El falso alarmismo alimenta a la ultraderecha

La Diputación Foral de Bizkaia decidió ayer activar la declaración de «excepcionalidad» en la red de acogida de menores migrantes no acompañados. La razón es que los recursos existentes están ocupados y no tiene capacidad para atender a los que están llegando al territorio. Esta declaración permite a la Diputación habilitar medios adicionales para que ningún menor quede desamparado. Una decisión lógica y acorde con sus competencias y obligaciones.

La portavoz foral, Leixuri Arrizabalaga, quiso enviar un mensaje de «tranquilidad absoluta», aunque el lenguaje que utilizó a lo largo de la comparecencia sugería todo lo contrario. Usó términos como «totalmente excepcional», «red al límite», «no pueden más», «ya no da para más» y «asistencia temporal de emergencia», entre otros, conceptos todos ellos que denotan una situación extraordinaria, hasta el punto que parece que está a punto de quedar fuera de control. Y agregó que se estaba produciendo un «crecimiento exponencial»; esto es, tan rápido que no saben «con qué» se pueden encontrar dentro de un mes. Dibujó una situación cuando menos inquietante, si no peligrosa. La realidad, sin embargo, es que Bizkaia atiende en la actualidad a 602 menores migrantes no acompañados, o lo que es lo mismo, un colectivo que representa el 0,005% de la población del herrialde. Incluso si se mantuviera la actual tasa de llegada, que Arrizabalaga cifró en tres menores al día, serían 1.000 en un año –el 0,01% de la población–. No parecen, desde luego, cifras para alarmar, mucho menos en una sociedad como la vasca. Y menos si desde los poderes públicos se ponen los medios necesarios.

Es importante que los responsables políticos de las instituciones vascas no echen más leña al fuego prendido por la ultraderecha española y marquen el terreno frente al PP a cuenta de los menores extranjeros no acompañados. Los discursos catastrofistas que exageran la situación no hacen sino alimentar el relato apocalíptico de las derechas extremas. Es evidente que hay un aumento del número de menores que llegan, también, a nuestro país, pero nada que no se pueda solucionar con más recursos y un poco de previsión.

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