Josu Imanol Unanue Astoreka

Hablemos de un virus

Lo que vivimos debería llevarnos a la humildad de pensar qué es lo que se ha hecho con la sanidad pública, quitando servicios, privatizándolo, aumentado los beneficios por encima de los derechos de los posibles usuarios...

Después de un tiempo prudente, me atrevo a hablar de nuevo de un virus, qué más da el nombre si de nuevo ha asustado a la humanidad y nos ha demostrado que no es cuestión de tamaño si no de la imprudencia del ser humano, para provocar una crisis de dimensiones desconocidas. Pero de nuevo, una crisis humana y miedo, mucho miedo a sentirnos débiles y desorientados.

Seguramente no es oportuno hablar que lo hemos provocado, pero mi reflexión va más allá de datos, de colectivos más o menos afectados, de cantidades de personas fallecidas o afectadas, del valor económico de esta crisis... me niego a entrar en el egoísmo de las personas que primero han de identificar, poner nombres ver a quien afecta para posteriormente tomar las medidas personales que eviten la progresión... no aprendimos del VIH/SIDA, no aprendimos seguramente de la gripe «española», de la peste... Seguiremos siendo títeres de nuestros miedos e incapacidades para sentirnos solo humanos, que es lo que somos.

Humanos que deberíamos respetar la naturaleza, a este mundo que nos acogen a las distintas especies animales, vegetales, etc. Y que también componen este barco que hace aguas... hemos sido capaces de sentirnos dueños del futuro sin vivir el presente y seguimos las estupideces del capitalismo y de quienes lo defienden, primero la economía y las ganancias de unos pocos por encima de los intereses globales a tener una vida digna y una buena salud.

Lo que vivimos debería llevarnos a la humildad de pensar qué es lo que se ha hecho con la sanidad pública, quitando servicios, privatizándolo, aumentado los beneficios por encima de los derechos de los posibles usuarios... la salud, ese bien común al que teóricamente todos cuidamos, lo hemos dejado en manos de unos tecnócratas, que son auténticos monigotes al servicio del capital, tenemos medios que hacen eco de la solidaridad de la mayoría, pero obvian el porqué de este caos... e incluso los medios públicos son los portavoces de los empresarios más extremistas, de los políticos sin escrúpulos que siempre están en la defensa de la injusticia capitalista. En esta crisis ya han caído las caretas de la amabilidad capitalista.

Una reflexión debería, por ejemplo llevarnos a mirar más a los desfavorecidos, a los mayores, a los más débiles e inclusos a las cuidadoras y cuidadores que, cuando se quejaban por sus condiciones laborales, se les ninguneaba... así nos luce la contradicción de hablar como servicios vitales los de cuidados en residencia , el de ayuda a domicilio, los servicios públicos, los cuidados en general, los del sector primario, los comercios de cercanía y pequeños autónomos... ¿y quiénes les han puesto en la situación lamentable que están?

Mucho me temo que posteriormente esta crisis, que es la continuación de otras, volveremos a aplaudir los que incluso han permitido que nos olvidemos de la injusticia de admitir que dos trabajadores permanezcan sepultados bajo miles de kilos de basura. Hay posibilidades de mandarles a la mierda, que sufran lo que provocan y señalarles con el dedo.. son los mismos en todos lados, personas que solo les interesan sus beneficios por encima de nuestra salud, de la situación de los trabajadores que lo están dando todo y de las personas más débiles.

Las políticas sociales no son discutibles, porque hablamos de nuestros derechos y no deben estar en manos de gente sin escrúpulos, por más votos que tengan... Es hora de hablar en serio de futuro, de salud, de cuidados, de derechos sociales, de derechos laborales, de personas, de naturaleza... un abrazo a los que pensáis que cambiar de una vez para no repetir los errores de siempre. Un abrazo a los que sufren esta situación y un abrazo a los que nos cuidamos y nos cuidan. Un beso a nuestros mayores que son la sabiduría.

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