Recuperar talento en un país necesitado del mismo
El nombramiento de Miren Arzalluz como directora general del Museo Guggenheim de Bilbo es una buena noticia. El país recupera un talento que ha hecho una carrera de éxito a nivel internacional y el Museo será dirigido por una profesional de prestigio en el ámbito museístico. En su trayectoria profesional, Arzalluz ha demostrado principios firmes, un vasto conocimiento, capacidad de trabajo y un compromiso explícito con la cultura y la sociedad vasca. Ser hija de Xabier Arzalluz le ha pesado más que aupado.
El Patronato del Museo buscaba «un perfil que tuviera un gran conocimiento del arte y del funcionamiento de los museos, competencias contrastadas de gestión y planificación dentro de este ámbito y a nivel internacional, capacidad de liderazgo y experiencia en la captación de fondos y desarrollo de audiencias, competencia comunicativa en distintas lenguas, alta formación y cualificación en materias relacionadas con el mundo museístico y conocimiento de la realidad institucional y del contexto sociocultural del Museo, entre otras cuestiones». Arzalluz ha sido elegida entre 79 aspirantes consolidados y, sin conocer ni desmerecer el resto de currículums, es difícil imaginar una candidata mejor, tanto a nivel interno como externo.
El Museo Guggenheim se ha convertido en un emblema de Bilbo y de Euskal Herria, una referencia internacional que proyecta el país al mundo y que recibe también su influjo global a través del edificio de Frank Ghery. Eso ha servido como motor de la ciudad, aunque también ha provocado efectos perversos asociados. Desde un sesgo clasista hasta los riesgos de una turistificación incontrolada. Arzalluz hereda también la obsesión del establishment vizcaíno –es decir, del partido al que pertenece la mayor parte del Patronato del Guggenheim– por replicar el mismo modelo en Urdaibai, a pesar de las innumerables razones y voces que indican que no es inteligente ni viable, y que Urdaibai demanda otras alternativas de desarrollo. A Arzalluz le tocará gestionar este y otros retos en un contexto complejo y en un país que no siempre se rige por el talento. Ojalá ella acierte y todo el mundo esté a la altura.