba en algún recóndito lugar el primer devaneo sobre ruedas. Otras, un pertinaz deseo de cumplir ese sueño por encima de todo.

La mayoría lo consiguieron, pero, sin lugar a dudas, todas lo disfrutaron. Se convirtió en el curso que siempre querían repetir.

Como experiencia educativa, es el curso más bonito que se puede impartir por la motivación, ganas y entusiasmo de un alumnado formado en su mayoría por mujeres de edad a las que el patriarcado apeo de los pedales.

Nervios, risas, algún que otro moratón y mucha satisfacción es el balance de todos estos años.
Hoy el Ayuntamiento de Bilbao nos ha negado el contenedor de bicicletas y nos hemos visto obligadas a suspender el curso. Nos dice que las bicis no están revisadas, pero sabemos que es tan solo una excusa porque no da plazo para la revisión.

Por tercer año ha sacado a licitación los cursos de andar en bicicleta. En las dos ocasiones anteriores han quedado desiertos.

Nuestro alumnado nos dice que si los da una empresa, no va a ser lo mismo, y sabemos que es cierto, que no habrá tantos ánimos, tantas sonrisas, tantos gritos de entusiasmo ni merendola de traje al final del curso.

Ya teníamos el listado de las nuevas candidatas de este otoño al equilibrio sobre ruedas y nos resistimos a renunciar después de 20 años.

Algo se nos ocurrirá porque el deseo no tiene límites y la autogestión es el camino.

Buscar