José María Gorordo

Antón de Madariaga

Antón Madariaga es un ejemplo de personalidades de este país, de una época anterior a la reinstauración de la democracia, que alcanzó por méritos propios algunos de los puestos más relevantes de la cúspide empresarial.

A Antón de Madariaga se le recuerda como presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao. Ejerció como impulsor de nuevas ideas. Supo entender la situación económica del momento y marcar las prioridades. Madariaga tenía muy claro el papel de las Cámaras, la defensa de los intereses generales, de ahí que en la Cámara de Bilbao se escuchaba tanto a las empresas como a los trabajadores, a la patronal y a los sindicatos, lo que supuso un claro cambio cualitativo en el papel que hasta entonces venían desempeñando estas instituciones y, de paso, nos vimos rechazados por determinados intereses políticos y empresariales que no aceptaron nunca esa función para las Cámaras, que las querían subordinadas a los intereses empresariales.

Antón marcó un camino y nos animó a muchos a proseguir su labor en la defensa de Bilbao y Vizcaya. Yo fui uno de ellos.

Antón fue un amante de su tierra, un abertzale, que nunca renunció a identificarse y defender Euskal Herria, a pesar de que, en más de una ocasión ello le supuso un importante perjuicio. Fui testigo del veto que le pusieron para presidir Petronor, cuando a juicio de muchos le correspondía ineludiblemente dicho puesto.

De Antón recuerdo muchas otras anécdotas, relacionadas con su amor al País Vasco. Allá por los años 70, en las fiestas de Sanantolines de Plencia, que organizábamos con Alfredo Etxabe. En la terraza de «El Palas», estaban José Luis Etxegaray, padre, y Antón Madariaga. Les contamos un poco el programa de fiestas y entre ambos nos dieron 25.000 pesetas (de las de entonces) para que organizáramos una «fiesta vasca»....

Ha sido uno de los hombres necesarios que este país ha tenido la suerte de tener. Goian bego.

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