Antxon Lafont Mendizabal
Peatón

En el limbo de los injustos

Un empresario guipuzcoano auténtico y en actividad, que fue presidente de Confebask, afirmaba que no entendía a su patronal provincial y que «el principal problema de la patronal es haber mantenido como presidente a alguien
que no es empresario» y añadía que «a partir de ahí puede pasar cualquier cosa»

Desearía exponer, en las líneas que siguen, un fenómeno cuyas repercusiones sociológicas son imprevisibles, e ilustrarlo con un caso más revelador que cualquier opinión más o menos instintiva. ¿En qué entorno nos movemos cada día en la Comunidad Autónoma Vasca «dividida» en 2,2 millones de peatones, aproximadamente, y cómo vivimos la convivencia?

Sin intención de desparramar moralina, se considera justo aquel que combate en favor de la equidad, factor de justicia como virtud cardinal no forzosamente sometido al acervo de leyes constitutivas de una justicia convencional que puede comprender conceptos injustos aunque sean legales. Ningún poder es la justicia aunque también parezca que no hay justicia sin poder (Comte Sponville), afirmación discutible cuando constatamos que si no se puede fortificar la justicia se justifica la fuerza (Pascal).

Injusto es por oposición, el enemigo de lo equitativo y de lo imparcial. En el limbo de los injustos todo sucede, todo es ejemplo asolador.

Nuestra sociedad, profundamente kantiana, se satisface con la letra de la Constitución sin preocuparse de su origen, actitud que Rawls denomina «el velo de la ignorancia». Así se ceba la tendencia simplista que reconstituye cualquier noción compleja con verdades específicas parciales. Se trata de una travesura derivada de un cartesianismo exiguo.

La consecuencia más inmediata de una posible disfunción legal, legítima o no, es el recurso obligado a soluciones parciales para resolver los problemas que se plantean a un poder flojo y a su oposición no menos floja. Los votantes avalan a unos y a otros culpando, después del escrutinio, a los electos que han posado en su sitial. ¡Elector basta ya de zafarte de tu responsabilidad y da tu voto aunque sea en blanco o nulo! Manida la afirmación popular que nos recuerda que tenemos los presentantes que merecemos. El corolario evidente de la dimisión civil es la prepotencia política acompañada por conse-cuencias sociales perniciosas. El asenso positivo de cada individuo erige la sociedad (Locke).  

Un fenómeno sociopolítico se extiende como el ébola. Quiero citar la progresiva  influencia de la Sociedad Política sobre la Sociedad Civil y no a la inversa como debería ser.

Todos los partidos tienden de manera irresistible a la adopción de una estructura de tipo totalitario actualizada en el modelo talibanista. «Estás conmigo o contra mi y para controlar el sistema, el que sea, me apropio de los puestos de cualquier nivel, colocando a cambio de subvenciones y de honores, las personas que en caso de necesidad de propagan-da me sean fieles». Entrismo puro y muy duro. Progresivamente, Agencias y Asociaciones de carácter civil se ven sometidas a la Sociedad Política, sin que la idoneidad y la aptitud de los «colocados» sean factores determinantes.

Prudencia. A menudo, el mundillo político intenta suprimir grados de libertad a la reflexión generando rigidez al colectivo civil cuyo valor esencial es la vivacidad sin ansias enfermizas de poder.

La Sociedad Política es indispensable en un sistema culturalmente democrático pero convendría que controlase su tendencia a invadir la Sociedad Civil. El asedio sistemático de mini poderes acaba desmantelando y asfixiando a la Sociedad Civil. El desprestigio actual de la Sociedad Política solo podrá ser mitigado por una Sociedad Civil independiente y no gravada por espejismos de subvenciones interesadas.

Deseamos que el ambiente emponzoñado en el que vive parte de la Sociedad Política no conduzca al desprecio de la misión pública. La labor noble del político es de servir, en vez de servirse. (S. Royal)

Conviene crear las condiciones favorables a la regeneración de la ética de responsabilidad con la esperanza de acceder a la ética de convicción (M. Weber). Quizás la limitación del periodo de dedicación a la «res política», impidiendo el acceso a la política como carrera, se haga indispensable. La política no puede ser un oficio y debe reglamentarse como concepto de misión. Existen, sin duda, voluntarios al ejercicio temporal limitado de la dedicación pública, acto solidario por excelencia.

Un caso conocido ilustra el peligro de la confusión provocada por el dominio del poder político sobre la legitimidad civil.

Aquí y hasta ahora el empresario merece, de manera general, el máximo respeto compartido con los trabajadores que han contribuido al valor de nuestra economía. No podemos dejar de llamar la atención sobre afirmaciones de marcada procacidad proferidas por representantes empresariales correveydiles de políticos a quienes deben sus ajados honores sociales. Lamentable el apoyo de miembros gubernamentales movidos por excitantes electoralistas dando confianza, sí necesario, a los mandados recadistas.

Acabo no comprendiendo silogismos simples en Barbara pero me consuela, parcialmente, la afirmación de un empresario guipuzcoano auténtico y en actividad, que fue Presidente de Confebask y que afirmaba que hacía tiempo que no entendía a su patronal provincial, en una interview del periódico más leído de Gipuzkoa, en la que también afirmaba de manera general que «el principal problema de la patronal es haber mantenido como presidente a alguien que no es empresario» y añadía «a partir de ahí puede pasar cualquier cosa».

Seguiré refiriéndome mayormente a la misma fuente de información de datos citados de 2014. Ya se hizo famosa la información gubernamental, en sede parlamentaria, que 49 empresas abandonaron Gipuzkoa por razones fiscales. Obviaba que se habían dado de alta 61 empresas del exterior. La representante gubernamental precisó que su citación no se basaba en datos reales sino en «comentarios con particulares». Abracadabrante anotación para la representante de un gobierno. El complemento incalificable aportado por la patronal a esa noticia confirmaba lo que días después afirmó su presidente declarando su preocupación por la futura falta de profesionales cualificados. ¿En quién pensaría si actualizara su opinión? Pocos meses antes, cuatro, leíamos que Gipuzkoa estaba en cabeza de la CAV en materia de recuperación del tejido empresarial. Un mes antes nos informaban que Gipuzkoa es el único Territorio de la CAV en el que hay más empresas que un año antes. Al final de este año se cita oficialmente que es Gipuzkoa donde el porcentaje de PIB dedicado a la inversión en I+D+i es el mayor del Estado y está incluso por encima de la media Europea. Los datos del paro, elevados, son en Gipuzkoa los más bajos de la CAV y la creación de empleo es la mayor en el mismo territorio según las mismas fuentes citadas. Hacia la mitad de este año la misma patronal informaba en un periódico estatal que observaba un «punto de luz» y reconocía la mejora de las empresas guipuzcoanas.

Podríamos citar datos y datos que presentan a Gipuzkoa como el Territorio no tan denostado empresarialmente por nada menos que el presidente de una patronal cuya labor esencial tendría que ser la de liderar y animar a los empresarios que impulsan su actividad. ¿Qué pensar de un presidente de patronal que declara que su territorio es hostil a los inversores? Cualquier calificativo quedaría corto. Un responsable patronal del Estado vecino, muy interesado por la economía guipuzcoana que conoce perfectamente y en la que ha realizado inversiones como verdadero empresario, es decir arriesgando realmente su patrimonio, se escandalizó a la lectura de la declaración. Según él, en su Estado, a un presidente de patronal que publica esas declaraciones sus asociados le pedirían dimisión en las 24 horas siguientes. ¡Qué publicidad nefasta para la atracción de inversores  exteriores! Un empresario en actividad aunque fuera de la opinión de esa patronal no la publicaría, sobre todo en tiempo de dificultades inversoras reforzadas por la actitud reaccionaria de bancos protegidos respecto a pequeñas empresas, en particular.

¿Duermen tranquilos los dóciles botones de un poder político cuya esencial preocupación es la hegemonía aupando a aliados españoles, palíndromos de la labor política en lo que nos respecta, cuya representatividad, cada vez más escasa según sondeos recientes, contribuye a mantener?

En plena crisis del empleo, traducida en nefastos datos, no debidos mayoritariamente a la actitud empresarial local, nos quieren convencer que la preocupación esencial fue y sigue siendo, entre otros epifenómenos, el tema de las basuras. Todo vale en el combate por la hegemonía, aunque sea necesario eliminar al vasco de la competencia.

¿Qué es de la gestión de las necesidades vitales de todo peatón?

Saneando valores, conoceremos la moderación de la miserable actividad de ociosos del limbo de los injustos, dispuestos, por ahora, a vender, a campana tañida, su aparente y menesterosa singularidad a cambio de medallas de chocolate.

Eguberri On eta Urte Berri On.

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