Firma en defensa de la equidad y la justicia social

Mañana se cumple el séptimo aniversario de la primera movilización del Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria y ayer lo reivindicaron lanzando una campaña para recoger las firmas que avalen la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) registrada en el Parlamento de Gasteiz el septiembre pasado. El objetivo principal de esa propuesta es lograr un complemento de las pensiones que equipare las cuantías mínimas al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En estos momentos el Gobierno español está negociando un aumento de ese salario, que el año pasado era de 1.134 euros brutos repartidos en 14 pagas. En todo caso, diferentes agentes sociales han planteado que en Euskal Herria se debería establecer un SMI propio, que tenga como referencia la realidad socioeconómica vasca.

Asimismo, esta ILP busca acabar con la brecha de género que se da en las pensiones. Según recordaron ayer, una de cada tres personas pensionistas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa tiene unos ingresos inferiores al SMI, la gran mayoría de ellas ingresa menos de 850 euros mensuales y el 70 % de ellas son mujeres. Esos datos reflejan que en muchos casos las mujeres han estado excluidas del trabajo asalariado común, trabajando en sectores feminizados, en muchos casos sin cotizar y en tareas de cuidado que no han sido consideradas ni remuneradas. En este sentido, la propuesta incluye que cada pensionista sea considerada como unidad económica unipersonal. Los integrantes del Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria explican que el concepto de unidad de convivencia supone un castigo para las mujeres y perpetúa el desequilibrio.

En principio, son necesarias 10.000 firmas y la fecha tope es el 24 de abril. Sin embargo, los militantes de este movimiento no se ponen límites e intentarán reunir el máximo posible de apoyos. Para ello, todos los lunes seguirán saliendo a las calles de Euskal Herria en defensa de la justicia social, dela igualdad y la dignidad de todas las personas y de la solidaridad intergeneracional. Por todo ello, merecen el apoyo de toda la sociedad vasca y, cuando menos, una firma.

Buscar