Es una frase cliché: voy a visitar Cuba «antes de que cambie». Pero ¿a qué está condenado a cambiar este país? Hay quien sostiene que debe volver a ser un «país normal». Claro que en un país latinoamericano «normal» existe violencia estructural organizada, menores de la calle, bolsas de hambre y contrastes sangrantes entre miseria y opulencia. No parece un buen cambio para Cuba que, según Unicef, es el único país sin desnutrición infantil severa de América Latina, y según la Unesco, el único que cumple los objetivos de Educación para Todos.

Pero sí, hay que visitar este hermoso país, repleto de gente amable, instruida y de buen corazón. Ver también sus problemas, muy comunes a los del «mundo en desarrollo». Y comprobar que tiene fortalezas suficientes para cambiar, sí, pero lejos de ese otro «cambio» que se da por hecho.