Un día de reafirmación, una lucha diaria

Un día de reafirmación, una lucha diaria
Varias movilizaciones recorrieron ayer las calles de numerosas localidades vascas con motivo del Día Internacional de la Mujer, encabezadas por un mensaje, una idea que denota algo más que una intención: “Construyendo Euskal Herria desde el feminismo. El cambio será feminista o no será”. Si bien las marchas transcurrieron en ambiente festivo, dejaron claro su carácter principalmente reivindicativo.

Aunque lentamente, se ha avanzado en el terreno de la igualdad, gracias a las mujeres, en un principio muy pocas, que a lo largo de la historia se han enfrentado a una organización social que las invisibilizaba y les negaba toda capacidad de decisión, y por ello han sido señaladas, criminalizadas y represalidadas. Gracias a ellas y a quienes se han ido sumando a esa lucha se ha avanzado. Un avance que lo es de toda la sociedad, y por eso esta debería ser consciente de que la lucha feminista lo es de todas y todos, excepto de aquellos que pretenden seguir aferrados a las ventajas de una estructura patriarcal que les depara privilegios a los que no están dispuestos a renunciar. Ciertamente, se ha avanzado, pero resulta inaceptable la idea de que hoy día la lucha feminista no tiene sentido o tiene menos que antes. Actualmente hay leyes de igualdad, en días como ayer se hacen declaraciones institucionales bienintencionadas y nadie cuestiona la igualdad de derechos. Sin embargo, hoy mismo las principales destinatarias de los ataques sexistas seguirán siendo mujeres en casa, en la calle y en el trabajo –ayer se supo de la denuncia de un intento de violación en Villabona–; seguirán percibiendo un salario inferior al de los hombres por realizar una misma labor. Un ejemplo actual, claro y crudo es la crisis que golpea a toda la ciudadanía, pero con más dureza a las mujeres, a quienes el paro y la precariedad afectan en mayor medida.

Tomar conciencia de ello y educar en valores de igualdad es una tarea que no se puede limitar a un día al año. Ayer fue un día de celebración por lo logrado en un largo y difícil camino, pero sobre todo de reafirmación de la necesidad de una lucha diaria por la igualdad. Por eso, una sociedad más justa ha de ser feminista o no será.

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