2019 MAI. 19 - 00:00h Latsaga y Aitza desde Orbara Cruce de caminos hacia Orbara. Juan Mari Feliu En la cuenca alta del valle de Aezkoa, donde se inmiscuye el caudaloso río Irati, se encuentran Orbara y Orbaizeta dos de los nueve pueblos que conforman este pintoresco valle del Pirineo navarro. Aezkoa, junto con Saraitzu o Salazar, establecen la transición entre los valles húmedos que miran el Atlántico y Erronkari, donde se produce el alzamiento continuo de la cordillera sobre los dos mil metros de altitud. Sancho el Sabio concedió al valle de Aezkoa, entre otros, privilegios «que ni el que solo fuesen a las labores del castillo cuando estuvieran en la tierra». En tiempos del rey Teobaldo I se hicieron la guerra los habitantes de Aezkoa y Saraitzu/Salazar, siendo Sancho el Fuerte el que en 1129 dio fueros al valle. El Diccionario de Yanguas da la noticia de la existencia de un castillo defensivo en el valle, pero ni el diccionario de Yanguas ni el de Madoz o la Academia de Historia citan si el de Latsaga es el que menciona Sancho el Sabio. De todas formas, el de Latsaga se encuentra alineado con el de Arlekia, situado en un alto sobre la antigua fábrica de municiones de Orbaitzeta. El itinerario arranca de la amplia plaza presidida por la iglesia de San Román. Teniendo como referencia las señales blanco/rojas del GR 11, dejaremos la iglesia a la derecha para subir por la calle Pablo Eginoa que nos llevará, tras cruzar el canal que une el embalse de Irabia con la central de Betolegi, al interior de la montaña. Se abandona la pista en un brusco giro a la izquierda, para continuar por un amplio camino que nos llevará a la borda Jabat, en el momento que estaremos en el centro de una zona cóncava con dos salientes rocosos de parecida altitud, a la derecha el puntal de Aitza y a la izquierda el murallón de Legardalpea, desprendido de la boscosa cumbre de Mutria. Borda de Pedroarena El camino nos llevará por fuerte pendiente entre un combinado de prados y retales de bosque autóctono, al principio con la presencia del roble y fresno, que darán paso más arriba al predominante hayedo hasta alcanzar la borda de Pedroarena poco antes de alcanzar el borde de una amplia meseta. Aquí daremos vista a una zona de suaves colinas herbosas, presididas por las cumbres de Mutria y Latsaga, cubiertas de un espeso hayedo. Al fondo se alza el altivo lomo cimero de Orzanzurieta y a la derecha el puntal de Aitza, que visitaremos al regreso de Latsaga. Estamos en el borde del rellano superior, de suaves colinas tapizadas de prados de siega. Antes de abandonar el hayedo encontraremos la borda de Pedroarena. Entre prados, llegaremos al cruce de Aitzartia-Lixartxoeta (1113 m.), de cuatro pistas donde veremos una panorámica que hemos de aprovechar para disfrutar, cosa que no podremos hacer desde la cumbre de Latsaga, máxima altura de la zona. La vista se abre sobre el intrincado relieve de Irati, presidido en el horizonte por el esbelto picacho de Ori. Tras continuar por una pista, las señales del sendero GR 11 nos invitarán a tomar un desvío a la derecha que nos introducirá más arriba bajo un denso hayedo, donde una senda nos llevará a escasos metros a la llana cumbre de Latsaga, presidida por una piedra con el grabado «Latsaga 1204m». De regreso y una vez en el sendero GR 11, seguiremos contorneando por la derecha hasta dar con un rellano donde se encuentran los restos de los muros del castillo. Para el regreso las señales del sendero nos conducirán de nuevo al cruce antes mencionado. De este lugar, una pista situada a la izquierda de la que hemos venido de Orbara nos aproximará al puntal de Aitza. La abandonaremos en el momento que realiza un giro, a la altura del ángulo de una alambrada. A la derecha, en el borde del bosque veremos la borda de Pedroarena, nuestra referencia para regresar a Orbara. Por la traza de un camino hemos de bajar en dirección a una visible caseta de cazadores, desde donde iniciaremos la subida definitiva por el borde de la cresta, siguiendo una senda hasta la cumbre de Aitza. Espectacular vista sobre los pueblos de Orbaitzeta y Orbara a vuelo de pájaro. En frente tendremos la rocosa cumbre de Berrendi. Y en la lejanía, en un altozano, veremos Herriberri. Como se ha indicado, el regreso lo haremos desde el ángulo de la alambrada en dirección a la borda de Pedroarena, bajando luego por el camino de subida hasta desembocar en Orbara.