Una huelga es lo mismo que un motín en un barco de guerra. Cuando el capitán se excede en el cumplimiento del deber y empieza a ser severo y cruel y a no respetar las más mínimas formas éticas y morales y a comportarse como un ogro, o un animal, la tripulación se revela y se amotina.

Las consecuencias de un motín son imprevisibles e inescrutables, puede acabar en una masacre.

En un panal de abejas, cuando se excede de número de individuos, la vida de la colmena se vuelve complicada y difícil, y se crea una guerra de todos contra todos por la supervivencia, y en esa revolución surge otra abaja reina que se lleva consigo a sus partidarios y crea otra colmena en otro sitio o reino.

La misión de un gobierno es garantizar la supervivencia de su sociedad. Que toda su gente, esté bien alimentada, bien vestida, bien aseada, en lugares dignos para vivir, con una sanidad que garantice cuerpos sanos, con trabajos que no dañen la dignidad humana, con salarios que permitan alimentarse el trabajador y sus hijos, con escuelas o colegios dignos y seguros, donde no se formen hombres sino caballeros y damas, hasta los diez y ocho años que ya han terminado su bachillerato superior.

Un caballero es aquel que defiende las leyes de la caballería, que es servir a su señor, defender su reino, defender a su pueblo y a los más débiles de su reino y no mostrar cobardía frente al enemigo invasor y tirano de otros reinos del mundo, entre otras cosas más.

Pero en España, el comunismo internacionalista ha acabado con el caballero hidalgo, y existen muchos que se hacen llamar señores y de señores caballeros no tienen nada, sino más bien de malandrines y rufianes, gente sin nobleza, ni de nobles sentimientos. Se trata de la escoria de la sociedad, que está pudriendo la manzana si no está ya podrida y encima tienen poder.

Esta gentuza mata de hambre y miseria a su pueblo, para dárselo a vagabundos y gentes de ninguna parte de forma irracional, como si el reino de España tuviese el cuerno de la abundancia para dar de comer a toda la humanidad. Lo que le das al migrante se lo estás quitando al reino social de los españoles. Los españoles cada vez somos más pobres. Hacienda nos controla hasta el punto que nos cuenta las alubias que tenemos que echar al puchero por persona. Y esto es señal de miseria.

Cuanto más pobre es tu pueblo, más desgraciado se siente, más deprimido, con menos autoestima, más frustrado y más alcohol y drogas toma y más bandas organizadas del crimen y más delincuencia, y es entonces cuando los comunistas hacen fiestas por su gran hazaña y victoria, le han quitado al español su dignidad y derecho a la vida.

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