2021 IRA. 22 - 16:53h Ruta a las paramoudras de Jaizkibel, capricho de la naturaleza En los acantilados entre Hondarribia y Lezo se encuentra el pseudokarst de la Formación Jaizkibel, un lugar de gran interés geológico mundial para la observación de las paramoudras. Es una buena oportunidad para disfrutar de la naturaleza y, especialmente, de sus caprichos. Las paramoudras de Jaizkibel. Naiz Las paramoudras o «bolas-de-piedra» son inusuales y sorprendentes formaciones geológicas redondeadas de gran tamaño que aparecen en torno a fósiles tubulares de organismos marinos y que datan de la era Cenozoica (periodo Terciario). Todas ellas muestran, al menos, un cordón interior. El pseudokarst de Jaizkibel consta de más de 2.500 metros cuadrados de observación de formaciones de lo más variado y singular, tanto en forma como en tamaño (algunas tienen hasta un metro de diámetro) e incluso disposición (aislada o agrupada). Además de Paramoudras, también es posible observar fósiles de animales primitivos. Cabe destacar el gran estado de conservación del conjunto, factor que distingue Jaizkibel a nivel mundial. El acceso se realiza a través de la carretera GI3440, entre Lezo y Hondarribia. Tras pasar el alto de Jaizkibel se encuentra una pista (dirección Norte) donde es posible dejar el coche y ya se continúa andando, siempre en dirección al mar, hasta alcanzar la orilla. Una vez en la orilla, se asciende la playa en dirección Este. Precauciones habituales La ruta no se encuentra señalizada, ni acondicionada y tiene una dificultad media; por el desnivel que hay que salvar en el descenso hasta el mar y especialmente por su remonte a la vuelta (300 m). Aun así, no es una ruta difícil y puede puede realizarse en familia siguiendo las precauciones habituales: planificar el día en función de la climatología y, en este caso, también de las mareas. Lo ideal es llevarla a cabo en periodos secos y sin excesivo calor, y alcanzar el punto de interés en horario de bajamar. Ir bien equipado y con calzado adecuado para zonas rocosas. Se recomienda, además, dedicar a la exploración de la playa una hora. La ruta es de ida y vuelta. Quienes se aventuren a visitar las Paramoudras disfrutarán de toda una jornada de exploración al aire libre, se sorprenderán a cada paso de lo caprichoso de la naturaleza y seguro que volverán a casa con fotografías increíbles.