Juan Mari Zulaika
Goldatu kidea, Zamorako preso-ohia

La ocupación del seminario de Derio

Son episodios que nos recuerdan una militancia de resistencia y lucha antifranquista de toda una generación tanto de jóvenes civiles, como de clero joven. Hicieron frente a la cárcel y a la tortura por terminar con el régimen franquista.

En julio celebrábamos el 50 aniversario de la apertura de la Cárcel Concordataria de Zamora, abierta ex profeso para sacerdotes, único caso en el mundo. En sólo cuatro meses encarcelaron a 14 sacerdotes en la misma. Algunos de ellos, como Periko Berrio y Periko Solabarria, a poco de salir de ella, se incorporaron a la encerrona del Seminario de Derio, el 4 de noviembre. 70 sacerdotes ocuparon el Seminario, con gran escándalo del Gobierno y la jerarquía y enorme eco de los medios.

Ayer celebramos el 50 aniversario del evento, reuniéndonos un buen grupo de los ocupantes y amigos en el Kafe Antzokia de Bilbao para disertar y celebrar una comida de recuerdo. Intervinieron Josu Barandika sobre el contexto social y político de la época revuelta, Javier Amuriza que expuso la historia del famoso disco, una joya de la canción protesta y componentes del grupo documentalista Maluta que nos comunicaron el proyecto del documental que están trabajando sobre la Cárcel de Zamora con el nombre "Zutik daukagu arbola", con el propósito de divulgar el hecho inédito de una cárcel para curas en un régimen caracterizado por el Concordato y los privilegios de la Iglesia. 

La ocupación fue un acto de rebelión eclesial inusitada y a la vez un desafío al propio Régimen franquista del Estado. El Obispo Gúrpide les suspendió a todos ellos «a divinis», lo que significa suspenderles de todas sus actividades sacerdotales. Mientras, la policía rodeaba el seminario amenazando con una intervención nada amistosa. El Vaticano no quiso recibir a la delegación que acudió a él, por supuesto, portando un comunicado reivindicativo con obligaciones al Estado y a la propia Iglesia. Como otras veces, no les recibieron. Se imponía el Concordato, obra personal de Franco que tanto le entusiasmaba por los beneficios que le aportó y que sigue aún vigente.

¿Encerrona u ocupación? Normalmente se le ha solido denominar encerrona; en euskara, itxialdia, que queda más suave. Algunos preferirnos refierirnos a ello como ocupación, pues tuvo las características de tal. Levantó enorme repercusión mediática, incluso internacional. El seminario rebosó de visitas, como la concelebración presidida por Don Claudio y rebosó en debates y canciones, sobre todo, canciones. Pueblo que canta, pueblo que resiste. Por supuesto, canciones de protesta. Uno de los frutos fue la recopilación de las mismas en un disco inconfundible de vinilo que se editó en el exilio y que pese a la clandestinidad, se hizo muy popular. Tanto que hubo una cantante francesa famosa, de nombre Collete Magni, que divulgó en aquellos tiempos por los teatros de Marsella y París su propia versión de la canción "Ez, ez dut nahi", divulgando la protesta de los curas vascos bajo el titulo "L´Ámi Cure". Próximamente presentarán en Iparralde un documental preioso a cuenta de todo ello. A los presentes se les donó el disco, pues ha aparecido un alijo de ellos.

Durante esta ocupación se formalizó el grupo Gogortasuna formado por el clero revolucionado, el cual animaría muchas actuaciones de protesta futuras, como la huelga de hambre de cinco de ellos en las oficinas diocesanas el 30 de mayo de 1969. El manifiesto que proclamaron, tuvo un contenido particularmente denso y duro. Condenaba al régimen franquista calificándola de dictadura sin paliativos. Denunciaba, sobre todo, la escalada de la represión, especificando la tortura, los encarcelamientos masivos y la falta de libertades en general y la subordinación de la Iglesia. Como declaró el abogado defensor, «el papelito se las traía». El juez les condenó a 12 y 10 años de prisión que les llevó derecho a la recién estrenada Cárcel Concordataria de Zamora, que quedó a reventar de gente en 1969. En mayo próximo tenemos, pues, otro evento importante a conmemorar, con el que coronaríamos el 50 aniversario de Zamora en que estamos metidos.

Son episodios que nos recuerdan una militancia de resistencia y lucha antifranquista de toda una generación tanto de jóvenes civiles, como de clero joven. Hicieron frente a la cárcel y a la tortura por terminar con el régimen franquista que subyugó a España en la dictadura. ¿Que Franco murió en la cama? No será porque no lucharon los jóvenes, mientras partidos y sindicatos tradicionales demostraban enorme inoperancia. Con todo, estos recuerdos no nos deben sumir en la nostalgia. No hay que bajar la guardia. Una y otra vez hay que luchar contra la imposición y la política de recortes de los derechos políticos y sociales.

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