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«En los conciertos de esta gira se ve nuestra parte más visceral»

En este trabajo publicado por el sello iruindarra El Dromedario Records reúnen canciones que cuentan historias reales y en las que, al contundente sonido propio de la banda, se suma la emotividad de las letras, un toque más oscuro y a la vez intimista.

Carlos Escobedo, cantante de la banda Sôber. (Javier BRAGADO)

«E-l-e-g-í-a» es un disco que se ha grabado y producido durante la pandemia. ¿Ha repercutido de alguna manera en el resultado final?

Realmente el disco estaba compuesto antes, pero sí es cierto que toda la producción, los arreglos, etc. han sido durante la pandemia y pienso que sí ha influido bastante. Yo creo que ese toque de unos Sôber más oscuros, más góticos, más emotivos incluso, se ha dejado notar. Tener tiempo ha sido importante, de cara por ejemplo al arte, a la portada, que la he podido trabajar mano a mano con mi hija y hemos hecho un trabajo espectacular porque cada canción tiene un dibujo, una acuarela y representa muy bien lo que es el mensaje de la canción.

Esa emotividad de la que habla es quizás uno de los aspectos que definen al disco, y se deja ver en las letras de temas como ‘La máscara de hierro’, sobre la fragilidad del ser humano o ‘Mi heroína’, dedicada a las madres…

Sí, todas las canciones de este disco tienen una historia real detrás. Por ejemplo, además de las que citas está ‘Verona’, que habla de un amor prohibido, de dos personas que nunca pudieron llegan a amarse completamente porque sus familias estaban enfrentadas, o ‘El día de la liberación’, que cuenta una historia real sobre bullying… Es un disco cargado de historias.

Y está además la canción que da título al disco, «E-l-e-g-í-a»,  que es también una historia real y en este caso directamente relacionada con el grupo.

‘E-l-e-g-í-a’ es la canción que da título al disco por su carga emocional, es un homenaje que quería hacer a los dos compañeros que ya no están con nosotros, Alberto Madrid y Big Simon, y que tuvieron mucho que ver en el pasado en que el sonido del grupo se acabara de conformar. Habla de lo rápido que se nos va la vida, de que tenemos que estar mirando al presente y no tanto al pasado o el futuro. Es un homenaje a ellos, y todo lo que ocurrió… Todavía los tenemos muy presentes. A Alberto, de hecho, lo llevamos en los pinganillos y es su voz la que sigue dando la orden para empezar a tocar, hasta que él no dice ‘one-two-three!’ no arrancamos…

El anterior trabajo de Sôber y su última gira fue un disco sinfónico, acompañados de una orquesta… ¿Cómo ha sido reencontrarse de nuevo en el escenario la banda sola?

La gira sinfónica fue espectacular, yo la disfruté a tope, me metí de manera muy personal en el proceso, era el que hablaba con las orquestas, montaba las partituras… Y salió todo fenomenal, pero volver a estar los cuatro otra vez sobre el escenario, encontrarnos a nosotros mismos, a veces incluso improvisar, poder cambiar cosas, te hace volver un poco a los orígenes y defender que solo con cuatro músicos sobre el escenario llenas todo ese espectro musical. Y eso reconforta…  

‘E-l-e-g-í-a’ sale con el sello El dromedario Records, de Iruñea. ¿Cómo es su relación con la compañía?

Es una compañía discográfica que es eso, una compañía en su sentido más literal, son también compañeros de viaje, consultamos y trabajamos con ellos todo, los conciertos, la parte artística… Es como una gran familia, nos contamos nuestras penas, donde podemos mejorar, y ese trato tan directo es bueno para una banda como Sôber.

Barriendo de nuevo para casa, el disco incluye una colaboración de La Bien Querida, la cantante bilbaina Ana Fernández-Villaverde, que sorprenderá a más de uno…

La canción con La Bien Querida salió de una manera muy espontánea. Nosotros no habíamos metido ninguna colaboración en ningún disco, sobre todo a nivel vocal, pero compuse esa canción, ‘Eclipse’, en un tono muy bajito, piano, guitarra acústica –aunque luego se incorpora el resto del grupo y la canción está cañera, con su batería, guitarras distorsionadas…–  y no quería perder la esencia, quería mostrarla también tal y como la concebí. Fue en ese momento cuando pensé que se le podía dar otro aliciente, y como soy amigo de la ‘bienque’ y buscaba la parte más emotiva, más tierna de la canción, con el poder que tiene la letra tan emocional, me pareció que ella era perfecta.

¿Cómo van a ser los conciertos de Bilbo e Iruñea?

Volver a reencontrarnos con los fans, yo creo que va ser un lujo… Con los fans y con los amigos porque tanto en Iruñea como en Bilbao tenemos nuestra propia familia. En cuanto a los conciertos, es una gira en la que hay cabida para los discos anteriores, pero también hay bastante del disco nuevo, hay incluso una parte acústica de tres canciones en la que el público conecta de una manera más directa… Yo creo que es un concierto que sobre todo el fan lo va a disfrutar mucho porque es ver al grupo pero de una manera menos sofisticada, en el que va a encontrar su parte más visceral y en la que nos mostramos más como somos.