Miren Basaldua Garay
Comisión de Residuos de Ekologistak Martxan

Incineradora de basuras Zabalgarbi ¿para qué?

En la noche del 17 de febrero EITB emitía en el Teleberri de las 21,00 horas, un programa dedicado a las basuras, y más en concreto a Zabalgarbi. Más allá de que el programa ponía exclusivamente su «foco» (así se llama esta sección del Teleberri) en hablar de la incineración de basuras y no de otros posibles Sistemas de Gestión, sorprendió que quien habló como Director de Comunicación de Zabalgarbi, dijera que «quienes se oponen a la incineradora, lo hacen desconociendo la misma porque no la han visitado… Zabalgarbi está abierta a recibir a cuanta gente la quiera visitar…» Desde luego no se desea desde Ekologistak Martxan hacer de estas afirmaciones el centro del artículo.

Quienes nos oponemos a la incineración como Sistema de Gestión de los Residuos, (basuras en términos coloquiales) hemos visitado la planta y hemos visto que no se trata de una planta de energía renovable, ya que sobre todo allí queman gas natural, lo que no evita que cobren cada año subvenciones millonarias del Estado con la excusa de que generan electricidad de las basuras. También hemos visto cómo los lixiviados se canalizan hacia el canal de agua potable que transcurre bajo sus cimientos, o cómo las escorias se transportan sin la contenerización adecuada… pero eso son cosas del pasado.

Corría el año 2010 cuando estos errores, fallos, y desmanes sucedían. Transcurridos varios años desde entonces, esperemos que estén superados. Ahora que el espíritu de apertura parece haberse instalado también en quienes dirigen la planta, creemos que no tendremos pegas para volver a acudir. Tampoco las esperamos tener para visitar la TMB, que como ecologistas solicitamos realizar hace un tiempo, con la negativa de las autoridades pertinentes hasta la fecha. Pero no, quienes nos oponemos a la incineración de residuos, aunque se maquille con el nombre de valorización energética, que por cierto ocupa el anteúltimo lugar en la jerarquía de tratamiento propuesta por la UE, por detrás de la prevención, recogida selectiva y reutilización; quienes nos oponemos a la incineración, decimos, lo hacemos desde la convicción de que es la apuesta contraria al Reciclaje, y mucho más contraria a la Prevención.

Como ecologistas apostamos por que se aproveche y reutilice al máximo posible los recursos que contiene lo que hoy llamamos basura, porque la mayor parte del contenido de la bolsa de basura es aprovechable: la materia orgánica se puede compostar, el vidrio, el papel, el plástico, el aceite, la ropa… todo ello recogido de forma adecuada, selectivamente, es aprovechable y reutilizable. ¿Por qué quemarlo? Hoy en día nos enfrentamos a graves problemas medioambientales, cambio climático, agotamiento de los recursos naturales. Estos son limitados y creemos que la mejor forma de poner freno a esta debacle es respetar los principios contrarios a la incineración (porque una incineradora necesita «alimento» y este es la basura): reducir, reciclar, reutilizar.

Pero no es solo eso, es que la incineración puede afectar a la salud; así lo señalan los estudios médicos realizados por la Universidad Carlos III de Madrid, difundidos asimismo en estos días por un grupo de médicos-as y enfermeros-as de Gipuzkoa: se están incrementando los casos de cánceres en entornos cercanos a instalaciones incineradoras (Valdemingomez en Madrid). Las incineradoras emiten dioxinas y furanos, y aunque solo fuera por el principio de precaución, las autoridades deberían potenciar, buscar sistemas de Gestión de Basuras medioambientalmente sostenibles y apropiados a la salud. La incineración no lo es. Y por si todo lo expuesto hasta aquí no fuera suficiente, quienes decimos no a la incineración, apostamos firmemente por la necesidad de educar y sensibilizar a la ciudadanía en torno a los principios expuestos de reducción, reutilización, reciclaje, de aprovechamiento máximo de los recursos escasos, de hacer partícipe a la ciudadanía en la búsqueda de soluciones a los problemas… y la incineración no ayuda en esta labor, mas bien pone piedras en la misma, pues esconde el problema, hace «desaparecer» la basura de nuestros ojos. Y con ello la ciudadanía siente, sentimos, que el problema no existe. No, la incineración no es el camino.

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