Iñaki Uriarte
Arquitecto

Plaza Euskadi de Bilbao

Supone un impresentable despropósito medioambiental la eliminación parcial del arbolado y un despilfarro en una plaza urbanizada hace solo nueve años.

Hoy hace diez años, el 18 de marzo de 2011 fue inaugurada la plaza Euskadi de Bilbao, algunos pensamos que su denominación más apropiada e integradora era «Plaza Euskal Herria», pero el alcalde de la época, Jose Ignacio Azkuna, que tenía la potestad de los nombres del callejero, no era partidario. Incluso quizá hubiese preferido llamarla «Plaza de la Hispanidad» acorde a sus sentimientos.

La plaza como conjunción de aceras, calzada y espacio central fue realizada con un presupuesto reducido a la sexta parte de lo presupuestado, 1,37 millones de euro, carece de la singularidad interior prevista por su proyectista la arquitecta paisajista Diana Balmori (1932-2016). De forma ovoide con un eje mayor de 104 metros y el perpendicular menor de 76 metros dotada de una doble hilera de 32 tilos en la parte sur y veintiocho robles en la norte, a lo largo de todo su perímetro y de treinta manzanos en su interior atravesado por un sinuoso y amplio sendero que comunica elementos singulares del entorno, el Museo de Bellas Artes y el Parque con Abandoibarra hacia la ría.

El discutible, por muy diversas razones, proyecto de ampliación y reforma del Museo de Bellas Artes manifiesta una voluntad de aproximación física con el Guggenheim B.M. para aprovechar sus flujos de visitantes, casi todos extranjeros, al parecer como único lugar de referencia de Bilbao, se manifiesta en este proyecto cuando se pretende deformar la plaza. Espacio que forma parte del Plan de Reforma Interior de Abandoibarra aprobado en 2003, proyectado por los arquitectos Eugenio Aguinaga (Getxo, 1943), Cesar Pelli (1926-2019) y Diana Balmori (1932-2016), con el objetivo de conexión del Ensanche, la ciudad moderna, con la nueva expansión contemporánea de Abandoibarra.

La plaza se construye en un borde del Ensanche sin entidad urbanística como lugar de paso donde desemboca el extremo curvo del Puente de Deusto inaugurado en 1936 y concurren dos manzanas con un ángulo agudo, una triangular y otra rectangular con una esquina puntiaguda. Como espacio está conformada por dos planos. Uno, la envolvente vertical de los edificios que la rodean en una secuencia de fachadas con ocho alturas regulada por los edificios ya existentes, interrumpidas por las calles que convergen en la misma. Y otro, por el espacio horizontal público transitable con zonas de paso y arboladas de estancia en el centro.

Descrita en orden cronológico y sentido del reloj, y vinculados al Ensanche, se encuentran entre la Alameda Mazarredo y la calle Ajuriaguerra el edificio con una reducida esquina redondeada (1949, arquitecto Pascual Perea), sigue entre Ajuriaguerra y Elcano con otro edificio más destacado por su reducido frente plano coronado con un torreón cóncavo con dos agujas (1948, Cárdenas y Tellería), pasada esta última calle algo más retirado se sitúa el Museo de Bellas Artes (1945, Urrutia y Cárdenas) que se integra totalmente en el Parque. Esta configuración caracterizaba el lugar como una intersección de tráficos desde el Puente de Deusto que aquí comunicaba con el Ensanche y ha persistido hasta 2011 cuando se inserta, como plaza, en el proyecto de urbanización de Abandoibarra.

En este mismo año surge entre el Parque y la calle Lehendakari Leizaola, que confluye con el acceso desde el Puente de Deusto el edificio de planta cóncava con dos cúpulas conocido como Artklass (arquitectos, Robert Krier, Marc Breitman y IA+B Arkitektura. Continuando al otro lado de la calle se sitúan siguiendo con la concavidad, dos bloques, similares separados por el acceso a la torre Iberdrola, de arquitectura contemporánea (2011, Ferrater y Dominguez) hasta la calle Ramón Rubial y después de esta hasta Mazarredo prosiguiendo con la concavidad el último edificio que concluye la plaza y el de mayor longitud (2008, proyectado por Aguinaga).

Con una superficie total de unos 6.600 m2 donde concurren cinco calles, tres de sentido doble, Puente de Deusto, Alameda Mazarredo y Elcano (que recoge el flujo entrante de Henao), y tres de sentido único, Lehendakari Leizaola de entrada, Juan Ajuriaguerra y Ramón Rubial de salida, para organizar los tráficos entre Deusto y varias calles esenciales en la trama urbana, esta confluencia de viales con anchuras adecuadas considerando los giros de incorporación y salida son los que estructuran perimetralmente la plaza. En el proyecto hecho ganador en el citado e irregular concurso de ampliación del museo se pretende suprimir la parte de calzada rotatoria más próxima al museo para extender las aceras y parterres frente a la entrada antigua hasta la parte opuesta limitada por una nueva calzada algo más amplia, con el propósito de crear una amplia explanada que se convertiría, de nuevo, en acceso principal al museo.

Pero esta propuesta es de muy difícil encaje al obligar a una calzada única curvilínea en dos sentidos circulatorios con al menos cinco carriles para que desde uno central se puedan tolerar los giros a izquierda desde la misma a calles del Ensanche, Ramón Rubial, Mazarredo, y Ajuriaguerra pero no los giros de incorporación en sentido contrario desde Mazarredo, dificultando notablemente el acceso a los garajes de los edificios del entorno. Además supone un impresentable despropósito medioambiental la eliminación parcial del arbolado y un despilfarro en una plaza urbanizada hace solo nueve años.

Un grave error del equipo redactor que ha tenido que ser corregido por el Plan Especial hecho a medida del proyecto del museo. Finalmente, de modo sospechoso en la tramitación del Plan se omite esta parte del proyecto, quizá para no molestar a los autores del mismo con esta corrección y porque al propósito absolutista de la dirección del Museo de Bellas Artes (Miguel Zugaza) y el poder político (PNV) lo único que les importa es construir el agresivo añadido del museo como sea prescindiendo de todas las ilegalidades y del proyecto.

Además, es un aspecto que inconscientemente por su apariencia medio ambiental, amplia zona peatonal y restricción de viales, pudo ser, positiva y erróneamente, valorado por el incompetente jurado ya que escapaba a su conocimiento y por tanto acumular puntos favorables a este proyecto en detrimento de otras propuestas que respetaban la configuración actual.

En el Pliego el Prescripciones Técnicas del Concurso, redactado por la ingeniería Idom, permitía disponer libremente de la plaza pero esta empresa sobre la morfología de la plaza no tiene autoridad alguna para esta irrespetuosa intromisión que tolera intervenir y deformar su ámbito usurpando la propiedad intelectual de un estudiado diseño urbano clave por su complejidad y que constituye un atributo de esta área en la configuración de Abandoibarra proyectado por el arquitecto Eugenio Aguinaga.

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