Se habla mucho y con mucha razón de las enfermedades raras, pero muy poco de otras rarezas, como por ejemplo, la de las fortunas obtenidas sin privilegios, sin herencias y sin explotación laboral, algo extremadamente inusual.

Cuando esta extraña excepcionalidad es por alguna dolencia, resulta terrible, porque como no generan beneficios su estudio, la investigación es muy escasa en la búsqueda de un remedio y se alarga su duro padecimiento. Y con las muy escasas fortunas raras pasa, qué se desconocen, qué pasan desapercibidas y están injustamente desacreditadas, por los grandes patrimonios que siempre han estado bajo sospechas en sus orígenes vergonzantes, con privilegios de dudosa procedencia, herencias deshonrosas y descarada explotación laboral.

Lo que da como resultado, qué la normalidad diaria sean, las enfermedades comunes y las fortunas sospechosas.


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