José María Torres

La Fundación Francisco Franco

En 1976, Carmen Franco crea la Fundación Francisco Franco. El notario Alejandro Bergano toma nota de los 226 fundadores, cuyos componentes, además de Carmen Franco, se suman militares falangistas y cargos públicos afines al régimen para enardecer la figura de Franco y preservar su legado.

La Fundación Francisco Franco está presidida por el exgeneral Juan Chicharro Ortega. Es de suponer que el señor Chicharro es uno de los militares afines al franquismo y uno de sus fundadores.

¿Será uno de los militares que hace unos meses propusieron matar a media España?

Esos fundadores con cargos públicos pudiesen ser jueces que dijeron que el deseo de matar a media España es libertad de expresión.

El señor Chicharro, cuando se levantó el cadáver del Valle de los Caídos de Franco, declaró que se había profanado la tumba del dictador.

El adoctrinamiento franquista y las declaraciones de miembros de algunos políticos llevadas a cabo, las de negarse rotundamente a condenarlo o manifestar como lo hace Rafael Hernando, que se tiene que legalizar los símbolos franquistas, nos dice bien a las claras que los jueces se hacen los ciegos y los sordos para permitir la apología del franquismo.

La Fundación Francisco Franco presume de la subvención otorgada por el Gobierno de José María Aznar.

La entidad derechista elabora una serie de vídeos para tratar de normalizar sus actividades, principalmente en el ámbito archivístico y de difusión de la obra y la vida del dictador.

Admite también que entre sus objetivos figura la lucha contra la mal llamada Ley de Memoria Histórica, gravemente dañina para la convivencia entre los españoles.

La tramitación de la Ley de Memoria Democrática del Gobierno abre el camino a la extinción legal de esta organización dedicada a la apología de la dictadura franquista.

Frente a ese horizonte, la Fundación derechista ha montado una campaña dirigida a blanquear su imagen. Entre sus hitos figura la polémica subvención que le otorgó el Gobierno de José María Aznar.

No debe extrañarnos que Aznar financiase a esa Fundación pues fue uno de esos estudiantes sindicalistas de la organización falangista y es hijo y nieto de colaboradores de Franco.

Lo inadmisible es que lo hizo con dinero público de todos los españoles y, por tanto, también con dinero de las víctimas del dictador.

De lo que estamos seguros es que los partidos de la derecha española están ansiosos por llegar al poder para derogar la Ley de Memoria Democrática para que los símbolos franquistas puedan campar a sus anchas.

Poder establecer delegaciones por todas las ciudades para seguir adoctrinando a la gente en el franquismo.

Si tenemos en mira las declaraciones de Mayor Oreja, que se niega rotundamente a condenar el franquismo. También sabemos que su abuelo y su tío abuelo formaron parte de las Cortes franquistas.

Todo esto nos lleva a la conclusión de que la derecha española añora la dictadura. Y que en España está muy arraigado el franquismo.

Por mucho que se diga que la transición de la dictadura a la democracia ha sido modélica, no se corresponde con la realidad.

Si la derecha no gobierna, el gobierno que surja de las urnas ya no es legítimo. Derribarlo es el objetivo, no importan los métodos que se empleen, algunos ya han propuesto matar a media España, por lo pronto nadie les ha secundado, pero la piedra ya fue lanzada. Fueron militares retirados, pero franquistas. Pero por algo se empieza.

En 1936 también había un gobierno como el de ahora y pasó que a la derecha española y algunos militares no les gustaba el gobierno que las urnas proporcionaron.

Además, España es un país que si echamos la vista atrás no sabe vivir mucho tiempo en paz, es amante de las guerras y no puede vivir sin ellas.

Con continuas guerras montó un imperio y se convirtió en un país colonialista.

Muchas son las que se han producido en la península ibérica. Las guerras carlistas también fueron guerras civiles.

Crucemos los dedos para que la de 1936-1939 sea la última y que no haya insensatos que por sus ansias de imponer sus ideas y conseguir el poder nos lleven a vivir los mismos episodios de aquellos años.

Que los símbolos franquistas queden enterrados y aquellos que quieran enardecerlos sean condenados por apología de la misma manera que se condena la apología del terrorismo.

Esto sería lo más justo para la memoria de las víctimas de aquellos actos nefastos, de otra forma nunca se cerrarán las heridas causadas.

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