Aster Navas

Seguro que esta historia te suena

"Seguro que esta historia te suena", la antología del autor donostiarra, es el título más acertado.

«Digamos la verdad de una vez».

«¿Sin ensayar?».

No sabría muy bien si esos dos versos de Karmelo C. Iribarren son lo que pretenden ser, uno más de los poemas de ese volumen ácido e imprescindible, “Diario de K.” o, más bien, una dentellada, un mordisco.

Me han venido a la cabeza ese par de líneas al cerrar el periódico esta mañana, al tercer sorbo de café, pocos días después del comienzo de esa guerra que anda a codazos con Nuñez Feijóo en las portadas de los diarios: resulta curioso cómo a veces nuestras neuronas van por libre y llegan, a pesar de nosotros, a sus propias asociaciones, a sus propias conclusiones; muy a menudo mucho más lúcidas que aquellas que alcanzamos después de sesudas reflexiones o de agotadoras noches de insomnio.

No, sería difícil encontrar una descripción más acertada de los momentos que estamos viviendo: ese diálogo mínimo es un resumen perfecto de la actual situación política en todos sus niveles, un vídeo de alta definición de los bombardeos que suenan al otro lado de los precarios tabiques de pladur de occidente, un reportaje esclarecedor sobre las intrigas de poder en algunos partidos, donde casi nunca se hacen prisioneros; un inventario de todos los subterfugios (estereotipos ideológicos, gas, nepotismo, connivencia) con que maquillamos, edulcoramos la realidad.

Uno cierra el periódico en el que, en el fondo, tampoco ha encontrado nada que no haya visto, que no le haya desgarrado antes: civiles refugiados en una boca de metro o intentando subirse a un tren que no saben con certeza a dónde se dirige, edificios descarnados, maletas, vértigo.

Uno cierra el periódico en el que, a fin de cuentas, no hay nada sorprendente: la confirmación de otra corruptela, la del pelotazo de las mascarillas; cómo se excusa o se esgrime, como una navaja de siete muelles, ese secreto a voces.

No tengo muy claro si esta otra genialidad de Karmelo Iribarren, esta vez en su cuenta de Twitter @KCIribarren el pasado (la fecha es muy significativa) 21 de febrero, es, simplemente, uno más de sus aforismos o un golpe de mar que te deja al pairo; un diagnóstico perfecto, la respuesta que uno anda buscando cuando se pregunta cómo coño llegamos siempre al mismo sitio, qué ruta nos ha traído otra vez a los mismos campos de batalla:
«¿Cómo hemos llegado hasta aquí?».

«Asintiendo».

O, quizás, consintiendo. Siguen siendo malos tiempos para la lírica pero quizá deberíamos empezar a leer poesía para descifrar la prosa de los diarios. Visto el panorama, "Seguro que esta historia te suena", la antología del autor donostiarra, es el título más acertado. Luego, porque somos así y acabaríamos intentando entendernos, podríamos seguir con "Atravesando la noche", "Un lugar difícil" o "La piel de la vida". Iribarren, un tipo que antes de juntar palabras, fue vendedor, albañil, encuestador y camarero. No, no se me ocurre nadie mejor.

«Realismo sucio» llaman los críticos literarios a lo que hace.

En fin.

Buscar