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Kew Gardens, espectáculo y conservación vegetal

El jardín botánico Kew Gardens recibe millones de visitas. No en vano, el recinto alberga una de las mayores colecciones de plantas salvajes. Pero además, es  referente de la conservación de la biodiversidad. Su banco guarda más de mil millones de ejemplares de semillas.

Imagen de Kew Gardens (GETTY IMAGES).

Adía de hoy se conocen 391.000 especies de plantas y una quinta parte de ellas está bajo alguna amenaza y en riesgo de extinción. Esa es la principal conclusión del informe ‘State of the World’s Plants’, que señala como principales amenazas a la agricultura, la tala de árboles y la construcción de viviendas. El documento, en el que han participado más de ochenta científicos, ha sido publicado por el centro de investigación del jardín botánico de Londres, Kew Gardens, un centro de referencia que alberga, por ejemplo, más de 30.000 plantas silvestres, 14.000 árboles, alrededor de mil millones de semillas y que se ha convertido en lugar de peregrinación para los turistas que se aproximan a la capital británica –cada año recibe alrededor de 2 millones de visitas–.

Durante el recorrido por los jardines se pueden conocer sus magníficas colecciones de plantas, así como las distintas atracciones que han preparado para los visitantes: Palm House, un precioso invernadero victoriano donde se puede disfrutar de una gran variedad de palmeras; Xstrata Treetop Walkway, una enorme pasarela metálica ubicada a 18 metros de altura que te permite caminar a la altura de las copas de los árboles; Great Pagoda, un templo budista en forma de torre que fue construido a mediados del siglo XVIII; Japanese Gateway, un jardín japonés...

El centro botánico, situado a las afueras de la capital y declarado por la Unesco patrimonio de la humanidad, tiene su origen en el jardín de 3,6 hectáreas que junto a su residencia creó la princesa Augusta, allá por 1759. Desde entonces, centenares de jardineros y botánicos han pasado por este recinto que actualmente tiene una extensión de 132 hectáreas y que acoge en sus instalaciones numerosas colecciones de plantas (carnívoras, orquídeas, bonsáis, rosas...), Herbario, Banco de ADN o Banco de Semillas del Milenio, la perla del jardín londinense donde guardan con mimo y a veinte grados bajo cero más de mil millones de semillas procedentes de todo el mundo para que pueden ser recuperadas y plantadas cuando sea preciso en su hábitat natural.

Preservar las semillas autóctonas

De este modo, con sus grandes invernaderos de la época victoriana, además de un espectáculo para los sentidos que ha servido de inspiración a multitud de artistas como a Virginia Woolf –el jardín dio nombre a uno de los cuentos que escribió la autora–, Kew Gardens es crucial en la conservación e investigación de la biodiversidad. Para ello, colabora activamente con numerosas instituciones a las que suministra semillas y material de investigación. Además, los científicos del centro viajan alrededor del globo para enseñar a los lugareños a identificar y preservar las semillas autóctonas; muchas de ellas pasan posteriormente a engrosar la larga lista de variedades que guardan en el depósito subterráneo a veinte grados bajo cero.

El objetivo de este banco es ambicioso, porque, si bien a día de hoy tienen recogidas el 10% de las semillas de las especies vegetales de todo el mundo, para el año 2020 pretenden aumentar este porcentaje hasta el 25%.

Para lograrlo es fundamental ampliar sus fuentes de financiación. El Gobierno de Gran Bretaña aporta aproximadamente la mitad del presupuesto. El resto se obtiene mediante las entradas al recinto, la venta de merchandising o las donaciones que realizan tanto en vida como tras su muerte personas para las que el jardín y su cometido tiene gran significado. Al fin y al cabo, tal y como recuerdan los responsables del jardín, sin la labor científica y de conservación que llevan a cabo, muchas de las especies que coleccionan serán cosa del pasado en pocas décadas.