EH Bildu pide a Lakua que mantenga la cirugía cardiaca en el Hospital de Basurto

EH Bildu ha presentado en el Parlamento de Gasteiz una propuesta de ley con el fin de mantener el servicio de cirugía cardiaca del Hospital de Basurto.

EH Bildu ha presentado, en la víspera de la huelga general en Osakidetza, una proposición de ley en el Parlamento de Gasteiz con el fin de pedir al Departamento de Salud de la CAV, dirigido por Gotzone Sagardui, que «rectifique» y que mantenga el servicio de cirugía cardiaca del Hospital de Basurto, en vez de centralizar dicho servicio en el Hospital de Cruces.

La parlamentaria de EH Bildu en Gasteiz Rebeka Ubera ha subrayado que el servicio de cirugía cardiaca en la CAV lo prestan hoy los hospitales de Basurto y Cruces, públicos, y la Policlínica Donostia, privada, gracias a un convenio con Osakidetza. «No es comprensible que Salud opte por cerrar uno de los servicios públicos, el de Basurto, cuando lo razonable es apostar por la red pública». Por ello, la coalición soberanista ha propuesto dar por finalizado el convenio con la Policlínica Donostia para que Basurto y Cruces presten el servicio para el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

La centralización del servicio de cirugía cardiaca ha sido rechazado tanto por los profesionales sanitarios de Basurto como por los sindicatos. Por lo tanto, la coalición soberanista se ha alineado con las peticiones de estos a la propuesta del Departamento de Salud al exigir que el servicio se mantenga en ambos hospitales y que estos sean los centros públicos de referencia en esa especialidad para el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Así, Ubera ha defendido la compatibilidad de Basurto y Cruces en cirugía cardiaca y ha recordado que en la actualidad ambos hospitales tienen lista de espera en esa especialidad, de modo que el cierre del servicio en Basurto podría «agravar el problema».

Además, Ubera ha señalado que las instalaciones de Basurto son nuevas, dado que fueron inauguradas hace unos cinco años, y que suprimir ahora el servicio afectaría «negativamente» a la actividad asistencial, formativa e investigadora del centro. Asimismo, la parlamentaria ha alertado sobre las «consecuencias negativas» que tendría en el ámbito de la cardiología, en particular para arritmias y hemodinámica, pero también en otros servicios, como anestesia, respiratorio, cirugía vascular y enfermedades infecciosas.